sábado, noviembre 23, 2024
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Acuerdo entre Corfo y SQM: El Tercer Tropezón con la Misma Piedra

por Francisco Herreros.

Sin aprender un ardite de las tristes experiencias del salitre y el cobre, Chile dió un paso decisivo para ceder al capital privado el control, la administración y el disfrute del tercero de sus recursos estratégicos para el desarrollo: el litio.


Eso es lo que en la práctica sucede con el acuerdo protocolizado el 17 de enero, entre Corfo y SQM, ante el Centro de Arbitraje y Mediación, CAM, de la Cámara de Comercio de Santiago, CCS, que no sólo impide recuperar lo desfalcado por SQM durante la administración de Julio Ponce Lerou, sino que triplica la cuota de extracción de litio del Salar de Atacama, sin estudio de impacto ambiental que lo respalde.

Cabe recordar que la disputa contractual se inició en 2014, por manifiestos incumplimientos de contrato, impuestos no pagados y faltas «graves» y «gravísimas» al cumplimiento aedioambiental y derechos de agua.

Por una multa irrisoria, el acuerdo significa la renuncia explícita del Estado de Chile a desarrollar una Política Nacional del Litio, como la que anunció la Presidenta Bachelet en diciembre de 2016, que implicaba, en primer término, la inconcesibilidad de los yacimientos, y la creación de una Empresa Nacional del Litio, para gestionar la producción, administración y comercialización, sin que ello excluya la gestación de empresas mixtas, pero con control público.

Así como el de 16 de julio de 1971, fecha de la nacionalización del cobre, es conmemorada como el día de nuestra segunda independencia, el 17 de enero de 1918 debiera quedar en la historia como el día infamante en que Chile renunció a una palanca de desarrollo que en corto tiempo adquirirá tanta importancia como el cobre, a cambio de poco más que unos denarios de plata, y la discreta ovación de la derecha, la barra brava neoliberal y el gran empresariado.

Aunque el nombre de Eduardo Bitrán, Vicepreside ejecutivo de Corfo, encabezará la lista de la infamia, también figurarán en ella los integrantes del Consejo Directivo de Corfo, empezando por el ministro de Economía, Jorge Rodríguez Grossi, y otros cuatro ministros en ejercicio.

Acuerdo espurio

Tras más de cuatro años de arbitraje ante el CAM, los representantes de Corfo y SQM firmaron acuerdo que supone el fin de la disputa por discrepancias en los contratos de arrendamiento, en el monto de los impuestos y en los precios de transferencia, así como por serios incumplimientos de normativas ambientales, que han puesto en riesgo un ecosistema único en el mundo.

El acuerdo del 17 de enero, fue rubricado por el Vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitrán; Héctor Humeres, árbitro del conflicto por cuenta del Centro de Arbitraje y Mediación de la CCS, y el Gerente general de SQM, Patricio de Solminihac; ante evidentes muestras de júbilo de los asesores de las partes.

“Pudimos llegar a esta fecha con todo resuelto y delante del árbitro y la notaria pudimos establecer un acuerdo a este largo litigio e cuatro años”, se ufanó Bitrán.

La condición del acuerdo fue la salida de Julio Ponce del control que detenta como el máximo accionista de la empresa, y el término del pacto de actuación conjunta con Kowa.

A cambio, el acuerdo faculta el aumento de la cuota de extracción de litio hasta 349.553 toneladas de litio metálico al año hasta 2030, el triple de la cantidad pactada en el acuerdo original de 1996, de 180 mil toneladas anuales.

Una de las justificaciones enarboladas por Bitrán consiste en que para llegar a esa cuota de extracción, SQM tiene que hacer inversiones por cerca de US$ 1.000 millones.

El acuerdo incluye la opción de explotación del salar de Maricunga, donde Codelco tiene pertenencias. En virtud de él, Corfo podrá requerir a SQM la evaluación de un proyecto de explotación en sociedad con Codelco. O sea, los privatizadores no dan puntada sin hilo.

A mayor garantía, el contrato establece que si SQM pierde la explotación del salar al final del contrato, en 2030, se deberán compensar las inversiones que haya realizado para alcanzar su punto máximo de extracción.

El fin de la disputa tiene un precio para SQM: el pago por única vez de US$ 17,5 millones, más intereses. Eso es lo que el Estado recuperará del saqueo de Ponce Lerou.

A eso se reduce el precio que pagará SQM por su maquinaria de corromper políticos.

A la salida del encuentro, Bitrán desgranó el consabido rosario de justificaciones. Entre ellas:

«El acuerdo significará recursos adicionales para el Estado, la región y la comunidad por US$ 8.300 millones entre 2018 y 2030”.

Aseguró que SQM deberá cumplir con nuevos requisitos:

«El cambio de la estructura del gobierno corporativo, otorgará garantías permanentes de pleno cumplimiento de lo acordado y desarrollo de prácticas alineadas con los estándares de empresas globales y de la OCDE”.

Además pretende subir canon de arrendamiento para igualarlo con el contrato de Albermale.

Otros aspectos mencionados por Bitrán son «el respeto a los derechos y protecciones para Corfo como propietario del Salar de Atacama; el más alto estándar de vigilancia de cumplimiento de contratos y normas ambientales; aportar recursos a la Región de Antofagasta y a las comunidades locales; aportes significativos a investigación y desarrollo; opción de reserva de 25% de producción de litio para vender en Chile destinados a agregar valor al litio y no se modifica la fecha del contrato vigente hasta el  año 2030”.

El señor Bitrán podrá decir lo que quiera; total, hablar es gratis. Pero lo que no dice, y nunca reconocerá, es que el aspecto de fondo del acuerdo entre Corfo y SQM implica una opción política que no sólo atropella la Política Nacional del Litio anunciada por la Presidenta; sino que fue adoptada virtualmente en secreto, a propósito, o más bien a pretexto de ese singular tribunal, que más que juez parece parte, y sin conocimiento ni participación de los chilenos, los verdaderos propietarios del Salar de Atacama, y en general, de todos los recursos mineros, como prescribe la mismísima Constitución actual, sin considerar la letra chica.

Peor aún, la opción política adoptada por Bitrán con el respaldo del Consejo Directivo de Corfo, integrado entre otros por los ministros de Economía, Hacienda, Relaciones Exteriores, Desarrollo Social y Agricultura, importa simultáneamente la renuncia del Estado de Chile a una política pública y autónoma de desarrollo del litio, y la preservación del orden económico neoliberal, donde la inversión, producción, administración y comercialización de los recursos estratégicos del Estado, están reservados para un sector privado compacto, monopólico y extraordinariamente concentrado, que captura, después de impuestos, la totalidad de  rentas, gabelas y beneficios.

El peor negocio para Chile

El señor Bitrán podrá decir lo que quiera, pero no logrará convencer a nadie mínimamente informado, que privatizar recursos estratégicos del Estado es mejor negocio que el desarrollo de los mismos por el Estado.

Lo prueba la descabellada segunda privatización del cobre, perpetrada a medias por la dictadura y la Concertación.

En los casi veinte años comprendidos entre 1996 y 2015, el sector de la Gran Minería del cobre, en su mayor parte de origen transnacional, produjo 67.651,9 millones de Toneladas Métricas de cobre, y tributó US$ 40.441,2 millones.

En el mismo período, Codelco produjo 33.589,2 millones de TM, y entregó excedentes por US$ 59.157,9 millones.

En otras palabras, con el 67.6% de la producción, el sector de la Gran Minería del cobre aportó el 40,6% de la tributación.

A la inversa, con el 33,5% de la producción, Codelco, aun con sus lastres de la Ley Reservada del Cobre, y los altos costos asociados a las bajas leyes de sus yacimientos,  participó del 59,16% de la tributación.

Esa diferencia neta de US$ 18.716,7 millones, equivalentes al 18,8% de la tributación total, ha ido a engrosar directamente la remuneración del capital, en una razón inversamente proporcional  al detrimento del desarrollo del país, y la calidad de vida de sus habitantes.

Ese es exactamente el tipo de política que volvió a implantar el señor Bitrán con la firma del acuerdo entre Corfo y SQM, el pasado 17 de enero, día de triste memoria.

La otra privatización

Con todo, no es la única proeza privatizadora del litio perpetrada por Bitrán.

En febrero de 2016, Corfo firmó un memorando de acuerdo con Rockwood Lithium, hoy Albermarle, que expandió la cuota anual a 262.132 tons; extendió el contrato hasta 2044; estableció la construcción de una planta de carbonato de litio grado batería de 20-24 M tons en la Segunda Región, con una inversión de US$ 500 millones; acordó un pago de comisiones por la nueva cuota de litio en condiciones de mercado, y fijó precios preferentes para el 25% de la producción de capacidad anual de producción teórica, a productores nacionales, a objeto de promover el establecimiento de productores especializados de alto valor agregado en el país.

En rigor, eso de productores nacionales es una sinécddoque para encubrir que sólo deben serlo notarialmente, para que se consideren empresas constituidas en el país, independiente del origen de su capital.

Así, pocos días después que la Presidenta anunció la creación de una Empresa Nacional del Litio, Corfo llamó a licitación internacional a empresas interesadas en instalarse en Chile, con el incentivo del subsidio de precios preferentes con el 25% de la producción de Albermarle.

Bitrán presenta estas maniobras como avances en la muy moderna concepción de alianzas público-prevadas, cuando en realidad se trata de hechos consumados que amarran el monopolio privado del litio hasta 2030, en el caso de SQM, y 2044, en el de Albermarle; o si se prefiere, tres y seis períodos de gobierno, respectivamente.


Diputado Daniel Núñez: “El acuerdo Corfo-SQM es brutal porque legitima la corrupción”

“Este acuerdo pone fin a la posibilidad de usar el litio para industrializar Chile, a través de su explotación por una empresa estatal. Sin duda, esto es una forma de hipotecar un nuevo modelo de desarrollo”, señaló el parlamentario.

El diputado del PC Daniel Núñez rechazó y calificó como una vergüenza el acuerdo alcanzado por la Corfo y la minera no metálica SQM ya que “legitima la corrupción y establece el principio de que en Chile quién tiene plata paga, y por lo tanto, al pagar queda impune por sus delitos”.

“Creo que la lógica bajo la cual el país se beneficia porque recibe ingreso pero legitimamos a un actor corrupto como la empresa Soquimich es una lógica que mata al Estado y le quita toda ética a la actividad pública y más aún a todos los que son funcionarios públicos”, añadió Daniel Núñez.

Además, el parlamentario comunista por la región de Coquimbo lamentó que el nuevo contrato que suscribirán ambas parte cierra las posibilidades para que el Estado explote e industrialice el mineral no metálico.

“Pone fin a la posibilidad de usar el litio para industrializar chile, a través de su explotación por una empresa estatal. Es una forma de hipotecar un nuevo modelo de desarrollo”, expresó.

Diputado Daniel Núñez: “El acuerdo Corfo-SQM es brutal porque legitima la corrupción”.

“Este acuerdo pone fin a la posibilidad de usar el litio para industrializar Chile, a través de su explotación por una empresa estatal. Sin duda, esto es una forma de hipotecar un nuevo modelo de desarrollo”, señaló el parlamentario.

El diputado del PC Daniel Núñez rechazó y calificó como una vergüenza el acuerdo alcanzado por la Corfo y la minera no metálica SQM ya que “legitima la corrupción y establece el principio de que en Chile quién tiene plata paga, y por lo tanto, al pagar queda impune por sus delitos”.

“Creo que la lógica bajo la cual el país se beneficia porque recibe ingreso pero legitimamos a un actor corrupto como la empresa Soquimich es una lógica que mata al Estado y le quita toda ética a la actividad pública y más aún a todos los que son funcionarios públicos”, añadió Daniel Núñez.

Además, el parlamentario comunista por la región de Coquimbo lamentó que el nuevo contrato que suscribirán ambas parte cierra las posibilidades para que el Estado explote e industrialice el mineral no metálico.

“Pone fin a la posibilidad de usar el litio para industrializar chile, a través de su explotación por una empresa estatal. Es una forma de hipotecar un nuevo modelo de desarrollo”, expresó.
Núñez, agregó que parlamentarios se encuentran reuniendo las firmas para citar a una sesión especial al presidente de  la Corfo, Eduardo Bitrán, para que explique el porqué de este acuerdo y expresarle la diferencia.

“Yo le pido a todos los diputados y diputadas, independiente que apoyen o no la mirada que yo tengo, tengan el valor de que venga Bitrán a darle explicaciones a Chile respecto a las consecuencias políticas y en la legitimación de la corrupción que tiene este acuerdo suscrito entre la Corfo y Soquimich”, concluyó.

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1 COMENTARIO

  1. Cuando se dice que se tropieza con la misma piedra, se habla de un error que se repite. Esta decisión del gobierno, a través o por Bitrán, no es un error. Corresponde a una política de encuentros furtivos de la Concertación y de la ahora Nueva Mayoría con el propósito de financiar a los partidos y a los políticos, cosa ya sabida. Y Bitrán no está libre de polvo ni de paja. Hay que ponerlo bajo la lupa, y no debería extrañarnos que pase a ser parte del nuevo gobierno. No olvidemos que es PPD, y que el PPD tiene, (o tenía), como militante a SQM. En su historial cuenta haber participado en la cadena Salcobrand, una de las coludidas, haber sido fundador de la La Fundación Expansiva, y haber negado la construcción del puente Chacao, entre la Isla Grande de Chiloé y el territorio continental, por costos. Para ser economista, hay varias cosas que no entiende, o de las que quiere renegar o tomar distancia. Nos acostumbró a sus visiones de pseudo-adelantamiento, técnica utilizada para causar una impresión de iluminación en el lego, tanto del ámbito de la ingeniería, como en el del periodismo.
    Esta técnica también la ha utilizado Sergio Melnick, quien nos muestra como grandes verdades lo que aprendió durante su paso por la Universidad de California en Los Ángeles, (UCLA). En su caso, Bitrán nos habló de clusters, y Big Data, y últimamente de transformación digital. Yo fui a un taller mecánico que trabaja con la aseguradora de mi auto, que no dan abasto, donde trabajan con planillas electrónicas básicas. Que intente seducir a este tipo de empresarios de descargar de trabajo a sus empleados y dejar de responsabilizarlos por la gestión del negocio. Es difícil, aquí que les llama “empresarios a la antigua”.
    No, ni Bitrán ni Melnick, ni tantos otros, cuentan con visiones propias, ni menos de adelantamiento. No crean soluciones aplicables a la realidad nacional. Son repetidores de modelos norteamericanos, y sólo siguen tales modelos, no los franceses, ni chinos, ni hindúes. Eso sustenta la posición de que son repetidores de lo aprendido en sus aulas. Y representan también una concepción específica de la economía.
    Sin poner en tela de juicio sus capacidades intelectuales, ellos no son iluminados, son operadores políticos del más alto nivel, de los que nadie dudaría, precisamente por sus pergaminos y gracias a la ignorancia del resto. Son bisagras del poder.
    Recomiendo ver el artículo “Eduardo Bitran: La proyección a futuro del litio es extraordinariamente atractiva”, en minería chilena – http://www.mch.cl/entrevistas/eduardo-bitran-la-proyeccion-futuro-del-litio-extraordinariamente-atractiva/# – de julio de 2017.

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