El 80% del territorio Latinoamericano está ubicado en la zona tropical, lo cual significa que la mayoría de las casas reciben luz solar 12 horas por día 365 días al año. Entonces es posible generar electricidad usando los techos para lograr un ahorro que permita reducir el gasto en energía eléctrica.
Esta oportunidad se puede aprovechar uniendo la tecnología correcta, y la investigación universitaria.
Por ejemplo los techos de placa monolítica de hormigón y los techos de lámina corrugada son muy útiles para protegernos de la lluvia pero muy incómodos para protegernos del sol porque se calientan. Si cubriéramos estos techos con una pintura que permita transformar la luz solar en electricidad podríamos reducir el calor en las casas y reducir el gasto en electricidad.
Parece ciencia ficción pero no lo es.
El Dr. Richard Lunt, científico norteamericano, y su equipo de investigación, han descubierto un plástico sensible a la luz.
En términos químicos, se trata de un polímero fotovoltaico que al ser expuesto al sol permite transformar una parte de la luz del sol en electricidad.
El trabajo de este científico ha permitido desarrollar polímeros que se aplican sobre vidrio o policarbonato como si fueran pintura.
Muchas universidades del mundo pueden investigar sobre el descubrimiento del Dr. Lunt y hacer los ajustes para que funcione sobre la superficie de hormigón o las tejas de láminas metálicas o plásticas.
Dado que la lámina se comporta como un espejo conductor, es muy probable que esta investigación alcance eficiencias de transformación de luz más altas que el 12% que ha logrado el científico norteamericano.
El resultado de esta investigación debe ser el desarrollo de un polímero fotovoltaico, que se pueda producir en forma abundante y que se aplique fácilmente sobre las láminas o las placas de hormigón armado.
Y por supuesto que existe la opción de incluir un sistema de almacenamiento de la energía obtenida para usarla por la noche.
Manlio Coviello, jefe de la unidad de recursos naturales y energía de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, señala que las condiciones de crecimiento económico y poblacional de la región van a demandar cada vez más electricidad.
Asegura que Latinoamérica necesita invertir 40 mil millones de dólares cada año en nuevas plantas de generación para responder a esta demanda.
Al transformar cada techo de placa o de lámina en un generador eléctrico, las necesidades de inversión se reducirían a la mitad.
Un ahorro de 20 mil millones por año.
Con una pequeña parte de este ahorro, los gobiernos de la región pueden financiar la instalación de generadores fotovoltaicos en los techos de lámina.
Según los últimos censos de población, en Latinoamérica hay 100 millones de casas con techo de lámina metálica (tejas de aluminio o acero acanalado) así como también otras hechas de materiales plásticos protegidos de la intemperie.