Para fortalecer la profesión docente y hacer atractivo el estudio de la pedagogía, es necesario dignificar la profesión docente, lo que no pasa exclusivamente por mejores rentas, sino también por mejores condiciones para la enseñanza, tales como reducir el número de alumnos por aula, buena relación entre el tiempo lectivo y no lectivo, menos carga administrativa y más tiempo para la reflexión pedagógica, la personalización del trabajo pedagógico y con apoderados, entre otros.
Solo esto podrá hacer de la profesión docente una profesión más atrayente para los mejores talentos, los que para nosotros no están representados solo por buenos puntajes en la PSU, pues consideramos que aspectos como la intención vocacional, el compromiso social, la capacidad creativa, el manejo de grupos, las habilidades didácticas, entre otros, son fundamentales para el buen ejercicio de la docencia.
El día 8 de enero se ha votado en la Comisión de Educación del Senado el proyecto de ley que propone una serie de medidas relacionadas con los requisitos de ingreso a las pedagogías, la prueba Inicia habilitante (de hecho), un incentivo económico para profesores noveles que hayan obtenido puntajes sobresalientes en la PSU, entre otras materias de diversa índole.
A pesar de que solo fue aprobado en general y no completo como lo quisiera el gobierno, lamentamos que se haya aprobado la idea de legislar este proyecto, pues -tal como lo hemos sostenido en múltiples declaraciones, informes, presentaciones en el parlamento, así como en el intercambio con decanos de universidades públicas y privadas- rechazamos la implementación de estas medidas, ya que consideramos que no se hacen cargo del fortalecimiento de la formación inicial docente ni constituyen un avance hacia la consecución de una Carrera Profesional docente real.
Una Carrera Profesional debe considerar el ingreso al mundo del trabajo, el perfeccionamiento continuo, el desarrollo profesional horizontal y vertical, los mecanismos de evaluación del desempeño, las escalas salariales, así como la necesaria jubilación. Este proyecto no considera ninguno de esos elementos.
Al mismo tiempo, para enfocarse a la mejora sustantiva de la formación inicial docente (FID) se debe invertir recursos en la readecuación y actualización curricular, en la investigación pedagógica, en el aseguramiento de estándares mínimos y marcos regulatorios serios para la apertura, mantención y acreditación de las universidades e instituciones que imparten pedagogía, entre otros aspectos. Nuevamente este proyecto no se hace cargo de aquello.
Por lo tanto, no estamos ante un proyecto de fortalecimiento de la FID, ni ante un proyecto de Carrera Docente, sin embargo, se desembolsarán más de U$800 millones (informe financiero del proyecto de ley) en el financiamiento de esta iniciativa, la cual centra sus esfuerzos en intentar atraer al estudio de la pedagogía a estudiantes de enseñanza media con altos puntajes PSU, a pesar de que la evidencia no es concluyente de que haya una relación entre buen puntaje PSU y buen desempeño profesional futuro.
Para fortalecer la profesión docente y hacer atractivo el estudio de la pedagogía, es necesario dignificar la profesión docente, lo que no pasa exclusivamente por mejores rentas, sino también por mejores condiciones para la enseñanza, tales como reducir el número de alumnos por aula, buena relación entre el tiempo lectivo y no lectivo, menos carga administrativa y más tiempo para la reflexión pedagógica, la personalización del trabajo pedagógico y con apoderados, entre otros.
Solo esto podrá hacer de la profesión docente una profesión más atrayente para los mejores talentos, los que para nosotros no están representados solo por buenos puntajes en la PSU, pues consideramos que aspectos como la intención vocacional, el compromiso social, la capacidad creativa, el manejo de grupos, las habilidades didácticas, entre otros, son fundamentales para el buen ejercicio de la docencia.
Hacemos un llamado a los parlamentarios en general, pero en particular a los senadores de la Nueva Mayoría a considerar estos aspectos, así como la mayor parte de las opiniones de rechazo entregadas por expertos, decanos, investigadores, profesores de aula, como también el propio Colegio de Profesores. Esto podrán expresarlo en la etapa de discusión en particular, donde cada uno podrá efectuar las indicaciones que estime pertinentes, pues el debate pendiente así lo contempla.
Para ello, el mejor antecedente es el cambio de nombre del proyecto, el cual implica reconocer que este no es un proyecto de Carrera Profesional, pero además, obliga a realizar un debate en comisión mixta, de ser aprobado por la sala del Senado. Todo ello hará que el presente proyecto se extienda más allá del periodo legislativo actual y, por cierto, del gobierno vigente.
Avanzar en una verdadera Carrera Docente es una necesidad país y está en el programa de gobierno de la presidenta electa. Esperamos que esos compromisos se cumplan a favor, no de los intereses de los miles de profesores que ejercemos en el sistema escolar público y privado, sino y por sobre todo, de las condiciones de enseñanza que el Estado y la sociedad deben garantizar para la buena educación y adecuados procesos de aprendizajes de nuestros niños, niñas y jóvenes.
(*) Presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores
Fuente: El Quinto Poder