Es absolutamente lamentable el el asesinato de Exequiel Borbarán de 18 años y Diego Guzmán de 24, quienes fueron baleados por el hijo del dueño de un local donde iban a hacer un rayado en Valparaíso en el contexto de la marcha por la educación realizada el día de ayewr, donde estudiantes y profesores marchaban por mayor participación en la reforma educacional.
Esto da cuenta del grado de violencia que se ha instalado en la sociedad chilena, producto de una Constitución que defiende más el derecho de propiedad que los Derechos Humanos.
Este hecho debe llevar a cuestionarnos el tipo de sociedad que produce este modelo, donde un joven es capaz de matar a otro para defender que no le rayasen el muro de su propiedad.
Yo espero que haya una condena unánime y que no haya ningún tipo de aprovechamiento político, ya que aquí cabe una responsabilidad colectiva, en cuanto a los valores que entrega el modelo neoliberal a los jóvenes.
Chile va ser cuestionado internacionalmente más a allá de la responsabilidad pública.
Esta situación denota una crisis de la identidad nacional, la cual debería llevar a un cuestionamiento del conjunto de la clase política.
El Gobierno tiene que hacer un punto de inflexión y pasar de ser un gobierno reactivo a un gobierno proactivo. No es posible que los movimientos sociales o los gremios tengan que salir a marchar y prender neumáticos para ser escuchados.
(*) Senador por la circunscripción electoral XII Biobío Costa. Presidente del MAS
