Al menos 34 personas murieron y más de un centenar resultaron heridas este domingo por la explosión de un coche bomba en Ankara, la capital de Turquía. El de este domingo es el tercer atentado de este tipo en la capital en los últimos meses.
En febrero pasado 28 personas murieron cuando un artefacto explosivo fue activado al paso de un convoy militar en el centro de Ankara.
El pasado octubre, más de 100 personas murieron en un atentado doble suicida en una manifestación por la paz kurda en Ankara.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha prometido una lucha implacable contra el terrorismo tras el ataque.
«Nuestro pueblo puede estar tranquilo, la lucha contra el terrorismo va a ser exitosa porque lo vamos a poner de rodillas», dijo a los medios locales.
Sobre estos últimos atentados, Erdogan dijo que los «grupos terroristas» estaban atacando a los civiles porque estaban perdiendo la batalla contra las fuerzas de seguridad turcas.
Fuentes gubernamentales señalan a los rebeldes kurdos como autores del ataque, aunque ningún grupo ha reclamado la autoría del hecho.
Pero Turquía también se ha visto afectada por el grupo Estado Islámico – que fue culpado por un ataque suicida que mató a más de un centenar de personas en el centro de Ankara el pasado mes de octubre.
El ataque
Según testigos, la explosión ocurrió cerca de una parada de autobús en el parque Guven, que está cerca de muchos ministerios del gobierno.
El diario Hurriyet dijo que la última explosión ocurrió alrededor de las 18:41 locales (16:41 GMT) y que muchas ambulancias estaban en el lugar.
La zona fue evacuada en caso de que hubiera un segundo ataque.
Ningún grupo se ha adjudicado la autoría del atentado.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, convocó a una reunión de seguridad de emergencia.
Las imágenes de la escena mostraron cuerpos en el suelo y rescatistas trabajando enérgicamente por salvar vidas.
El corresponsal de la BBC en Estambul, Mark Lowen, dice que tres ataques en la capital turca en menos de seis meses muestran las múltiples amenazas a la seguridad que Turquía enfrenta.
La explosión del mes pasado fue reivindicada por un grupo militante kurdo los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), que dijo en su página web que actuó en represalia por la política del presidente Erdogan.