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La Estafa de AC Inversions Tiene Antecedentes: La Quiebra de la Cooperativa La Familia en 1976

Conmoción ha causado la estafa de AC Inversions, que ofrecía tasa de rentabilidad tan altas que hasta hubo gente que pidió préstamos a los bancos para “invertir”, lo cual ya es motivo de sospecha… pero a todos puede pasarnos. Una de las empresas que iniciaron las estafas en la época moderna fue justamente una que reunía todas las condiciones para que se confiara en ella: Cooperativa La Familia, fundada al alero de la Universidad Católica, por prominentes figuras de lo que hoy es la UDI.

Estas compañías de servicios financieros no están supervisadas por la Superintendencia de Valores. Hay otras, señala EMOL, “La firma IM Forex, por ejemplo, garantiza un retorno del 6% mensual si el cliente les transfiere $10 millones o más”. “Investing Capital, con su sede principal en La Serena, pone a disposición dos planes a cambio de un monto de inversión mínimo de $5 millones: Renta Fija mensual 10% o Rentabilidad Variable”.

Este es un negocio que ha ocasionado frecuentemente la desesperación de hogares que confiaron en retornos fáciles a inversiones desconocidas.

Una de las empresas que iniciaron las estafas en la época moderna fue justamente una que reunía todas las condiciones para que se confiara en ella. “Inquietud, ansiedad temor” titulaba la Tercera del 29 de diciembre de 1976 mostrando una foto de centenas de personas frente a la Cooperativa de Ahorros “La Familia” que simplemente había cerrado sus puertas.

“La Familia”, dice La Tercera, “nació apoyada por un convenio con la U. Católica y en el staff había personajes que hoy todos reconoceremos. En efecto, sus abogados Miguel Schweitzer y Carlos Urenda no aparecieron. El carpintero José Cárdenas que había ganado una fortuna un par de semanas antes en la Polla Gol había depositado todo el premio en “La Familia”.

Nunca pudo gozar del repentino golpe de suerte. “La Familia” quebró y nadie recuperó nunca nada.

Los dueños de este “emprendimiento pionero” en Chile fueron Luis Cordero, fundador de “La Familia”, dirigente gremial y posteriormente uno de los fundadores de la UDI, Juan Carlos Bombal (alcalde de Santiago durante la dictadura y luego y miembro del directorio del grupo Penta que sufre múltipes acusaciones de fraude actualmente), Sergio Graniffo, Tomás Yrarrázaval y Javier Leturia (expresidente del Frente Juvenil de Unidad Nacional organismo creado y financiado por la dictadura) junto con Rodrigo Mujica (fundador del Movimiento Gremialista y director de la Oficina de Planificación Agrícola en la dictadura).

Cabe señalar que El Frente Juvenil de Unidad Nacional, movimiento gremialista antecesor de la UDI, se fundó en julio de 1975 en un acto en el cerro Chacarillas. Liderado por Jaime Guzmán y Luis Cordero, reclutó a estudiantes de la Universidad Católica, entre ellos al actual senador UDI, Hernán Larraín, y a los ex ministros de Sebastián Piñera, Cristián Larroulet y Andrés Chadwick, entre otros.

Citamos textual a La Tercera: “Entre otras personas mencionadas como socios de “La Familia” o con alguna participación en su funcionamiento estarían Sergio Sutil, Cristián López Sagredo (que fue encarcelado algunos días por su participación), Rafael Concha, Francisco Jaime, todos vinculados al grupo de jóvenes gremialistas de la Universidad Católica…”

El Mercurio del 12.12.1982 relataba que se había finalmente fallado en el caso “La Familia”. En enero de 1983 se encarceló a Sergio López Sagredo (condenado a 5 años y un día) y Francisco Fluxá por el mismo motivo y se condenó a Alberto Hardenssen ex vicerrector de Asuntos Administrativos y Económicos de la Universidad Católica y, a la vez, miembro del Consejo de Administración de “La Familia”, a 541 días de reclusión comprobándose la participación de altos funcionarios de la UC en este fraude.

Jaime Guzmán quedó en un momento con orden de arraigo, ya que diversos testimonios lo involucraron al caso, (señala El Mostrador de 28.10.2014). En efecto, la policía no lo dejó embarcar en un avión en la época.

Como puede inferirse con claridad de lo relatado, la UDI tiene una vasta experiencia en fraudes a las personas y al fisco. También se concluye que este tipo de acciones son normales sino deseables en la UDI porque todos los inculpados han sido posteriormente dirigentes de la UDI y ninguno ha sufrido reprimenda alguna en la UDI por estos comportamientos.

Jovino Novoa, hoy, sigue gozando de todos los derechos militantes pese a que fue condenado y la UDI pedía que se esperase el juicio. En este caso, de “La Familia” hace 40 años, no hay ética.

No es casual que la UDI -según la encuesta de Adimark de esta semana- sea el partido peor evaluado de Chile. Al parecer lo único que los une y justifica como institución es oponerse con todo a quienes quieran eliminar los abusos y las estafas y reducir las ganancias exorbitantes.

Fuente: Primera Piedra


La «Cutufa» de los Gremialistas

En 1976, cerca de 500 personas fueron estafadas por la cooperativa La Familia, creada por algunos de los actuales líderes de la UDI, bajo el alero de la UC. Parte de los 5.500 millones de pesos perdidos fue entregada a dirigentes del Frente Juvenil de Unidad Nacional y a empresas cercanas al gremialismo. Todo ello apareció en un libro donde se llevaba una contabilidad paralela. Algunos de los involucrados admitieron que otro importante monto fue para financiar actividades políticas de la derecha en los setenta.

Había pasado años y años enviando escritos al tribunal. El ingeniero comercial de la Universidad Católica (UC) Alberto Hardessen debía solicitar autorización a un juez para salir del país y pagar una fianza para garantizar su regreso. Una reiterada pesadilla para uno de los principales responsables de una millonaria estafa que hizo perder en 1976 los ahorros de toda una vida a cientos de personas y que tuvo su autoría intelectual en el corazón del naciente gremialismo.

En enero de 1977 se inició una investigación que concluyó en 1982 con cuatro personas condenadas por estafa. En 1987, la sentencia fue confirmada por la Corte de Apelaciones de Santiago y, un año después, ratificada por la Suprema.

Pero sólo en 2005 concluyeron los coletazos de este proceso. Hace dos años, la justicia le dio por cumplida la pena a Hardessen, terminando así con un juicio que se prolongó por casi tres décadas. Pocos años antes, otro de los condenados, Cristián López Sagrado, terminó de pagar una indemnización a la única persona que logró una reparación económica por los perjuicios provocados por la millonaria estafa.

Alberto Hardessen, Cristián López, Rodrigo Mujica y Luis Gaete fueron los culpables de que en 1976 la Cooperativa de Ahorro La Familia quebrara y se declarara su intervención. A fines de ese año, una corrida financiera llevó a que la entidad no tuviera caja suficiente para devolver los dineros invertidos por más de 500 personas.

Con poco más de 30 años, Alberto Hardessen ostentaba el cargo de vicerrector de Asuntos Económicos de la UC. También era dirigente del movimiento gremialista y uno de los más cercanos a Jaime Guzmán.

El profesional, hoy a cargo del Master en Economía Urbana de la Universidad Mayor. Consultado por LND, se negó a responder cualquier pregunta referente a La Familia.

Indagando en los amarillentos archivos de prensa de la Biblioteca Nacional, se puede encontrar que el 28 de diciembre de 1976 Día de los Inocentes , «La Tercera» publicó en su portada que La Familia había sido intervenida por la Superintendencia de Bancos, y pocos días más tarde se declaró su quiebra. La noticia provocó una reacción inmediata de cientos de personas que se reunieron de forma espontánea fuera de las oficinas, ubicadas en ese tiempo en Merced 154, con la esperanza de recuperar su dinero. El escándalo fue similar a los que se desataron en casos tan bullados como la Cutufa (1989) e Inverlink (2003).

Cuando el matutino encendió la alerta elaboró un complejo reportaje que parecía guardado durante mucho tiempo. Éste señalaba la trama de cómo la cooperativa había defraudado a cientos de personas, y apuntaba sus dardos por el fracaso de la entidad en contra de los principales dirigentes gremialistas, entre ellos Jaime Guzmán.

Ese mismo día, el Gobierno militar asumía una dura postura, nombrando como ministro en visita a Sergio Dunlop. El magistrado hizo declarar a los más altos miembros de la actual UDI y, en base a ello, fue acreditando que importantes cantidades de dinero habían sido utilizadas para financiar actividades políticas del gremialismo de la época.

Un cálculo actualizado del dinero involucrado en esos años, realizado por el Banco Central, indica que la suma adeudada a los clientes superaba los 5.500 millones de pesos.
EL ORIGEN

Luego de años de dominio gremialista al interior de la UC, en 1975 la mayoría de los ex líderes estudiantiles de la FEUC acudieron al llamado de Jaime Guzmán su líder natural para crear un movimiento político capaz de otorgar legitimidad a la dictadura. Reconocida por ellos mismos como una de las antecesoras decisivas de la UDI, el 6 de julio de ese año nació, en el cerro Chacarillas, el Frente Juvenil de Unidad Nacional. Entre los dirigentes del movimiento se encontraban Cristián Larroulet, Andrés Chadwick, Juan Antonio Coloma, Luis Cordero, Hernán Larraín y su secretario general, Javier Leturia. Mención aparte para Miguel Kast (fallecido), entonces subdirector de la Oficina de Planificación (Odeplan), quien fue uno de los 18 miembros del primer Consejo Nacional del Frente Juvenil.

Casi tres meses después, el 24 de septiembre de 1975, se inscribía en el «Diario Oficial» la constitución de la Cooperativa de Ahorro y Crédito La Familia, sucesora de una entidad similar originada un año antes al interior de las aulas del campus Oriente, destinada a otorgar créditos a alumnos incapaces de pagar los aranceles de la universidad.

Coincidentemente, muchos de los socios fundadores y miembros del directorio de La Familia eran también importantes dirigentes del Frente Juvenil y de la UC. Entre los más destacados se encontraban Hernán Larraín entonces director de Estudios y Planificación , Alberto Hardessen, Carlos Bombal y Luis Cordero.

Apenas fue lanzada al mercado, miles de personas se arrimaron a La Familia como abejas al panal, colocando ahí los dineros de toda una vida. La oferta era atrayente, ya que por primera vez una institución de estas características ofrecía créditos y captaba dineros de sujetos con menores ingresos. Por la misma cercanía con la UC, la confianza de la gente creció cuando Canal 13, de propiedad de la casa de estudios, fue el principal garante de la cooperativa. Rostros como Claudio Sánchez y el tenista Patricio Cornejo invitaban a la población a confiar en La Familia a través de sendos spots publicitarios. La estación televisiva, incluso, montó un programa de canto conducido por el integrante de Los Huasos Quincheros Benjamín Mackenna, denominado «Fa-Mi-Lia en Familia» que contaba con el patrocinio de la cooperativa.

Eran los tiempos en que los intereses que ofrecían las financieras eran más atractivos que depositar dinero en los bancos. Las tasas que ofertaba La Familia, a 30, 60 ó 90 días, superaban el 10% . Al mismo tiempo, obtener créditos para los interesados, sobre todo empresarios, implicaba tener que pagar grandes sumas de dinero en intereses.

Pero cuando se vino la debacle, todo el montaje desapareció. Los medios de comunicación de la época informaron que la insolvencia de La Familia se debía a la quiebra de su principal cliente, la constructora Socofe. ¿Cómo un solo cliente había provocado la incapacidad de pago de la cooperativa? La razón que se dio fue que La Familia había comprometido el 40% de sus activos en préstamos a la empresa. Por ese mismo tiempo se supo que se habían saltado todos los procedimientos para garantizar la devolución de los dineros, sin dejarse garantías reales.

LND averiguó que sus dueños, los hermanos Fernández Drey, eran además miembros del directorio de la financiera Condell y amigos de los principales directivos de La Familia.

Los abogados Pablo Rodríguez y Hernán Bosselín patrocinaron a cerca de 400 víctimas en querellas contra los ejecutivos de La Familia. Una de las primeras medidas del abogado ex Patria y Libertad fue solicitar una orden de arraigo (aprobada por el tribunal) para Jaime Guzmán, ya que los mismos miembros del Frente confesaron judicialmente que retiraron dineros de La Familia, sin que existiese un registro contable de su devolución.

GUZMÁN Y EL LIBRO ROJO

Una de las últimas noticias relacionadas con la cooperativa fue un frustrado viaje de Jaime Guzmán fuera del país. En el mismo aeropuerto fue retenido por una orden de arraigo que aún estaba pendiente por este caso. Junto con solicitar al tribunal que levantara la medida, reclamó ante las autoridades del Ministerio de Justicia de la época.

En medio de la desinformación del momento, el contador de La Familia, Jaime Carreño Barrera hermano del coronel secuestrado por el FPMR en 1987 reveló al juez Dunlop que existía un cuaderno donde se llevaba una contabilidad paralela: el Libro Rojo. En éste se consignaban préstamos y empresas sin ningún tipo de respaldo legal.

La Policía de Investigaciones dio con el Libro Rojo, que estaba en poder del abogado Miguel Alex Schweitzer.

LND tuvo acceso al documento, que nunca salió a la luz pública y que entre más de 120 nombres registra que Jaime Guzmán retiró desde la cooperativa 30 mil pesos, suma que actualizada asciende a 2,5 millones. Según las observaciones de los peritos de la causa, el polémico libro indica que Guzmán no pagó la deuda:

«El egreso entrega de dinero no tiene ninguna otra anotación ni contrapartida, por lo cual aparece pendiente, ya que no hay signo alguno de su devolución».

El Libro Rojo también indicaba que cerca de nueve millones de pesos (cifra actualizada) habían ido a parar al Frente Juvenil, que lideraba, entre otros, el mismo Guzmán.

De ahí que el tribunal citara a declarar a Luis Cordero, en febrero de 1977 (uno de sus dirigentes y fundador de La Familia), quien luego se hizo célebre debido a que fundó la UDI y, posteriormente, fue el miembro más conservador del directorio de TVN.

«Puedo manifestar que los tres préstamos otorgados por la Cooperativa de Ahorro y Crédito La Familia al Frente Juvenil los gestioné por un acuerdo del comité ejecutivo del movimiento a raíz de unos apuros que teníamos en cancelar una deuda originada por unos folletos que habíamos mandado hacer», declaró Cordero, implicando directamente a Guzmán.

Según Cordero, dos fundadores de la UDI, Cristián García-Huidobro y Claudio Arteaga fueron los encargados de retirar el dinero. Como no contaba con documentos que avalaran la operación, señaló que «ellos directamente deben haber cancelado la deuda».

LOS AUTOS DE LARRAÍN Y BOMBAL

Consultado por LND, el socio fundador de La Familia y activo ejecutivo de ella, el senador y actual presidente de la UDI, Hernán Larraín, declinó profundizar en el tema, aludiendo haber olvidado los detalles y porque su relación con la cooperativa habría sido menor. Se limitó a explicar que el escándalo financiero se debió a errores de principiante.

«Hubo muy buena fe, pero mucha ingenuidad también. Es una historia para no recordar».

En el juicio declaró haber participado «en la reunión inaugural y me inscribí como socio de la cooperativa en junio de 1975. Desde ahí no tuve más participación hasta marzo de 1976, que me invitaron a participar de un comité educativo. [ ] Hice trabajos profesionales como abogado durante la gerencia de [Cristián] López y [Rodrigo] Mujica [dos gerentes generales de la cooperativa]».

Larraín, además, figura en el Libro Rojo retirando cerca de tres millones de pesos (cifra actualizada) de la cooperativa. Y declaró que solicitó los fondos para comprar un automóvil. Agregó que le entregaron el dinero en efectivo, «firmando unos documentos que no recuerdo exactamente qué eran. [ ] Lo firmé en ese minuto, no tengo idea en qué parte de la contabilidad lo anotaron», declaró Larraín.

El Libro Rojo consigna que la cifra solicitada por Larraín habría sido menor. Pero en su declaración, el contador Carreño dijo que varios de los préstamos efectuados no aparecen consignados y que varios de aquellos que aparecían como pagados en el libro, nunca fueron cancelados. Larraín también estuvo con orden de arraigo por este caso.

El ex senador Carlos Bombal trabajó para la cooperativa como abogado desde junio de 1976 hasta fines de ese año. Reconoce haber retirado una cifra de dinero, pero ésta no coincide con lo señalado en el Libro Rojo. Según él, sólo en una ocasión sacó en moneda actual cerca de 700 mil pesos de la cooperativa, y coincidente con Larraín, también fue para comprarse un auto. «Lo estoy descontando de mis honorarios», señaló al tribunal.

AZUL OSCURO

Entrevistado por la revista «Qué Pasa», en febrero de 1977, Jaime Guzmán señaló que no tenía relación con La Familia, más allá de conocer a algunos de sus integrantes. En esos días no se sabía que su nombre también aparecía en el Libro Rojo. Sin embargo, la prensa de la época vinculó escuetamente su nombre con La Familia, debido a la existencia de la Fundación Azul (entidad gremialista), presidida por él mismo, que habría entregado dineros a la cooperativa de ahorro. En la misma entrevista, Guzmán se encargó de negar cualquier relación entre ambas instituciones.

Sin embargo, fue en tribunales donde la verdadera relación quedó manifiesta. Según consta en el proceso, en junio de 1976 la Secretaría General de Gobierno le encomendó a la Fundación Azul la organización de la Fiesta de la Primavera, un megaevento musical de tres días televisado por TVN y Canal 13 y que condujo Don Francisco. El trabajo de la fundación fue captar todos los fondos «provenientes de empresas, publicidad y con el patrocinio de los programas de los medios de comunicación», para posibilitar el evento.

Aunque nunca se probó, publicaciones de la época señalan que «un suculento excedente» de los dineros captados para la fiesta habría sido entregado a La Familia por parte de la Fundación Azul. En el silencio de los tribunales, el presidente del directorio de la cooperativa y entonces subsecretario del Ministerio del Trabajo, Tomás Irarrázabal, fue instado a confesar por qué en la contabilidad aparecían donaciones relacionadas con la Fundación Azul. «Conozco las operaciones del Libro Rojo», declaró a fojas 616. Agregó que «existían algunas donaciones. […] Tengo entendido que las donaciones podrían ser las que se refieren a la Fiesta de la Primavera».

Además, como nexo entre La Familia y la Fundación Azul aparecía uno de los hombres más apreciados por Guzmán: Javier Leturia, miembro del directorio de la fundación, socio fundador de La Familia y activo dirigente del Frente Juvenil. En ese tiempo, Leturia era célebre debido a que cuando asumió la presidencia de la FEUC, en 1973, solicitó la renuncia del Presidente Allende.

LA UNIVERSIDAD FAMILIAR

En el aspecto criminal, el escándalo financiero hizo caer en prisión sólo a cuatro ejecutivos de La Familia, también egresados de la UC: los gerentes generales Cristián López y Rodrigo Mujica (destacado dirigente gremialista y entonces ex director de la Oficina de Planificación Agrícola), el presidente del directorio, Tomás Irarrázabal, y el director, Alberto Hardessen.

Cuando se inició el negocio, los socios fundadores de la cooperativa convencieron a las autoridades de la casa de estudios de invertir en La Familia los dineros de las matrículas. Varios de ellos eran vicerrectores y tenían altos cargos.

Cuando estalló el caso, de inmediato la universidad intentó desmarcarse de la cooperativa.

Su principal argumento fue que la financiera les adeudaba grandes cantidades de dinero y que su relación se limitaba a un acuerdo de palabra a través del cual la cooperativa les cobraba una cierta cantidad por la administración de sus fondos, principalmente provenientes del pago de las matrículas de sus estudiantes. Sin embargo, el hecho de que La Familia hubiese nacido de sus propios ex alumnos, que al momento del escándalo tuviera una oficina al interior de la universidad y que varias de sus autoridades fueran además socios de la cooperativa, pusieron en duda esta versión. De ahí que cuando Hardessen cayó detenido presentó su renuncia a la Vicerrectoría de Asuntos Económicos y Administrativos al rector Jorge Swett, quien la aceptó de inmediato.

Nada que se previera en el primer semestre de 1976. El 18 de mayo, Cristián López, gerente general, envió una carta al director de Asuntos Estudiantiles, Sergio Tuteleers, señalándole que en su calidad de abogado asesor de la cooperativa, Hernán Larraín recomendaba que la universidad «se haga socia de La Familia, materia que por el lado de cuotas de incorporación estaría resuelto». En efecto, la UC no debería pagar la cuota debido a que tanto Larraín como Tuteleers eran socios fundadores de La Familia y miembros de la casa de estudios.

Sin embargo, el convenio nunca se firmó porque, según la versión de diversos testigos en la causa, la UC comenzó a dudar de la idoneidad de la cooperativa y presionó para que les devolvieran sus ahorros. Gracias a información otorgada por los propios miembros de la cooperativa, habría logrado recuperar más dinero que el resto de los depositantes. La casa de estudios nunca se querelló en contra de la cooperativa.

LOS 451 DÍAS DE HARDESSEN

Como sucede en muchos casos, el dinero de los cerca de 400 ahorrantes, que sumaba más de 5.400 millones de pesos actuales, se perdió. El interventor de la época, Héctor Rencoret, ordenó liquidar los activos con un tope de 40 mil pesos por persona. En total, sólo se canceló un porcentaje cercano al 20% del total. Uno de los querellantes refleja la situación en que quedaron luego de ser defraudados por La Familia: «Tantas fueron las maximaciones, préstamos incontrolados y gastos, que llegó un día en que cesaron los pagos, luego arrancaron y se escondieron frente al reclamo enérgico y desesperado de tanta gente que perdió todo el esfuerzo de una vida, como es mi caso. Adjunto recorte de diario que demuestra la calidad de estos señores, mientras yo no tengo ni para medicarme»

En 1992 aparecieron las sentencias definitivas. López fue condenado como autor a cinco años y un día; Hardessen, también como autor, recibió 541 días de condena. Luis Gaete y Rodrigo Mujica, ambos encubridores, recibieron 541 días, sin que se persiguieran otro tipo de responsabilidades.

A finales de la década de 1990, cuando Hardessen debía pedir autorización al tribunal cada vez que quería salir del país, debía consignar una fianza para garantizar su retorno. Paradogicamente, en al menos una ocasión esa fianza fue pagada por el empresario Luis Fernández Drey, el mismo dueño de la constructora Socofer que recibió grandes cantidades de dinero de La Familia, sin ningún tipo de respaldo y que finalmente fue sindicada como la causante de la quiebra de la cooperativa.

Fuente: La Nación

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