El gobierno del Presidente Santos y la delegación de las Farc han hecho público un Acuerdo que refleja un amplio consenso sobre el tema de la participación política, los derechos de la Oposición y las garantías para la intervención política de los movimientos sociales. La paz ha dado un trascendental salto, volviéndola irreversible.
El texto del documento sugiere que en Colombia avanzamos hacia la construcción de una democracia de nuevo tipo, que trasciende los viejos formatos de la representación liberal y elitista, que abandona una visión monológica de la democracia asociada a la estabilidad institucional.
Lo que está consignado en el Pacto alcanzado es, ni más ni menos, que en adelante la democracia colombiana será un “pluralismo agonístico democrático”, que replantea la vieja democracia liberal para proteger las instituciones democráticas, abandonando la perspectiva racionalista que lleva al antagonismo (y al uso permanente de la violencia ilegal), tendiendo más bien a desactivarlo, transformándolo en agonísmo, es decir, en una manera de “convertir al enemigo en abatir, en un adversario al que se debe tolerar” (como en el caso de la Unión Patriótica). De ese tamaño es el cambio proyectado en la vida política nacional como resultado de los diálogos de paz que se realizan en Cuba.
El proyecto democrático de la paz, que es la esencia de lo consensuado, parte del reconocimiento de las contradicciones, en que el objetivo de la política, más que atacar los conflictos y mitigarlos, consistirá en movilizarlos, ponerlos en el centro del escenario de manera pacífica, visibilizarlos en el marco de la expresión del pluralismo. Las contradicciones que se generaran en la sociedad, lejos de llegar a representar un peligro para la democracia, como ocurre hasta ahora, serán su condición de existencia.
La necesaria institucionalización de las mediaciones que permitirán ejercicios delegados del poder legítimo, inclusive promoverán la proliferación de minorías y de los disensos. De lo que se trata es que en Colombia experimentemos un modelo de democracia crítica radical que ponga en cuestión las estructuras hegemónicas del sistema y enfatice en la necesidad de contar con estructuras organizativas democráticas conformadas de abajo hacia arriba. De ahora en adelante es necesario que entendamos que la nueva democracia denotara una manera de ser de lo político. O un modo de subjetivación de lo político que no puede leerse al margen de la sociedad sobre la cual se sostiene y de la cultura política que se constituye al mismo tiempo en la base y en los límites de su desempeño.
Se han sentado las bases de lo que Boaventura De Sousa Santos denomina la DEMODIVERSIDAD en la que coexistirán distintas formas de democracia, en la que es natural el desarrollo critico transcultural, democratizar los saberes, crear autoridad compartida, ubicar los movimientos y organizaciones sociales como protagonistas de la nueva democracia, en una gramática de organización de la sociedad y de la relación entre Estado y sociedad. Se abre una nueva gramática histórica porque queda establecida una condición de publicidad capaz de generar una gramática social construida en los ámbitos de la esfera pública (Habermas) y no como una simple obra de ingeniería institucional, consideradas las incidencias del debate colectivo.
Con el Acuerdo refrendado ganó Colombia porque vendrá un crecimiento exponencial de la ciudadanía.
Son asuntos que la ultraderecha sectaria (Rangel, et.al) no asimila porque su capacidad mental esta recortada e inhabilitada para mirar hacia el futuro y la paz. Por eso su simpleza cuando descalifica lo escrito y firmado señalándolo de abstracciones y generalidades. Es de una ignorancia fatal y feudal.
Vamos a explorar a fondo cada elemento del texto publicado y haremos una reflexión a fondo sobre el tema grueso de la nueva democracia cuyas bases quedan sentadas en este segundo momento de los diálogos de paz.
Veamos los detalles del material.
Se trata de un Acuerdo fundamental sobre la participación política que compromete la voluntad de las partes en calidad de plenipotenciarios, proyectando una sólida legitimidad del mismo al resto de la sociedad.
Se han logrado consensos suficientes sobre estos puntos:
12) Se abrirán espacios adicionales para que las fuerzas políticas, las organizaciones y movimientos sociales y las comunidades en general, en especial aquellas que trabajan en la construcción de la paz, puedan dar a conocer sus propuestas y proyectos en medios institucionales y regionales. Y además se acordó darle un fortalecimiento especial a los medios comunitarios para impulsar la participación ciudadana.
15) Se convino que se establecerá un plan de apoyo a la promoción de veedurías ciudadanas y observatorios de transparencia, con especial énfasis en la implementación del presente Acuerdo. Un mayor control por parte de los ciudadanos de la administración y la gestión pública contribuye a la transparencia y la lucha contra la corrupción.
21) Se acordó la creación de Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz para promover la integración territorial y la inclusión política de zonas especialmente afectadas por el conflicto y el abandono, de manera que durante un periodo de transición estas poblaciones tengan una representación especial de sus intereses en la Cámara de Representantes, sin perjuicio de su participación en las elecciones ordinarias. Estas circunscripciones transitorias serian adicionales a las circunscripciones ordinarias existentes. Contarían con las garantías de acompañamiento para asegurar la transparencia del proceso electoral y la libertad del voto de los electores. Esta se pondrá en marcha en el marco del fin del conflicto, en democracia y luego de la firma del Acuerdo Final.
Los elementos centrales de este Pacto adquieren la dimensión de un hecho histórico trascendental similar a otros ocurridos a lo largo de la historia nacional como fue el acto de independencia de 1810.
Es que superar la violencia y la guerra civil prolongada por más de 50 años impacta lo más profundo del ser nacional colombiano.
Bogotá, 6 de noviembre de 2013.
Comunicado Conjunto Sobre el Acuerdo entre el Gobierno Colombiano y las FARC sobre la Participación Política de la Oposición
Las Delegaciones del Gobierno y las FARC-EP informan que:
Hemos llegado a un acuerdo fundamental sobre el segundo punto de la Agenda contenida en el «Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera», denominado Participación Política.
En el próximo ciclo de conversaciones, presentaremos el segundo informe periódico conjunto de la Mesa.
De acuerdo con dicha Agenda, hemos logrado consensos sobre los siguientes temas:
Derechos y garantías para el ejercicio de la Oposición política en general, y en particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del Acuerdo Final. Acceso a medios de comunicación.
Mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los diferentes niveles y diversos temas.
Medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable, en igualdad de condiciones y con garantías de seguridad.
Lo que hemos convenido, en su desarrollo, profundiza y robustece nuestra democracia, ampliando los derechos y garantías para el ejercicio de la oposición, al igual que espacios de participación política y ciudadana. Promueve el pluralismo y la inclusión política, la participación y la transparencia en los procesos electorales y el robustecimiento de una cultura política democrática.
Constituye una apertura democrática en el marco del fin conflicto. La construcción de la paz requiere de participación ciudadana en los asuntos de interés público, en especial en los territorios más afectados por la violencia y, también, en los mecanismos de implementación del presente Acuerdo.
El ejercicio de la oposición política es fundamental para la construcción de una democracia amplia. Ello cobra mayor relevancia luego de la firma de un Acuerdo Final, que abrirá espacios para que surjan nuevos movimientos políticos que requerirán garantías para el ejercicio de la política.
Se establece que, se convocará en un evento nacional a los voceros de partidos y movimientos políticos para integrar una Comisión que defina los lineamientos del estatuto de garantías para los partidos que se declaren en oposición. La línea de tiempo se convendrá en el sexto punto de la Agenda.
Se acordó que esta Comisión, mediante la realización de un foro, facilitará la participación de voceros de organizaciones y movimientos sociales, expertos y académicos para que hagan sus propuestas sobre el Estatuto de la Oposición. Y sobre estos lineamientos, se elaborará la normatividad correspondiente.
Se impulsará igualmente una legislación de garantías y promoción de la participación ciudadana democrática y de otras actividades que puedan realizar las organizaciones sociales, con base en los lineamientos establecidos en este acuerdo y escuchando las propuestas de los voceros de los movimientos sociales en otro evento de carácter nacional. Al respecto, en el texto se dice que las organizaciones y movimientos sociales, incluyendo los que surjan de la firma del presente Acuerdo, están llamados a ejercer los derechos y cumplir con los deberes de participación ciudadana. Se busca empoderar a los ciudadanos a través de la participación.
En el escenario del fin del conflicto, el acuerdo recoge un conjunto de garantías para canalizar las demandas ciudadanas, incluyendo garantías para la movilización, la protesta y la convivencia pacífica dentro de un contexto de democracia ampliada.
Se abrirán espacios adicionales para que las fuerzas políticas, las organizaciones y movimientos sociales y las comunidades en general, en especial aquellas que trabajan en la construcción de la paz, puedan dar a conocer sus propuestas y proyectos en medios institucionales y regionales. Y además se acordó darle un fortalecimiento especial a los medios comunitarios para impulsar la participación ciudadana.
Así mismo, se acordó establecer medidas para garantizar y promover una cultura de reconciliación, convivencia, tolerancia y no estigmatización lo que implica un lenguaje y comportamiento de respeto por las ideas, tanto de los opositores políticos como de las organizaciones sociales y de derechos humanos.
Para tal efecto, se prevé el establecimiento de Consejos para la Reconciliación y la Convivencia tanto en el nivel nacional como en los territoriales con el fin de asesorar y acompañar a las autoridades en la implementación de lo convenido.
Se convino que se establecerá un plan de apoyo a la promoción de veedurías ciudadanas y observatorios de transparencia, con especial énfasis en la implementación del presente Acuerdo. Un mayor control por parte de los ciudadanos de la administración y la gestión pública contribuye a la transparencia y la lucha contra la corrupción.
Se acordó una revisión integral del sistema de planeación participativa para asegurar la efectividad de la participación ciudadana en la construcción y el seguimiento a los planes de desarrollo, que será un instrumento fundamental en la etapa de la construcción de la paz. Por esa misma razón, se acordaron una serie de medidas para fortalecer los consejos territoriales de planeación y, nuevamente, garantizar la incidencia de la participación ciudadana.
En el sub punto de promoción del pluralismo político, se acordó que en el marco del fin del conflicto y con el objetivo de consolidar la paz, se harán cambios institucionales para facilitar la constitución de partidos políticos y el tránsito de organizaciones y movimientos sociales con vocación política para su constitución como partidos o movimiento políticos.
En el caso de nuevos movimientos, se acordaron unas condiciones especiales, en una fase de transición, para dar apoyos especiales a los nuevos movimientos y partidos políticos y de esa manera asegurar el necesario pluralismo político en la construcción de la paz.
Se acordaron, dentro del marco de fortalecimiento de la democracia y el pluralismo político, medidas para asegurar la transparencia en los procesos electorales en especial en las zonas de mayor riesgo de fraude y la promoción de la participación electoral de los ciudadanos, principalmente los que habitan en las regiones de más difícil acceso.
Adicionalmente, tras la firma del Acuerdo Final, se pondrá en marcha una Misión de Expertos para hacer una revisión integral de la organización y el régimen electoral y, sobre la base de las mejores prácticas nacionales e internacionales, presentar recomendaciones para hacer los ajustes normativos e institucionales correspondientes.
Se acordó la creación de Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz para promover la integración territorial y la inclusión política de zonas especialmente afectadas por el conflicto y el abandono, de manera que durante un periodo de transición estas poblaciones tengan una representación especial de sus intereses en la Cámara de Representantes, sin perjuicio de su participación en las elecciones ordinarias. Estas circunscripciones transitorias serian adicionales a las circunscripciones ordinarias existentes. Contarían con las garantías de acompañamiento para asegurar la transparencia del proceso electoral y la libertad del voto de los electores. Esta se pondrá en marcha en el marco del fin del conflicto, en democracia y luego de la firma del Acuerdo Final.
Se acordó un sistema integral de seguridad para el ejercicio de la política. Dicho sistema se concibe en un marco de garantías de derechos, deberes y libertades, y busca asegurar la protección de quienes ejercen la política sobre la base el respeto por la vida y la libertad de pensamiento y de opinión, para así fortalecer y profundizar la democracia y contribuir a crear un clima de convivencia y tolerancia, y de manera especial del nuevo movimiento que surja de las FARC – EP a la actividad política legal.
Las condiciones particulares para el nuevo movimiento que surja del tránsito de las FARC-EP a la activad política legal, serán discutidas en el marco del punto 3 de la Agenda.
La firma e implementación del Acuerdo Final contribuirá a la ampliación y profundización de la democracia, en cuanto implicará la dejación de las armas y la proscripción de la violencia como método de acción política para todos los colombianos, a fin de transitar a un escenario en el que impere la democracia, con garantías plenas para quienes participen en política, y de esa manera abrirán nuevos espacios para la participación.
Finalmente se acordó que todo lo referente al punto de participación política incluyendo su implementación se llevara a cabo tomando en cuenta un enfoque de género y asegurando la participación de la mujer.
Lo convenido hasta ahora forma parte de un acuerdo más amplio que esperamos lograr prontamente el cual contiene seis puntos. A partir del siguiente ciclo de conversaciones comenzaremos la discusión del cuarto punto de la Agenda (tercero en discusión) denominado “Solución al Problema de las Drogas Ilícitas”.
Queremos recordar que uno de los principios que guían estas conversaciones es que «Nada está acordado hasta que todo esté acordado». Esto quiere decir que los acuerdos que hemos ido construyendo, están condicionados a que lleguemos a un pacto sobre la totalidad de la Agenda y, también, que en la medida en que se avance en la discusión, se puedan ajustar y complementar los acuerdos sobre cada uno de los sub puntos.
Por otra parte, las Delegaciones dispusieron de una oficina en la edificación donde sesiona La Mesa de Conversaciones, para poner los distintos objetos y materiales que enviaron las víctimas del conflicto a través de las Comisiones de Paz del Congreso de la República. Con esto, quieren mostrar su respeto a todas las víctimas del conflicto sin distingo, tema que debe ser abordado dentro del punto quinto de la Agenda de conversaciones.
Resaltamos el aporte de la Oficina de Naciones Unidas en Colombia y el Centro de Pensamiento Para la paz de la Universidad Nacional en la organización de los foros que se han realizado sobre los temas de Participación Política y cultivos ilícitos. También incorporamos los aportes de las mesas regionales organizadas por las Comisiones de Paz del Senado y la Cámara de Representantes de Colombia.
Agradecemos a los miles de colombianos y colombianas, y organizaciones sociales que nos han hecho llegar sus propuestas y opiniones sobre los puntos de la Agenda a través de los foros, la Página Web o los formularios que están disponibles en alcaldías y gobernaciones. Todas y cada una de estas propuestas han sido recibidas por las delegaciones en La Habana.
Queremos agradecer de manera especial a Cuba y Noruega, países garantes de este proceso, por su apoyo y por el ambiente de confianza que propician. Igualmente agradecemos a Chile y Venezuela, países acompañantes, a quienes las delegaciones informan periódicamente sobre la marcha de los diálogos.
Estos cuatro países conforman un grupo de naciones amigas del proceso que valoramos de manera especial, al igual que agradecemos las expresiones de apoyo de otras naciones, organismos y líderes internacionales que fortalecen la confianza en el camino que estamos transitando.
Estos acuerdos fundamentales son el resultado del intenso trabajo realizado a fondo por ambas Delegaciones, pensando siempre en el anhelo de paz de los colombianos.
La Habana, Noviembre 6 de 2013
Comunicado del Estado Mayor de las FARC EP: Inspirados por Alfonso Cano crecen nuestras esperanzas de paz
“Persistiremos en nuestros esfuerzos por alcanzar la paz democrática por las vías civilizadas del diálogo tal como lo hemos hecho desde hace 44 años, porque es nuestra concepción revolucionaria, porque así son nuestros principios”.
Comandante Alfonso Cano.
Dos años atrás, el 4 de noviembre de 2011, entre la fosca enrarecida por los estampidos de las bombas, la metralla y el opresivo olor a pólvora, a mansalva, sin riesgo en el combate, arrancaron violentamente de la comunidad de la resistencia latinoamericana al comandante Alfonso Cano,el hermano mayor, el comandante general de la confraternidad revolucionaria fariana.
Todas las emociones se disparan en esta fecha en el conjunto de la militancia guerrillera, miliciana, del partido y en la inmensa masa de simpatizantes que acompaña nuestro sueño por la paz. Inmensa es la ausencia de quien no está hoy presente ayudando a modelar certezas. Pero también es inmensa en toda la colectividad fariana, la responsabilidad de hacer realidad su legado de justicia social, de amor por los pobres y desamparados, y de combate contra la desigualdad y los privilegios de los opresores. Formidable es nuestra convicción de mantener firme el timón sobre el rumbo de la paz, para que esta pueda posarse plena en los hogares de todos los colombianos, como él lo corroboró hasta el último aliento.
Para hablar de Alfonso Cano, ese excelso comandante guerrillero del altiplano colombiano, hay que retraer las luchas históricas de todos los oprimidos en la construcción de modelos de gobiernos liberadores e independientes; tejer los hilos de las luchas sociales, juveniles, estudiantiles, obreras y campesinas; recordar el dolor y la rabia de los encarcelados y perseguidos; ubicarse en el escenario de la luchas de mujeres, indígenas y negritudes. Hay que henchirse de utopías, de literatura, de cine, de arte, de historia, de equilibrio medioambiental, de sacrificios por la colectividad, de mucho amor por los seres humanos. Porque su vida y sus emociones, desde muy joven, estuvieron aferradas a los anhelos de los pobres por mejorar sus condiciones de existencia, consagradas a investigar y multiplicar la palabra y acción de los sojuzgados de nuestra América y del planeta, a espabilar resistencias, a nutrir el pensamiento crítico y emancipador de la humanidad, a articular la sólida argumentación teórica y práctica que requiere la nación para apropiarse de su destino y enterrar la opresión.
Para los capitalistas y sus portavoces jurídicos y mediáticos, que reclaman a diario obsecuencia ante el insaciable modelo de explotación, Alfonso, ese fuego atronador de la rebeldía continental, fue un mal ejemplo. Él perturbaba la tranquilad de sus privilegios. Por eso toda la fuerza del terror mediático y militar de los opresores nacionales y trasnacionales cayó sobre su humanidad para asesinarlo. Y después de asesinado vomitaron infamias sobre su cuerpo inerte.
Perdimos un magnifico líder, pero con él crecimos y seguimos creciendo, ampliando y estrechando lazos con las inmensas masas de colombianos que luchan por una paz justa y verdadera, por mejores condiciones de vida, por mejores salarios. Que se movilizan contra las mafias enriquecidas a costa del deterioro de la salud de los colombianos y sus necesidades de vivienda; que se manifiestan multitudinarios por el derecho a la educación, por el derecho a la tierra para el campesino que la trabaja. Contra la judicialización y criminalización de la protesta social; contra la privatización de la educación, los servicios públicos y la entrega del territorio y los recursos naturales a corporaciones multinacionales, a monopolios nacionales y a latifundistas criollos.
El pueblo de Colombia, en toda la amplitud de su geografía humana, avanza movilizado contra la injusticia económica y social que incrementa el gobierno neoliberal de Juan Manuel Santos. Y por encima de la fascistización de todos los espacios de la sociedad, también la insurgencia se aferra al terreno de la acción política y militar, confirmando una vez más, con su accionar y presencia activa en la mesa de conversaciones en la Habana, que la paz es la única fórmula valedera para resolver un conflicto que va a cumplir medio siglo el próximo año.
La paz que se construye desde la Habana ha concitado el apoyo nacional, un creciente número de iniciativas acompaña el clamor por la concreción de acuerdos que afiancen la reconciliación. Todas estas iniciativas las hemos recogido e integrado a nuestra visión de paz, porque vienen del pueblo y sus anhelos. Por eso saludamos las propuestas presentadas por el Doctor Álvaro Leyva Duran y la Doctora Clara López en representación del Polo Democrático, porque todo lo que aporta a avanzar hacia la paz y en contra de la guerra, es sustancial para el logro de la reconciliación. Ojalá el gobierno tenga la capacidad de interpretarlo con sentimiento patrio y no meramente reeleccionista.
Y a quienes se esfuerzan por el mantenimiento y profundización de la guerra gracias a la cual prosperan, a quienes exigen mayor impunidad para proteger las atrocidades cometidas por militares y policías y se desgañitan contra la inconstitucionalidad de la reforma al fuero militar, los invitamos a prestar atención a los millones de colombianos que se manifiestan a diario porque la barbarie termine, a que pongan atención al sentir de oficiales de bajo rango, suboficiales y soldados, que en las zonas de operación expresan el cansancio por la guerra y sus atrocidades, y rehúyen el combate esperanzados en un cese total de la guerra.
A quienes desde posiciones transitorias de poder ministerial aúllan amenazas de aniquilamiento a la guerrilla, y anuncian nuevos contingentes de soldados para hacer la guerra; y a quienes no creen que llegamos a la Habana “porque es nuestra concepción revolucionaria, porque así son nuestros principios” como afirmó Alfonso, sino porque estábamos derrotados, les recordamos las palabras de este, en carta al general Valencia Tovar: “Sustentar cualquier propuesta en la imagen que vende la propaganda oficial de unas FARC derrotadas, atosigadas de impúberes, sin apoyo de masas, sin comunicaciones, etc., no es serio. El General Valencia debe recordar cómo la mentirosa campaña mediática del gobierno de los Estados Unidos con ocasión de su agresión a Vietnam, finalmente le rebotó en contra”.
En la memoria del comandante Alfonso Cano nos crecemos de esperanzas por la paz y en acompañamiento de colombianos que padecen las injusticias del régimen. En estos dos años de ausencia nos ha inspirado su claro mensaje: “los caminos que conducen al incremento de la lucha popular en sus más variadas formas y a la conquista del poder, nunca han sido fáciles, ni en nuestro país ni en ninguna otra parte del mundo, ni ahora ni antes. Solo la profunda convicción en la victoria, en la justeza, validez y vigencia de nuestros principios y objetivos y un monolítico esfuerzo colectivo, garantizarán el triunfo. A los reaccionarios que hacen cuentas alegres con las FARC les informamos que la intensidad de la confrontación nos ha fortalecido, hemos estrechado vínculos con las comunidades, sus organizaciones y las luchas populares, elevado la disciplina y el respeto por la población civil e incrementado nuestra cualificación y aprendizaje. Han caído guerrilleros porque así es la lucha, pero también su generosa sangre derramada es evidencia de nuestro total compromiso con el pueblo, otros camaradas ya cubrieron la trinchera y muchos más continúan llegando a filas, así fueron también la gesta de nuestra independencia y todos los procesos liberadores de la humanidad donde se desataron los demonios de la guerra….. Somos una fuerza revolucionaria con la suficiente historia, solidez y consistencia para superar el fallecimiento de nuestro Comandante en jefe, porque él mismo nos instrumentó y contribuyó en el esfuerzo colectivo de consolidación política y militar. El Secretariado, el Estado Mayor Central, los Estados Mayores de los bloques y frentes, los comandos de todo nivel, los mandos y combatientes de las FARC-EP garantizaremos el triunfo”.
El legado del comandante Alfonso Cano siempre será aliento para encontrar el hilo movilizador del país hacia las trasformaciones que reclama. Su ejemplo en el análisis de cada coyuntura, su convicción a toda prueba, oteando siempre el horizonte estratégico, y su desprecio a la ortodoxia, nos obligan a reflexionar sobre el método, el cómo poder movilizar el compromiso de la gente por los cambios que reclama este pútrido modelo en que agoniza la humanidad.
Memoria eterna al heroico comandante.
ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP
Montañas de Colombia, 4 de noviembre de 2013.