lunes, diciembre 23, 2024
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La Abominable «Doctora» Cordero: Una Psiquiatra por Secretaría

Si hay una opinóloga detestable en la farandulesca televisión chilena, esa es la pretendida psiquiatra María Luisa Cordero. Desfachatada, deslenguada, ignorante y retrógrada, lo cierto es que no se entiende qué merito la ha llevado a pasearse por casi todos los canales de la televisión abierta, los cuales ha debido abandonar luego de las polémicas que generan sus invariables torpezas.


En rigor, un esperpento, o si se prefiere, un autorretrato de la televisión canalla, al mismo nivel de la ex cantante y pinochetista irredenta, Patricia Maldonado, lo cual no es poco decir.

La precaria categoría ética y profesional de la «doctora Cordero» es tanto más discutible cuanto que tomó estado público el hecho de que su especialidad en psiquiatría la obtuvo, literalmente, por secretaría.


Doctora María Luisa Cordero: el poco ético historial de una psiquiatra titulada “por secretaría”

Joaquín Hernández

Esta semana fue la gota que rebalsó el vaso en la carrera mediática de la hace mucho tiempo cuestionable Doctora María Luisa Cordero. Desde comentarios que señalan que ella tiene más derechos ciudadanos que alguien que no tiene el mismo nivel educacional y socioeconómico de ella, al escándalo venta de licencias médicas falsas, y ahora la reciente y repudiable declaración en contra de Valentina Henríquez, joven agredida sistemáticamente por el ex vocalista de los Tetas, Camilo Castaldi, pasando por la trivialización del diagnóstico médico psiquiátrico que la doctora realiza sin preocupaciones por los medios de comunicación. Todo eso hace no solo dudar de la calidad ética de la que hasta ayer era comunicadora de Chilevisión, sino también hace preguntar por sus reales competencias como profesional.

Respecto a eso último, Primera Línea, consultando por el historial profesional de María Luisa Cordero, logró constatar que la doctora jamás realizó los estudios de posgrado formales de Psiquatría, sino que por el contrario, se acogió al certificado de especialista en Psiquiatría Adultos otorgado por la Corporacion Nacional Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas (CONACEM), el cual se da -casi por secretaría- luego de estar ejecerciendo un tiempo determinado, de facto, la especialidad. Se trata una especie de regularización de situación, que por decreto da una especialidad la cual no fue estudiada por ninguna casa de estudios que entrega el post-título.

“Calleuque el loro”. El escándalo de las licencias falsas

Durante el año 2003, y como parte de la realización de un capítulo de “En la Mira” (Chilevisión) sobre licencias falsas, es que se realizó una cámara oculta a la doctora María Luisa Cordero, en donde salía ella entregando licencias falsas. Al respecto el Colegio Médico se manifestó y decidió expulsar de dicha institución a la doctora Cordero, señalando en un informe que “la Dra. Cordero no efectuó una atención profesional y no constituyen una atención médica las recomendaciones o advertencias que hace la Dra. Cordero a su presunto paciente de cómo comportarse en sus diligencias ante el órgano previsional, lo que constituye no sólo una conducta indebida inusual en un médico, sino que impropia”. Si bien María Luisa Cordero intentó defenderse, demandando a Chilevisión por la utilización de cámaras ocultas. Aunque prevaleció la postura de Cordero en la Corte de Apelaciones, la Corte Suprema en última instancia, fallo a favor de Chilevisión. Declarando que los periodistas involucrados “no cometieron infracción de ley al grabar ocultamente a la médico y denunciar fraude en venta de licencias médicas”, según lo manifestado por el tribunal supremo el 2013.

Su defensa, ante la evidencia indesmentible, fue señalar que todos los doctores alguna vez han dado licencias falsas, relativizando su indudable falta ética.

“Mi voto de profesional universitaria debiera valer 10 veces el de mi asesora del hogar”

Meses más tarde de su derrota en la Corte Suprema en su intento por demandar a Chilevisión, la doctora María Luisa Cordero vuelve a “polemizar” con una declaración completamente cuestionable, y sin duda, retrógrado.

Su defensa a lo que sería a una especie de voto censitario -en donde existirían ciudadanos de primera, segunda y tercera clase-, fue manifestada por ella en un programa realizado por Comunidad RN (Renovación Nacional), en donde también señaló que quienes votaron por Bachelet ese año son “unas viejas flojas, guatonas, que ven teleseries y que están esperando los bonos y que no aman este país”, para luego agregar que “el voto de una persona como yo, que tiene una profesión universitaria, que ha trabajado en hospitales públicos con los pobres, no vale lo mismo que el voto de mi Bertita, que es mi asesora del hogar”.

“Indio Horroroso”, o el racismo de la Dra. Cordero

Medio año más tarde, en junio del 2014, nuevamente la “opinóloga” y doctora María Luisa Cordero, nuevamente entra en la polémica, cuando en el matinal del Canal 13, Bienvenidos, señaló que Alexis Sánchez era un “indio horroroso”: “El [Alexis Sánchez] es feísimo, es horroroso ¡Es horrible! ¡Es un indio horroroso! Y el otro, [Arturo] Vidal, es horroroso, y penca y engreído”. Esto inmediatamente desató la crítica de la audiencia y del público en general.

Aun a pesar de que al día siguiente pidió disculpas por los dichos, dicha enmienda no fue suficiente, y fue despedida del Canal 13, precisamente por el carácter racista y despectivo de sus comentarios.
Relativización de la violencia de género y la falacia del experto: el caso de Valentina Henríquez (o la gota que rebalsó el vaso)

La “polémica” más reciente, que resume todo el dudoso actuar de la doctora “opinóloga”. María Luisa Cordero, utilizando la tribuna que tiene en Radio El Conquistador, este viernes 7 de julio señaló que Valentina Henríquez, la joven agredida sistemáticamente por el ex vocalista de Los Tetas, Camilo Castaldi (Tea Time). Señaló en dicho medio que Valentina “se calienta cuando le pegan”.

Si esto parece suficientemente violento y denigrante para una víctima de la violencia machista, la situación es más grave, puesto que la siquiatra utiliza su título y acreditación para desde la “falacia del experto” realizar un “diagnóstico psiquiátrico express” a Valentina Henríquez, afirmando que “ella tiene un trastorno limítrofe de la personalidad y tiene un lado sadomasoquista esa muchacha. Le gustaba el combo”.

Esto último, como se enunció antes, reviste de la mayor de las gravedades, puesto que se ampara en su título profesional y en la terminología de la especialidad que ejerce para lanzar algo que no es más que una opinión infundada. Esto es lo que se llama como la “falacia del experto”, ocupar falsamente la tribuna de la profesión o especialidad que se tiene para dar una opinión totalmente infundada. ¿O acaso es posible que simplemente por ver su declaración poder realizar un diagnóstico clínico? Eso es imposible, y peor, irresponsable.

Por estas declaraciones, no solo se ganó -una vez más- el repudio público, sino que -nuevamente- fue despedida de su casa televisiva, esta vez Chilevisión.

Su respuesta ante el despido fue nuevamente escudarse tras su especialidad médica, afirmando que “deploro que no pueda una especialista en siquiatría opinar como opiné yo”.

La irresponsabilidad como regla y la legitimidad del título en que se escuda.

Si uno analiza las intervenciones de Cordero como “opinóloga”, notará que es un lugar común de su parte del diagnosticar clínicamente de forma “express” a personajes de la farándula, futbolistas, políticos y cuanto personaje salga al ruedo: ocupa su título y su especialidad como escudo, como legitimización de lo que ella dice y opina.

Pero ¿Qué tan legítimo es a su vez su título?

La verdad, no tanto como presume. María Luisa Cordero no estudió la especialidad de Psiquiatría, no tiene más estudios formales de psiquiátricos que cualquier médico titulado (o al menos no terminó esos estudios específicos). Ella obtuvo el título mediante convalidación de su ejercicio “de facto” como psiquiatra por años, lo cual luego fue acreditado por la Corporacion Nacional Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas. En otras palabras, obtuvo su especialidad “por secretaría”, por decreto, sin que ello en realidad acredite estudios especializados en la disciplina. Así lo confirma el documento solicitado y evacuado desde la Superintendencia de Salud, y donde especifica que dicha certificación de especialidad fue otorgada el 25 de octubre de 1990.

¿Cómo pudo ejercer la psiquatría durante tantos años sin haber tenido aun la certificación?

La carencia en Chile de una Ley de Especialidades Médicas, faculta a cualquier Médico Cirujano a poder desempeñarse en cualquiera de las disciplinas médicas sin la necesidad de tener una especialidad. Eso le permitió ejercer los años requeridos para luego haber obtenido la certificación y la evaluación correspondiente que le permita hoy detentar -de forma dudosamente ética, la menos en los medios de comunicación- su calidad de psiquiatra.

Fuente: Primera Línea

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