Doce son las universidades que están siendo investigadas por el Fiscal Carlos Gajardo, por sospecha de haber utilizado diversos subterfugios para violar la ley que prohibe el lucro en la educación superior. El siguiente informe revisa sus antecedentes, una por una, y los difunde con el fin de que quienes postulen, lo hagan informados.
Luego que estallara la crisis de la educación superior con el cierre de la Universidad del Mar y la aparición de múltiples antecedentes que daban cuenta que los controladores de los planteles burlaban la ley y extraían utilidades de las casas de estudio -lucro-, el Congreso activó una Comisión Investigadora que analizó los casos, y la Fiscalía inició una investigación para despejar si es que efectivamente hay universidades en Chile que lucran.
En el libro ”Con fines de lucro”, de la premio nacional de periodismo, María Olivia Monckeberg, se incluyen una serie de datos y cifras sobre la realidad de las universidades. La información, recopilada junto a la Consultora Sintaxys, permite entender algunas tendencias que se repiten en los casos analizados.
La siguiente investigación de El Dínamo toma solo los antecedentes relacionados con los planteles que están siendo investigados por la Fiscalía Oriente en la arista lucro, que corre en paralelo con la indagatoria sobre las irregularidades en la Comisión Nacional de Acreditación.
Son 12 las universidades que están bajo la lupa de los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena, por existir sospechas que están burlando la ley y extrayendo las utilidades generadas por su bullante actividad.
Los planteles investigados por la Justicia, y cuyas cifras revisamos en este artículo son: Universidad Andrés Bello, Universidad de Las Américas, Universidad de Viña del Mar, Universidad Santo Tomás, Universidad del Desarrollo, Universidad San Sebastián, Universidad SEK, Universidad Central, UNIACC, Universidad Autónoma, Universidad Pedro de Valdivia y Universidad del Mar.
En todos los casos, la matrícula se ha, al menos, duplicado desde el 2005 a la fecha -año en que se aprobó el Crédito con Aval del Estado, que vino a entregar recursos frescos al sistema privado y permitió el acceso de miles de jóvenes a la educación superior-, lo que se sumó a que los ingresos de los planteles también tuvieron un crecimiento explosivo.
Según plantea la periodista en su libro, cuando se compara el nivel de crecimiento de la matrícula -y por tanto, los ingresos de dinero directo de una universidad- con lo que esa universidad invierte en libros, profesores a tiempo completo y salas de clases, puede despejarse la existencia, o no, de lucro en un plantel.
En casi todos los casos analizados, se observa que el crecimiento de los items libros, profesores y salas de clases, no fue a la par con los de matrículas e ingresos.
Es decir, no está probado que todos los recursos que han ingresado a los planteles, se han re invertido en él, dejando la puerta abierta para preguntarse si es que esas platas no fueron retiradas por los dueños, a través de maniobras como el préstamo a sociedades relacionadas, la compra de bienes y servicios a los grupos controladores, sueldos exorbitantes a los propietarios, o la venta de participación en las sociedades que controlan las universidades.
Revisa a continuación, y compara, la situación específica de las 12 universidades investigadas por la Justicia.
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
 |
Fuente: El Dínamo
