Este miércoles se cumplen 40 años del paso de la Caravana de la Muerte por nuestra región. Un trágico acontecimiento que marcó a sangre y para siempre a decenas de familias y que dejó a su paso una terrible desolación.
Todos sabemos lo que aconteció durante esos terribles días de 1973. Ya nadie duda de la responsabilidad de aquellos militares que apuntaron sus armas en contra de sus compatriotas y cobardemente dispararon contra personas indefensas cuyo único crimen era pensar distinto, creer en otro Chile.
Sin embargo el que todos ya sepamos la verdad de esta historia no significa que se haya alcanzado la justicia plenamente. Los responsables no solo están en los cuarteles, hay civiles que fueron cómplices y justificaron las violaciones a los Derechos Humanos. Las encubrieron, las ensalzaron, animaron y defendieron a los criminales. Hay quienes hoy pretenden vestirse de demócratas y buscan un espacio en el Parlamento, cuando hace apenas unos años hablaban de Pinochet –el principal responsable de dichos crímenes- como un “salvador de la Patria”, eso sucede con la candidata de la UDI Susana verdugo.
Después de 40 años, esto es insostenible e intolerable. Las cosas por su nombre: los asesinos y culpables –militares y civiles- a la justicia y los cómplices que reconozcan sus errores y hagan su mea culpa. Un delantal blanco no limpia las culpas del pasado. La democracia debe construirse bajo los pilares de la verdad y la justicia.
(*) Candidato a diputado por el distrito N° 8
