El hombre que tomó rehenes en un café de Sydney y otras dos personas murieron hoy durante una operación policial, informó el canal de noticias australiano ABC, que leyó un comunicado de la policía. Los muertos son el atacante, que se enfrentó a tiros con la policía, y dos rehenes, un hombre de 34 años y una mujer de 38, mientras que cuatro personas resultaron heridas, agregó ABC.
Sin pronunciar la palabra terrorismo, el primer ministro de Australia, Tony Abbott, dijo inicialmente que ni la policia ni las autoridades saben aún las intenciones del secuestro de mas de una decena de personas en una cafetería del centro de Sidney. «No sabemos si es un incidente con motivaciones políticas, a pesar de que hay indicadores que apunta a ello», declaró Abbott, minutos antes del trágico desenlace.
A travésde los ventanales de la cafetería se ha observado a un hombre de unos 40 años,con barba y un pañuelo en la cabeza que mantiene retenidos a los civiles que se encontraban en el recinto. No se sabe con exactitud cuántos son los secuestradosy cuántos son los secuestradores.
Según el canal de televisión «9News», al menos hay un hombre armado y dentro del local. Además dos mujeres, supuestamente rehenes, sujetan contra el cristal de la entrada una bandera negra con un texto en árabe en el que se lee «No hay otro Dios que Alá y Mahoma es el mensajero de Dios». Los entendidos señalan que la frase no es un emblema del Estado Islámico (EI), sino una shahada o declaración de la fe islámica.
El primer ministro señaló lo obvio » La violencia solo sirve para asustar (…) Australia es un lugar pacífico», e instó a los australianos a seguir su rutina con normalidad y comunicar a las autoridades cualquier movimiento sospechoso. En su actitud de bajar el nivel de conmoción ciudadana mientras se desarrollan los hechos y se gestiona un desenlace, Abbbott alabó la «profesionalidad» de la Policía al remarcar que las fuerzas del Estado están «preparadas» para actuar frente a estos casos.
La Policía australiana ha cerrado parte del centro de Sídney y evacuado a los residentes como medida de precaución, a la par que intenta contactar con el secuestrador y los rehenes.
En septiembre pasado, las autoridades australianas elevaron la alerta terrorista a alto por la posibilidad de posibles ataques terroristas a cargo de una sola persona, pequeños grupos o grandes organizaciones.
Se desata el infierno
En medio de una ráfaga de detonaciones, policías fuertemente armados irrumpieron en el interior de la cafetería, donde un hombre armado, identificado como Man Monis, tenía a varios rehenes.
La policía se abalanzó sobre el negocio poco después de que se observó que cinco o seis rehenes salieron corriendo del Lindt Chocolat Cafe, situado en Martin Place, una plaza peatonal del barrio financiero en el centro de Sydney.
Según imágenes televisivas, los agentes ayudaron a algunas personas heridas o en estado de shock a salir del lugar. También se escucharon varios disparos desde dentro del lugar. La policía confirmó que utilizó municiones reales en el operativo. Además, ingresaron a un robot que se utiliza para desactivar bombas.
El secuestrador fue identificado por la policía como Man Monis, de 49 o 50 años, un iraní que viajó a Australi en 1996 como refugiado que tiene antecedentes penales. Fue acusado de cómplice en el asesinato de su ex mujer y también por agresiones sexuales. Además, fue condenado por enviar cartas con contenido agresivo a las familias de dos soldados australianos que murieron peleando en el exterior. Por esta causa estaba en libertad bajo fianza.
«Este es un individuo fuera de lo común. Esto no se trata de un hecho de terrorismo o un acto concertado», dijo su ex abogado, Manny Conditsis, en declaraciones a la Australian Broadcasting Corp.
«Su ideología es tan fuerte y tan poderosa que nubla su visión en cuanto a sentido común y objetividad», agregó.
El hombre armado mantiene a varias decenas de personas como rehenes tras tomar la popular cafetería alrededor de las 9.30 hora local
Tras siete horas en cautiverio, cinco rehenes -tres hombres y dos mujeres- habían logrado salir del lugar, sin que quedara claro si había escapado o había sido liberados.
Las Fuerzas de Seguridad australianas se desplegaron desde que comenzó la toma de rehenes. Policías y miembros de la brigada de desactivación de explosivos también rodean el lugar.
Negociadores de la Policía australiana ha contactado en varias ocasiones y «de varias maneras» con el asaltante, y aseguran que persiguen resolver el secuestro de forma pacífica.
«Claramente un ataque de represalia es algo que no debe suceder. En este momento necesitamos que todos se calmen», dijo el comisionado de la Policía del estado de Nueva Gales del Sur, Andrew Scipione.
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