Pablo Zambrano (*)
El pasado 17 de marzo el gobernador del de Potosí, Félix Gonzales, anunció que para 2015 es “inminente” el corte de las aguas del río Silala que fluyen hacia Chile.
En el marco de la inauguración de un criadero de truchas, que se nutre de las aguas de esta cuenca altiplánica compartida por ambos países, Gonzales declaró: “Si ellos no quieren negociar nuestra soberanía marítima, estamos mandando este tipo de mensajes para que sepan que nosotros tampoco regalaremos nuestra valiosa agua”.
Según informó en dos años más éste y otros proyectos de infraestructura en el lado boliviano utilizarán el 100% de los recursos de este río.[i]
El anuncio del gobernador de Potosí no debiese sorprender a nadie, ya que en noviembre del año pasado el secretario de Desarrollo Agropecuario de la misma Gobernación, Raúl Mendizábal, advirtió que “Chile va a tener que preocuparse porque el gobernador, Félix Gonzales, tiene el propósito de que las aguas del Silala se usen al 100%”.[ii]
Si bien nada de esto es novedoso, sí es extremadamente preocupante porque las aguas del Silala son utilizadas para abastecer de agua potable a Antofagasta y para los procesos productivos de Chuquicamata. Entonces a partir de 2015 una parte importante de la población de Antofagasta verá severamente limitado el acceso al agua potable y el normal funcionamiento del yacimiento minero de mayor relevancia para el país estará seriamente comprometido.
Pero más importante, e inquietante, es que de acuerdo a la Constitución promulgada durante la administración de Evo Morales en diciembre de 2013 el gobierno Boliviano está obligado a declarar nulo el Tratado de Paz y Amistad firmado con Chile.[iii] Entonces, el verdadero problema es que el inminente corte de las aguas del Silala hacia Chile encontrará a ambos países en un eventual “limbo diplomático”.
El Silala es una cuenca hidrográfica transfronteriza que se encuentra en el desierto de Atacama, a unos 300 km al noreste de Antofagasta. Nace en Bolivia, en humedales ubicados a más de 4.500 msnm., después de 700 m. cruza la frontera y fluye en territorio chileno por aproximadamente 7 km. luego de los cuales regresa al país vecino.[iv]
En Chile se une el Río Helado, donde ambos forman el río San Pedro de Inacaliri, un afluente del Loa.
En enero de 2010 los únicos usuarios bolivianos de este río eran los siete soldados bolivianos del puesto avanzado militar establecido por el gobierno de Morales en 2006 (quienes, dicho sea de paso, son los administradores del proyecto piscícola).[v] El poblado boliviano más cercano se encuentra a unos 70 km al sureste de la cabecera del río, y sus habitantes no utilizan las aguas del Silala. Muy por el contrario, para Chile el Silala tiene un valor estratégico fundamental, dado el insustituible rol social y económico antes mencionado.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA) definió al Silala como una de las “Cuencas hidropolíticas más vulnerables del mundo”.[vi] Este organismo define la “vulnerabilidad hidropolítica” como el riesgo de conflicto político en ríos compartidos.
La probabilidad de conflicto aumenta cuando el ritmo de cambio en la cuenca, sea este físico, social o político, excede la capacidad institucional (determinada por la existencia de tratados internacionales y los patrones de amistad/enemistad que imperan en las relaciones) de absorber dicho cambio. Según el PNUMA se consideran como indicadores relevantes de vulnerabilidad hidropolítica, entre otros (ver tabla), el crecimiento económico asimétrico, grandes proyectos de infraestructura unilaterales y la ausencia de capacidad institucional, todos los cuales se encuentran presentes en la cuenca del Silala.
En la disciplina de Relaciones Internacionales ha sido materia de intenso debate si la escasez de agua es o no un detonante de conflictos violentos entre estados. En este sentido, cabe destacar que la experiencia internacional sugiere que la escasez de agua no es una causa directa de conflictos violentos, sino que el agua ha sido utilizada, en un contexto de violencia, como herramienta para obtener ventajas políticas o militares en un conflicto.[vii]
Tal y como lo aclaró el gobernador de Potosí, Bolivia utilizará las aguas del Silala, y el valor estratégico que tienen para Chile, como moneda de cambio para satisfacer su aspiración marítima.
Pero la experiencia internacional también nos entrega luces de esperanza sobre este conflicto. En el caso específico de las cuencas transfronterizas, un proyecto de la Universidad de Oregon, Estados Unidos, intentó identificar empíricamente las principales causas y determinar los indicadores más efectivos de conflictos futuros relacionados con el agua.[viii]
Se estudió cada interacción reportada entre dos o más naciones, ya sea conflictiva o cooperativa, donde el agua fue el detonador o el elemento principal del evento, en todas las cuencas fluviales transnacionales del mundo durante el período 1948-1999.
En total se registraron 1.831 eventos, de los cuales 507 fueron conflictivos, 1.228 cooperativos y 96 neutros o no significativos. Es decir, el 67% de las interacciones fue cooperativa.
Más aún, mientras que la mayoría de los eventos fueron moderados (intercambios verbales oficiales y no oficiales), de los 37 casos de conflicto agudo, 30 fueron entre Israel y uno u otro de sus vecinos, y el último se registró en 1970. Como destaca esta investigación, el registro histórico muestra que el agua tiende a ser un factor unificador, incluso entre enemigos acérrimos.
Por ejemplo, el Comité del Mekong opera sin interrupciones desde 1957, intercambiando información incluso durante la guerra de Vietnam. O la Comisión del Río Indo, que ha sobrevivido a dos guerras entre India y Pakistán.[ix]
Entonces, promover la formación de una comisión técnica bilateral respecto del uso y cuidado de las aguas del Silala podría ser un primer paso para retomar las negociaciones que sostuvieron ambos gobiernos entre 2006 y 2009, y así pavimentar el camino para una solución pacífica de beneficio mutuo.
Establecer canales de comunicación bilaterales su vuelve más importante al considerar los efectos del cambio climático en la región. Durante los últimos años se ha visto afectada por una sequía que ha disminuido las precipitaciones.[x] Por ello, las autoridades bolivianas anunciaron un proyecto para bombear las aguas del Silala hacia Laguna Colorada.[xi]
Como se dijo anteriormente, cambios en las condiciones medioambientales y proyectos unilaterales aumentan la vulnerabilidad hidropolítica en una cuenca, por lo que de mantenerse la situación actual el conflicto del Silala se complicará cada vez más.
Bolivia y Chile tienen dos años para aprender a transformar el problema del Silala en una oportunidad de cooperación, que ayude a restablecer las relaciones entre ambos países, antes que el conflicto escale a niveles a los que nadie quiere llegar.
Si países como India y Pakistán pueden, por qué nosotros no.
(*) Investigador Asociado del CEE. de la ANEPE.
Fuente: ANEPE
[i] Gonzales, 2013, citado en Luis Mealla, “Desde 2015 Se Prevé “Cortar” El 100% Del Agua Del Silala,” La Razón2013, http://la-razon.com/nacional/preve-cortar-agua-Silala_0_1797420350.html.
[ii] Mendizábal, 2012 citado en Luis Mealla, “Proyectos En El Silala Consumirán Permanentemente El 50% Del Agua,” La Razón2012, http://www.la-razon.com/nacional/Proyectos-Silala-consumiran-permanentemente-agua_0_1716428402.html.
[iii] Constitucion De La República De Bolivia,[2009]) (accessed 20 October 2011).
[iv] B. M. Mulligan and G. E. Eckstein, “The Silala/Siloli Watershed: Dispute Over the most Vulnerable Basin in South America,” International Journal of Water Resources Development 27, no. 3 (2011/09/01, 2011): 595-606 (accessed 2011/11/01).
[v] Ibid.; Alejandro Toromoreno, Situación Del Río Silala [Situation of the Silala River], 2000)
[vi] United Nations Environment Program UNEP, Hydropolitical Vunerability and Resilience Along International Waters – Latin America and the Caribbean (Nairobi, Kenya: United Nations Environment Programme – Division of Early Warning and Assessment (UNEP-DEWA) – Oregon State University (OSU),[2007]).
[vii] Peter Gleick, Water Conflic ChronologyPacific Institute for Studies in Development, Environment, and Security,[2008]).
[viii] Aaron T. Wolf, Shira B. Yoffe and Mark Giordano, “International Waters: Identifying Basins at Risk,” Water Policy 5 (2003): 29-60.; Shira B. Yoffe and others, “Geography of International Water Conflict and Cooperation: Data Sets and Applications,” Water Resources Research 40, no. WO5S04 (2004).
[ix] Wolf, Yoffe and Giordano, International Waters: Identifying Basins at Risk, 29-60.
[x] Miriam Telma Jemio, “Los Ocho Humedales De Bolivia Están Amenazados,” Bolivia Rural, http://www.boliviarural.org/articulos-de-opinion/item/los-ocho-humedales-de-bolivia-estan-amenazados.html.
[xi] Radio Cooperativa, “Bolivia Anunció Carretera Fronteriza En El Silala,” 2012, http://www.cooperativa.cl/noticias/mundo/bolivia/bolivia-anuncio-carretera-fronteriza-en-el-silala/2012-11-04/153635.html.