Detrás de la polémica sobre el «acto de galantería del Presidente las AFP, subyace un hecho de la más profunda gravedad: el consenso a que han llegando las elites políticas y las cúpulas empresariales acerca de «solucionar» los insolubles problemas del sistema privado de pensiones mediante el cómodo expediente de expoliar aún más a los afil(i)ados por la vía de aumentar el monto de las cotizaciones y extender el períoso de las mismas. El «error» de Pérez Mackenna obedece al lobby que le está haciendo a esas propuestas de la Comisión Bravo.
La única solución posible para mejorar las pensiones es volver al sistema de reparto. En esa dirección marchan muchos países que cayeror en el garlito neoliberal, y están retornando a un sistema solidario, o al menos, mixto.
Pero en Chile, cómo somos tan especiales y modernos, por lo que se puede vislumbrar de dicha polémica, avanzamos a solucionar los males del sistema privado de pensiones mediante con más privatización, es decir, apropiarse del mayor «esfuerzo» de los imponentes, con el sambenito del aumento de los promedios de vida de la población.
Ni una mención a la reducción de las comisiones, ni una palabra respecto a castigar a las AFP respecto a decisiones que causen pérdidas a los fondos de pensiones.
Digámolo con franqueza: dichas propuestas no van en la línea de generar prensiones, sino de incrementar los volumenes de inversión del sistema en el sector de la gran empresa y el capital financiero.
Si los chilenos permiten esa barbaridad, quiere decir que no les importa que les metan la mano en el bolsillo.
Con los actuales niveles de rentabilidad, cualquier persona con un mínimo de sentido común y conocimiento, podría hacer rendir más su dinero invirtiéndolo personalmente, en lugar de dejarlo librado a las voraces AFP.
Por tanto, si en este Gobierno, o el que fuere, las propuestas de la Comisión Bravo se transforman en proyecto de ley, quiere decir que llegó la hora de lanzarse a la calle, exigir el fin del sistema privado de pensiones y recuperar un sistema de seguridad social que merezca tal nombre.
Ahora, revise la polémica de marras y descubra las señales que apuntan en la dirección que señalamos.
Rodrigo Pérez Mackenna pide disculpas: «Lamento sinceramente haber usado la expresión ‘acto de galantería'»
«Lamento sinceramente haber usado la expresión «acto de galantería» en la entrevista, fue un término desafortunado y pido disculpas, especialmente a las mujeres», señaló mediante una declaración el presidente de las AFP, Rodrigo Pérez Mackenna, al referirse a la entrevista publicada hoy por La Tercera en la que aseguró que la «jubilación de mujeres a los 60 años es un acto de galantería que cuesta caro».
En sus disculpas, el ex ministro de Vivienda del gobierno de Sebastián Piñera, argumentó que en sus declaraciones hay un «tema de fondo», que apunta a «cómo solucionar las pensiones de las mujeres. Ellas son discriminadas cuando son impulsadas a renunciar a sus empleos a los 60 años. Habitualmente tienen que seguir trabajando en empleos peor remunerados e informales, lo que afecta gravemente el monto de sus pensiones».
Puntualizando además que «El tema de las pensiones se debate en el mundo entero. A modo de referencia, en los últimos 2 años, 9 países de la OECD han igualado su edad de jubilación futura, entre hombres y mujeres. Sólo quedan tres países, incluyendo Chile, de un total de 34 con esta diferencia».
CUT calificó como «grosería» y «un insulto a las mujeres» dichos del presidente de las AFP
El vicepresidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Nolberto Díaz, calificó como una «grosería» y un «insulto a las mujeres» las declaraciones del presidente de Asociación Gremial de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs), Rodrigo Pérez.
En entrevista con La Tercera, el otrora ministro de Vivienda y de Bienes Nacional del gobierno de Sebastián Piñera analizaba los cambios a tomar en materia previsional.
En ese contexto, Pérez dijo que la edad de jubilación de las mujeres «nosotros la tenemos en 60 años. Ese es un acto de galantería que nos está costando caro. Ellas están viviendo más que los hombres; están llegando a los 91 años (expectativas de vida). No es viable financiar una pensión por más de 30 años. Tenemos ahí una oportunidad de mejora grande. Hay que tomar esa decisión».
Este mensaje provocó diversas expresiones de rechazo en las redes sociales, entre ellas la de la presidenta de la Democracia Cristiana, Carolina Goic, quien las calificó como «machistas» e «inaceptables».
«Las palabras del ex ministro de Sebastián Piñera son una grosería y un insulto al esfuerzo que hacen las mujeres en nuestro país y en todo el mundo. Las mujeres son mujeres trabajadoras, son madres, son esposas, son hijas, tienen que mantener la casa y tienen que seguir trabajando», expresó Nolberto Díaz.
«Lo que ha hecho el (ex) ministro Pérez Mackenna es un insulto grave a las mujeres de este país», remató el vicepresidente de la CUT.
Y ahora, revise con atención la madre del cordero, en la entrevista a La Tercera que originó la polémica, y aprenda a leer entre líneas.
Rodrigo Pérez Mackenna: «Jubilación de mujeres a los 60 años es un acto de galantería que cuesta caro»
El trazado de la hoja de ruta que deberá hacer el Comité de Ministros para realizar cambios al sistema de pensiones, basados en las propuestas de la Comisión Bravo, es uno de los intereses de Rodrigo Pérez Mackenna. El presidente de la Asociación de AFP (AAFP) valora el anuncio hecho en esa línea por la Presidenta Michelle Bachelet. “Me parece muy bien. Rescato que debemos tener esa hoja de ruta para mejorar las pensiones”, dice.
Pérez Mackenna asegura que el gremio está disponible para aportar a esa discusión desde un punto de vista técnico, pues hay decisiones que requieren capital político. “Es importante entender que hay decisiones que tomar que no son fáciles”, agrega, tras exponer sobre el sistema chileno de pensiones en el seminario “Desafíos globales para la seguridad de la jubilación”, efectuado esta semana en Boston, Estados Unidos, por la red de fondos de pensiones ICPM.
¿Como cuáles decisiones?
Por ejemplo, en el caso de las mujeres tenemos que aumentar la edad de jubilación. En Australia y otros países la están subiendo a 67 años. Nosotros la tenemos en 60 años. Ese es un acto de galantería que nos está costando caro. Ellas están viviendo más que los hombres; están llegando a los 91 años (expectativas de vida). No es viable financiar una pensión por más de 30 años. Tenemos ahí una oportunidad de mejora grande. Hay que tomar esa decisión.
¿Qué otras?
Fue postergada la obligatoriedad de cotización de los trabajadores independientes (a 2018, con efecto en Operación Renta 2019). Tenemos que ir incluso más allá de aquellos que se desempeñan a honorarios, pues hay otros independientes a los que incorporar a la cotización obligatoria.
Otra idea es elevar la tasa de cotización. La Comisión Bravo propuso incrementarla en cuatro puntos…
Sí, hay un relativo acuerdo en cuáles son los temas. Uno es ése y, en el caso de Chile, tiene que ser de cargo del empleador. Hay que dotar de garras a la Dirección del Trabajo para combatir la evasión y la elusión. El Estado tiene que ser un mejor empleador en ese sentido.
¿Ve al gobierno con la voluntad de asumir el costo político que estas medidas implican?
La forma de hacerlo es construir consensos. No es fácil, pero se puede. Hay que tratar de buscar la forma de lograr acuerdos transversales en esta materia. Creo que es posible y, pienso, existe acuerdo, desde el punto de vista técnico, sobre las cosas que hay que hacer.
¿Qué hacer con el pilar solidario?
La reforma de 2008 fue muy buena. Ahora, una propuesta de la Comisión Bravo fue elevar la cobertura y el monto de la pensión básica y el aporte solidario. Ese es el camino que hay que estudiar y ver cuáles son las capacidades del Estado, financieramente, de abordar este desafío. Creo que se puede buscar (opciones) para que en el tiempo se pongan más recursos en esto.
La Presidenta Michelle Bachelet habló de acelerar el proyecto de ley que crea una AFP estatal…
Estimo que no contribuye a mejorar las pensiones. Tampoco a aumentar la cobertura, a hacer más eficiente el sistema o a bajar los costos. Al ver la estructura de comisiones de las AFP, hay algunas que son extremadamente bajas. Diría que de las más bajas a nivel mundial. Ahora, si se decide ir adelante de cualquier forma con esta iniciativa, reitero que no estamos contra la competencia. Al contrario. Pero el proyecto como está no garantiza competencia en igualdad de condiciones.
¿Por qué no las garantiza?
Hay una serie de aspectos a abordar. Van desde el nombre (AFP del Estado o Estatal), y esto porque en el pasado han habido casos en que algunas administradoras no han podido ocupar el nombre de su grupo. Otras cosas pasan por el gobierno corporativo de esta institución; es importante que sea el adecuado. Y, sobre todo, temas que tienen que ver con que esta institución no aproveche como una ventaja desleal el aparato de Estado (…) Si no hay igualdad de condiciones, en el largo plazo será peor para los afiliados, pues habrá una entidad con una ventaja competitiva que le va a permitir capturar una proporción significativa del mercado y no, necesariamente, cumplir con los mejores estándares de rentabilidad y servicio.
Pensiones en el mundo
Esta es primera vez que invitan a un país latinoamericano a exponer a este congreso. ¿En qué consiste este foro y cuál es su importancia para el sistema chileno?
Es positivo para Chile participar en un foro como este, que es de altísimo nivel, con instituciones que administran fondos de pensiones, tanto estatales como privados, de naciones de la OCDE. En nuestra presentación describimos el sistema chileno y los desafíos que enfrentamos. Es interesante ver que Chile es visto como un caso de éxito. El país despierta un interés muy grande, porque su sistema es percibido como bien estructurado y bien pensado.
Considerando lo discutido en el seminario, ¿cómo está la situación de los sistemas de pensiones en el mundo?
En Chile tenemos un desafío grande, pero en el mundo el factor pensiones está generando problemas que, tal vez, son más graves que los nuestros. Aquí, lo que uno ve es que hay países en los cuales los sistemas están muy desfinanciados y van a enfrentar desafíos grandes en el futuro (…) La lección que tenemos que sacar es aprender de lo que ha pasado en el resto del mundo y tomar el camino correcto, que nos permita mejorar las pensiones pero sin generar una debacle.
En su exposición planteó que en el desconocimiento estaba el origen de la brecha entre las pensiones y las expectativas. ¿Es una debilidad del sistema?
Diría que sí. Gran parte del problema que tenemos es que hay un gap (brecha) entre lo que la gente espera y lo que realmente va a obtener. Tenemos un desafío muy grande de comunicación y educación en ese sentido.
Fuente: La Tercera