jueves, abril 18, 2024
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El PC y el Nuevo Gobierno

Enfrentados ahora a un momento histórico diferente nuevamente optaron por asumir los desafíos que implica ser parte de un gobierno que abre un ciclo de importantes reformas en el país. Concurren al gobierno sin abandonar sus tradicionales formas de acción ni sus ancestrales aspiraciones históricas. Los comunistas tomaron  la decisión de participar en el gobierno de Bachelet por unanimidad. La resolución adoptada después de varias horas de debate de su comité central, constituye un paso natural y coherente con el accionar político del PC durante los últimos anos y también con el sentido táctico y estratégico que le asignan al período que se inicia.

En rápida retrospectiva se puede decir que el PC tuvo la capacidad de interpretar adecuadamente la demanda de cambios latente en el país  y el reposicionamiento respectivo de las otras fuerzas progresistas. Reorientaron su política de alianzas privilegiando el acercamiento con los integrantes de la concertación de los que se mantuvieron distanciados durante más de veinte años.

Participaron activamente en la construcción de la Nueva Mayoría y en la definición programática del nuevo gobierno. Rubricaron diversos pactos electorales que los beneficiaron en el aumento de cargos de representación popular y que les permitió en la última elección doblar su bancada de diputados.

En el camino recorrido destacan algunos énfasis particulares: La importancia táctico estratégica acordada al programa de cambios de la Nueva Mayoría, y la disposición de reforzar su presencia en la institucionalidad vigente (parlamento y ahora el gobierno) como un espacio importante desde el cual contribuir a dichos cambios.

Pareciera que el PC se reencuentra con un tramo de lo mejor de su historia. Un Partido que sin renunciar a sus postulados de origen, se reconoce como factor de cambio desde la institucionalidad.

Antaño fueron actores importantes en el gobierno de Allende y representaron al interior de la Unidad Popular la visión reformadora y gradualista, versus las posiciones más radicalizadas. En aquellos años asumieron la responsabilidad de avanzar en la construcción del socialismo (la vía chilena,) en el marco de la entonces denominada Democracia formal.

Enfrentados ahora a un momento histórico diferente nuevamente optaron por asumir los desafíos que implica ser parte de un gobierno que abre un ciclo de importantes reformas en el país. Concurren al gobierno sin abandonar sus tradicionales formas de acción ni sus ancestrales aspiraciones históricas.

Lo hacen desentendiéndose de la contradicción engañosa de la participación en el gobierno con un pie adentro y otro afuera, porque los comunistas siempre han entendido y hecho política con los dos pies, desde la institucionalidad y desde los movimientos sociales (exceptuando los periodos de clandestinidad).

Persistirán en esta línea. Refiriéndose a la presencia y rol de la colectividad en los movimientos sociales Tellier indica en su informe al pleno del comité central que “Ese factor será determinante en lo que viene para apoyar y garantizar el cumplimiento del programa”.

Adicionalmente la diputada electa Camila Vallejos señaló “con la correlación de fuerzas en el parlamento y con nuestra participación activa en el movimiento social, logramos que en los cuatro años se cumplan los objetivos propuestos y no sean simples promesas electorales”. (Diario El Mostrador).

También está asumido por el PC que el ingreso al gobierno no implica renunciar a su ideario matriz ni a sus concepciones ideológicas (ninguno de los integrantes de la nueva mayoría lo hará). Hay que ser claros al respecto. Los comunistas no descartan que el país transite al socialismo y posteriormente al comunismo.

La diputada electa Karol Cariola lo dijo públicamente y así esta expresado en el programa de la colectividad. (ver a partir de la página 26 del documento). No han renunciado a la “utopía” y entienden que el fracaso de los socialismos reales en Europa fue motivado por una aplicación dogmática y deformada de lo indicado por el Marxismo. La doctrina que sustentan constituye todavía para ellos una guía valida para la acción.

Desde su matriz ideológica – cultural conciben el momento actual como una fase de acumulación de fuerzas; de construcción de una mayoría política y social activa por los cambios. Pero su mirada tiene un sello de largo plazo inequívoco y está claramente estampada en su programa oficial. Citamos textualmente:

”La conquista de la democracia- entiéndase el socialismo- reclamará en un momento histórico el cambio del carácter de clase del poder. Las reformas que se pueden alcanzar serán siempre precarias, triunfos provisorios, con la reacción al acecho para liquidarlas. Nuestra experiencia demuestra que no basta con conquistar el gobierno. Se precisa que el pueblo conquiste y ejerza la totalidad del poder”. (Programa del Partido Comunista, página 14).

Es legítimo que el PC mantenga su antiguo anhelo socialista respecto del futuro del país, así como es legítimo que las otras fuerzas progresistas de la nueva mayoría aspiren a construir una sociedad del mañana desde una perspectiva transformadora diferente. Inspirados en una visión socialdemócrata o socialcristiana y no desde una lógica de clases como lo entienden los comunistas.

Lo importante es que la pluralidad de visiones que conviven al interior de la nueva mayoría no ha sido obstáculo para consensuar un programa común de gobierno para realizar los cambios que la sociedad chilena reclama para este tiempo. El PC lo tiene claro y lo reitera cuando fundamentan su decisión de participar en el gobierno.

Primero: “Sabemos que de no mediar la voluntad política de quienes conducen el proceso, el programa quedará prisionero de las paginas que se escribieron con las mejores intenciones”.

Segundo: ”Para no equivocarnos en el análisis debe quedar claro que no surge directamente del programa un cuestionamiento del capitalismo como sistema. No se visualiza la contradicción capital-trabajo como la generadora principal del conflicto social. No es el programa del Partido, es el programa que un conglomerado de 7 partidos hace suyo y comprometiéndose con su cumplimiento. No es de extrañar que desde nuestro punto de vista queden muchas cosas pendientes, pero no olvidemos que este periodo y este programa forman parte de un proceso ascendente de lucha y de conquistas sociales y políticas”.

Tercero. ”Estamos hoy objetiva y subjetivamente en mejores condiciones para plantearnos un desafío de rasgos históricos, esto es caminar con rumbo seguro hacia los primeros pasos de la revolución democrática que chile necesita”.

Los párrafos citados corresponden al informe presentado al pleno del Comité Central del 21 de diciembre, que tomó la decisión de ingresar al gobierno.

Está claro. El PC mantiene imperturbable su fidelidad a la idea revolucionaria de término del capitalismo como meta última. El periodo que se inicia y el programa de gobierno forman parte de un proceso histórico destinado a lograr la meta. Por lo tanto el ingreso al gobierno constituye un paso táctico importante en su larga e interminable marcha hacia el objetivo superior.

En el corto plazo su compromiso real será la defensa y ejecución del programa de reformas, del cual son coautores. Ese será el punto de referencia de su accionar político futuro y  tal vez de su tiempo de estadía en el gobierno y en la nueva coalición.

(*) Cientista Político. Ex- Concejal de Til-Til; ex Gobernador de Melipilla. Militante PPD.

Fuente: El Quinto Poder

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