Poco difundidas y analizadas, las cifras de pobreza, salarios y desigualdad en Chile siguen marcando en rojo en una perspectiva real de impacto social en la población. Pobreza real afecta a 20.4%. El 70% de trabajadores gana menos de 426 mil pesos.
La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) dada a conocer por el Ministerio de Desarrollo Social a fines de enero del presente año, incluyó una metodología y factores nuevos que llevaron a concluir que el 20.4% de la población está en el nivel de pobreza. Esto, porque la cifra corresponde a chilenas y chilenos con deficiente acceso a la educación, la salud, la vivienda y el trabajo. A esta medición se le llamó “pobreza multidimensional”.
A eso se agregó -y puede explicar en parte el dato anterior- un estudio de la Fundación Sol, que determinó que el 70% de los trabajadores chilenos gana menos de 426 mil pesos mensuales. Y que el 50% gana menos de 300 mil pesos al mes.
Una cifra realmente alarmante si se considera que de acuerdo a varios estudios independientes de “canasta”, considerando alimentación, arriendo, gasto en educación, transporte, vestuario, previsión y un mínimo en salud, un trabajador en Chile debería ganar arriba de 800 mil pesos al mes.
Por eso, también resultó relativo el dato entregado por la CASEN en el sentido que el 14.4% de la población chilena es pobre, ya que se toma como piso de ingreso alrededor de 170 mil pesos para no ser considerado pobre. Algo que parece un atentado a la realidad.
Las cosas se agravan si se considera el dato entregado por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la propia CASEN, de que el 70% de personas asalariadas en Chile, están en el nivel de pobreza. Es decir, una inmensa cantidad de chilenas y chilenos trabajan, pero siguen siendo pobres.
En conversación con Radio Nuevo Mundo, la Ministra de Desarrollo Social, María Fernanda Villegas, apuntó a una contradicción que se presenta en el país, ya que “hay muchas personas que incrementan el ingreso, pero siguen con carencias en salud, educación, vivienda o el mismo trabajo”. Indicó que es necesario medir la pobreza “por ingreso y por el factor multidimensional porque es un mejor reflejo de la realidad”.
Lo que ocurre, es que en Chile a la gente no le alcanza el dinero para vivir digna y adecuadamente, al punto que más del 20% está en la pobreza usando rangos de acceso a lo fundamental para su desarrollo.
Por algo, un informe de Deuda Personal de la Universidad San Sebastián y Equifax, reveló que entre el 2012 y el 2014 los deudores morosos en Chile pasaron de un millón 675 mil a 3 millones 128 mil, mostrando que para vivir, chilenas y chilenos tienen que endeudarse.
Así, la Encuesta Financiera de Hogares del Banco Central apuntó que más del 63 por ciento de los hogares chilenos tienen deudas. Según la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística, el porcentaje de hogares con deuda es del 60%. Realmente una situación agobiante que da cuenta de la realidad que vive 6 de cada 10 familias chilenas.
Hay que decir que según estudios privados, casi el 50% del ingreso de los hogares se debe gastar en el pago de deudas. Toma sentido aquello que repiten muchos ciudadanos de que “no trabajo para vivir, sino que vivo para trabajar”.
De tal manera que resultan relativos o al menos no muy trascendentes datos como que la pobreza en Chile bajó a un 7 o un 5 por ciento (según se analice con la última o la anterior CASEN), porque la realidad de la inmensa mayoría de la población es bastante angustiante…a pesar de tener trabajo y un salario.
Dicho sea de paso, no es mejor que casi el 3% de la población esté en el rango de indigencia de acuerdo a las metodologías de medición de ingreso y carencias.
Respecto a los precarios salarios, de acuerdo a la investigación de la Fundación Sol, los economistas Gonzalo Durán y Marco Kremerman señalaron que “se puede concluir que en Chile se registra un considerable atraso salarial”.
Los datos a la baja contrastan con que el 3.2% de los asalariados, un porcentaje mínimo, tiene sueldos entre 852 mil y un millón de pesos, es decir, 3 de cada 10 trabajadores gana lo que se necesita para vivir. Y según el estudio, un 1.4% obtiene salarios entre un millón 252 mil pesos y 1 millón 500 mil pesos.
En este contexto se puede traer a colación el estudio de la Faculta de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, que indicó que el ingreso per cápita de las mil 200 personas más ricas de Chile es de más de 10 millones de dólares al año, unas 3 mil veces mayor que el ingreso anual del 80% de los chilenos. Lo que, por lo demás, desmiente y echa abajo las referencias positivas de hablar que en Chile el ingreso per cápita es de más de 20 mil dólares por persona, porque eso es un número, pero no una realidad.
Coinciden esos datos con que el 1% más rico del país, se lleva el 30% del ingreso nacional.
El ingeniero y analista Patricio Palma señaló que “todos estos datos conocidos y que se van conociendo, demuestran el nivel escandaloso de la desigualdad en Chile y, por lo tanto, la necesidad que hay de terminar con esta situación que afecta a la mayoría de la población”.
La Ministra de Desarrollo Social, María Fernanda Villegas, indicó en Radio Nuevo Mundo que las cifras de pobreza conocidas y el tema latente de desigualdad llaman a “reforzar el sistema de protección social y otorga más fuerza a la necesidad de llevar a cabo las reformas que se están haciendo”. Añadió que “estas cosas no se resuelven por la macroeconomía o sólo por factores de ingresos, como está demostrado, sino que la tarea apunta a concentrarnos en la igualdad que hay que lograr en el país”.
En todo caso, economistas independientes, parlamentarios, dirigentes sociales y sindicales, analistas y personeros políticos, no dejan de señalar que para que baje la pobreza, haya empleos bien remunerados y exista una equitativa redistribución del ingreso, se requiere de modificaciones estructurales en el modelo económico o de desarrollo del país. Objetivo gigante ante un drama también gigante.
Fuente: Reporte