Corea del Norte rechazó y denunció la campaña de hostilización de Washington en su contra, la que ha venido realizándose desde hace un mes con el pretexto de una improbada acción de pirateo cibernético de los coreanos a la empresa cinematográfica Sony.
«La persistente y unilateral medida de la Casa Blanca de abofetear con sanciones a Corea del Norte claramente demuestra la empedernida repugnancia y hostilidad que sienten hacia el país», dijo un portavoz del Ministerio de Exteriores coreano.
El viernes recién pasado el Presidente Obama autorizó imponer nuevas sanciones en respuesta al ataque contra Sony, del que Washington responsabiliza a Corea del Norte aunque no puede exhibir ninguna prueba de ello.
Las sanciones sólo fortalecerán la resolución de Pyongyang de defender su soberanía, dijo el vocero oficial.
Pyongyang, a pesar de haber criticado duramente el estreno de la película «The Interview», en donde su líder Kim Jon Un es ridiculizado,ha repetido en varias ocasiones que no es responsable de los ataques informáticos al estudio cinematográfico y ha pedido a EE.UU. que demuestre sus acusaciones.
Analistas políticos en Estados Unidos y en Asia, consideran que Washington está exagerando la situación peligrosamente. Que el gobierno asuma que el ataque informático a una corporación privada como agresión a la seguridad nacional no es sino un pretexto para atacar a un estado ideológicamente opuesto al de EE.UU.
En cualquier caso, la única ganadora de este conflicto es la Sony que ha obtenido publicidad mundial gratuita para un film que los críticos califican como mediocre, pero que ha conseguido millones de espectadores curiosos de conocer cual es la profundidad de la sátira