El hallazgo de la bacteria estafilococo dorado, detectada en las pericias aplicadas a los restos del Premio Nobel de Literatura 1971, Pablo Neruda, refierza la posibilidad de que el deceso del poeta haya sido provocado y no una consecuencia del cáncer a la próstata que lo aquejó, como señala hasta ahora la historia oficial. El decisivo descubrimiento, que abre la puerta para establecer la real causa de muerte del vate, fue dado a conocer por el Programa de Derechos del Ministerio del Interior. Ahora, el trabajo quedará en manos de un panel de expertos, cuyo resultado podría estar dentro de un año.
La investigación se inició en 2011 a raíz de una denuncia presentada por el Partido Comunista, que tomó en cuenta unas afirmaciones de Manuel Araya, antiguo chofer de Neruda, a la revista mexicana Proceso.
Araya dijo que días después del golpe militar que encabezó Augusto Pinochet, el literato había sido envenenado por agentes de la dictadura mediante una inyección que le fue suministrada en el centro asistencial privado.
En abril del 2013 el cuerpo del vate nacional fue exhumado de su tumba por orden judicial, con el objetivo de realizar estudios técnicos que confirmaran la causa de su muerte el 23 de septiembre de 1973 en la Clínica Santa María. Los análisis proteómicos y genómicos fueron practicados en el Centro de Ciencias y Técnicas Forenses de la Universidad de Murcia.
En febrero pasado, el magistrado Mario Carroza señaló en una resolución que «ya se encuentran cumplidas la totalidad de las diligencias científicas», sin embargo, con los nuevos antecedentes, seguirá pendiente la resolución de un caso donde han surgido las dudas que llevan a presumir que Neftalí Reyes Basoalto haya sido envenenado en circunstancias similares a las del ex Presidente Eduardo Frei Montalva (22 de enero de 1982).
Según el Partido Comunista, la «bacteria indica que existe sustento para investigación y los restos de Neruda deberán permanecer a disposición de la justicia». Cabe recordar que la semana pasada, la Fundación Pablo Neruda pidió que los restos del poeta sean devueltos a su sepulcro de Isla Negra, por considerar que «ha pasado un tiempo más que prudencial» para que «vuelva a descansar en paz».
El hallazgo es el resultado de pericias practicadas en el Centro de Ciencias y Técnicas Forenses de la Universidad de Murcia, realizadas en el marco de la investigación que lleva adelante el juez Mario Carroza, tendente a esclarecer las causas exactas de la muerte del poeta y ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971.
Los peritajes hallaron además otros dos elementos, pero que sí están relacionados con el cáncer de próstata “diseminado y con un proceso de tipo infeccioso” que Neruda padecía desde varios años antes de su muerte.
Las pericias, explicaron los responsables del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, forman parte de los nuevos exámenes proteómicos y genómicos que Carroza dispuso practicar a las osamentas del vate.
Cabe recordar que el juez Mario Carroza busca dilucidar si Neruda murió a causa del cáncer o si su deceso fue inducido por terceros mediante algún elemento extraño a los fármacos que se le suministraban por su enfermedad, por lo cual su cuerpo fue exhumado en abril de 2013.
La investigación partió en 2011, luego de una denuncia del Partido Comunista, amparada en afirmaciones de Manuel Araya, antiguo chófer de Neruda, a la revista mexicana Proceso.
Araya aseguró que Neruda había sido envenenado por agentes de la dictadura mediante una inyección que le fue suministrada en la clínica en la que estaba ingresado.
El cuerpo de Neruda estuvo desde su muerte en un nicho del Cementerio General de Santiago, hasta después de la recuperación de la democracia en Chile, en 1990, cuando cumpliendo su deseo fue trasladado y sepultado en su casa de la localidad costera de Isla Negra, junto a su esposa Matilde Urrutia.
“El análisis de estos datos requiere de una dosis oportuna de prudencia para evitar conclusiones aventuradas, en ausencia de informaciones adicionales, de las que en este momento carecemos”, subraya el informe.
El panel de expertos a que se refiere el texto lo integran el catedrático español Aurelio Luna Maldonado, el antropólogo forense español Francisco Etxeberría y los chilenos Cristián Orrego, experto genetista; Gloria Ramírez, experta en laboratorio y Luis Soto Román, perito intensivista en medicina broncopulmonar.
La semana pasada, la Fundación Pablo Neruda pidió que los restos del poeta sean devueltos a su sepulcro de Isla Negra, por considerar que “ha pasado un tiempo más que prudencial” para que “vuelva a descansar en paz”.