La presencia del pez cobia en el Pacífico oriental podría tener consecuencias de largo alcance sobre la pesca y la ecología marina. Se trata de una especie cultivada en maricultura, extremadamente agresiva con el medioambiente, de la cual escapó un número significativo desde sus jaulas, en Ecuador.
En abril de 2015, Ecuador lanzó su primer proyecto de maricultura que consistía en la crianza de peces cobia en unas jaulas situadas en el norte del puerto de Jaramijó, en la provincia de Manabí. No obstante, tan solo unos meses después, en agosto, un gran número de peces se escaparon de las jaulas en alta mar y ahora suponen una amenaza científica en Panamá, Colombia y hasta en México.
A principios de octubre, el pez comenzó a provocar preocupación entre los pescadores artesanales, informa ‘El Universo‘. Ahora, los científicos advierten que el pez cobia, que es un carnívoro voraz, puede suponer un peligro para distintos ecosistemas y podría tener consecuencias de largo alcance sobre la pesca y la ecología marina en el Pacífico oriental, informa AFP.
El pez, que también se conoce como rey negro o salmón negro, puede alcanzar los dos metros de largo y 78 kilos de peso. Se alimenta de crustáceos, calamares y otros peces.
El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), con sede en Panamá, ha emitido este mes una alerta sobre la proliferación del pez en la costa del Pacífico de Colombia y Panamá, informa ‘La Prensa‘.
La cobia “representa un tipo inusual de depredadores de la zona tropical del Pacífico oriental” y con su presencia aumenta “el grado de incertidumbre sobre sus efectos y el potencial para una mayor perturbación de los ecosistemas de la zona”, ha comentado Ross Robertson, científico del STRI.
Menos de tres meses después de la fuga de los peces, el STRI registró avistamientos de cobias en las costas de Panamá, que según sus características, son las que se escaparon de Ecuador. “Son 1.000 kilómetros en dos meses y medio”, ha comentado Ross Robertson a BBC Mundo. “Si siguen así, podrían estar en México en seis meses”, ha agregado.
Por este motivo, Robertson ha advertido a sus colegas de Perú, México e incluso California para que estén atentos a la posible aparición de las cobias.
Por su parte, Haydee Medina, técnica del Departamento de Biodiversidad de Costas y Mares del Ministerio de Ambiente de Panamá, ha dicho a BBC Mundo que tras la alerta del STRI han comenzado a trabajar con la Autoridad de los Recursos Acuáticos del país para elaborar un plan de acción “antes de que [el problema] se vaya de las manos”.
Lo importante es que “no suceda lo mismo que pasó con el pez león” ha subrayado Medina explicando que “a veces las especies invasoras se expanden más rápido de lo que las naciones hemos podido reaccionar”.