jueves, noviembre 21, 2024
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Caupolicanazo de la Nueva Mayoría Superó las Expectativas

El  “Caupolicanazo” de la Nueva Mayoría (NM) superó todas las expectativas de sus organizadores, con un lleno absoluto dentro del Teatro Caupolicán y centenares de personas en la calle San Diego que quedaron sin poder entrar, pero que siguieron la celebración a través de una pantalla gigante instalada en el lugar.

 

Pero más allá de cualquier otra consideración, representó una sólida señal de unidad en momentos en que arrecia la campaña sediciosa y artera contra reformas que en definitiva benefician a la población.

La actividad contó con la animación de los actores Alejandro Goic y Claudia Di Girolamo, y con la música de Inti Illimani y Los Viking 5 que hicieron bailar a todos los asistentes, incluyendo ministros y parlamentarios.

La Presidenta Michelle Bachelet, en su discurso, repasó los logros conseguidos durante los primeros 18 meses de su gobierno y reafirmó el compromiso con las reformas impulsadas desde su gobierno y contenidas en el programa de la NM e indicó que siguen en curso.

En referencia a lo que fue, hace 27 años, el triunfo del NO a la dictadura, en el plebiscito de 1988, dijo la Mandataria: “Podemos estar orgullosos porque recuperamos el Chile democrático que nos legaron los padres de la Patria, construimos un país más justo y lo pusimos a caminar en la senda del desarrollo, pero hoy tenemos nuevas tareas y desafíos”.

Agregó que “los avances de ayer enfrentan hoy obstáculos para la marcha que los chilenos y chilenas anhelan y merecen, por eso iniciamos un camino de reformas de fondo, porque es necesario para remover estos obstáculos”.

La jefa de Estado manifestó que “tenemos la capacidad de realizar los cambios que los chilenos y las chilenas nos demandan, porque cuando actuamos como un sólo cuerpo somos capaces de cumplir la tarea que el país nos impone”.

En tácita alusión de debates y problemas en la implementación del programa de gobierno y de la NM, la Mandataria reconoció que se cometieron errores y que hubo cosas que se pudieron hacer mejor. Apuntó que frente a eso, que “no nos confundan las dificultades propias de los esfuerzos de largo aliento, que no nos invada el pesimismo de los que quieren que todo siga igual”. Y saludó a “todos quienes defienden nuestro proyecto y responden con lealtad, a quienes no bajan los brazos en los momentos difíciles, porque es cuando más necesitamos el apoyo”.

Las miles de personas que llenaron el Teatro Caupolicán llevaban banderas de todos los partidos de la NM, vitorearon consignas a favor de Bachelet y de las reformas, reivindicaron sobre todo los cambios en educación y trabajo y mantuvieron un clima de alegría durante todo el acto.

Varias columnas de asistentes marcharon desde la diez de la mañana de Avenida Matta hasta el teatro y muchas personas llegaron desde otras calles. Hubo grupos de muchas comunas de las Región Metropolitana.

Se observaron dirigentes de muchos partidos políticos y de organizaciones sociales y sindicales como la Central Unitaria de Trabajadores, Colegio de Profesores, Asociación Nacional de Empleados Fiscales, Colegio de Periodistas, Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, de las juventudes políticas de la NM, de las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos.

También asistieron ministras y ministros del gobierno, parlamentarias y parlamentarios, subsecretarias y subsecretarios, alcaldes y alcaldesas, concejales y concejalas, y dirigentes vecinales, de clubes deportivos y centros culturales.

El presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, se sintió satisfecho y optimista frente al evento, declaró que “me parece excelente, tenía confianza porque tenemos una Presidenta que cuenta con voluntad política para cumplir con las reformas, a pesar de todas las vicisitudes, de las campañas del terror, pero vamos saliendo adelante aprobándose todas las reformas. La gente está dispuesta a apoyarnos”.

Añadió que “esta fecha del 5 de octubre (del plebiscito de 1988) nos une a todos y sobre todo con el programa que estamos llevando adelante con la Presidenta Bachelet y que nosotros esperamos que sea un programa que siga adelante que podamos consolidar estos cambios y que podamos también proponernos nuevas reformas que el país necesita. Espero que es mensaje de unidad que dio la Presidenta lo recojamos todos y sigamos trabajando lealmente por ella”.

La diputada y secretaria  general de las Juventudes Comunistas, Karol Cariola, destacó el ejemplo de unidad que entregó el conglomerado. “Hay señales importantes desde este acto  de la Nueva Mayoría  que tienen que ver con demostrarle al país que somos un pacto de unidad, no sólo electoral.

Lo que en Chile se ha hecho durante los últimos años, recordarlo de esta manera con este espíritu unitario nos sirve para ver lo que hemos hecho y lo que debemos seguir haciendo para tener un país mucho más equitativo”.

La misma idea de unidad para concretar las reformas mostró el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, quien insistió con la necesidad de “avanzar en el proceso de reformas”, apuntó además la importancia de los asistentes: “Este acto es una forma de decirle al país, que esta mayoría silenciosa, que no es el que aparece en la prensa y a la cual no se muestra diariamente, está por los cambios”, indicó.

El actual vocero de la NM, Ernesto Velasco (PRSD), declaró que “aquí lo que hay es un apoyo político de unidad, de proyección y de futuro y lo que esperamos es que en los dos años y medio que restan, lo que hay que hacer es trabajar y hacer un esfuerzo por hacer un mejor Gobierno”.

El jefe de la Democracia Cristiana, Jorge Pizarro, resaltó que el “Caupolicanazo” fue “un acto de fe y de esperanza de que es posible en Chile avanzar en igualdad”.

Alejandro Navarro, líder del Movimiento Amplio Social (MAS) planteó que “hay que dejar de llorar, de andarse lamentando y empezar a corregir errores y a trabajar más, y los que no están dispuestos que den un paso al lado, porque no sirven para esta tarea. Hay que salir a defender las reformas y la Nueva Mayoría ciudadana”.

Isabel Allende, presidenta del Partido Socialista, manifestó que “estamos contentos quienes estamos en los partidos, porque hemos demostrado unidad, darle todo nuestro apoyo al Gobierno y a su agenda transformadora. Tenemos la convicción que vamos a hacer un mejor país, que vamos a seguir trabajando de forma unitaria más allá del 2017, porque debemos a los chilenos estos cambios profundos”.

Asimismo, el líder de la Izquierda Ciudadana (IC), Sergio Aguiló, comentó que los jóvenes que estuvieron en el Teatro Caupolicán, “reflejan que tenemos una coalición que va a durar por muchos años más, muchas décadas y que efectivamente la Nueva Mayoría se va a hacer cargo de todas las transformaciones que el país reclama”.

En tanto, el presidente del Partido por la Democracia (PPD), Jaime Quintana, destacó que “la Presidenta Bachelet nos ha dejado un sin número de tareas, una de ellas es correr el celo de la confusión que algunos interesadamente han querido plantear en estas reformas. Nos ha pedido como tarea llevar este mensaje en que estas reformas van a impactar positivamente a las futuras generaciones de nuestro país”.

 “Somos mayoría por eso debemos avanzar democráticamente pero debemos hacer más vital nuestra relación con la ciudadanía”, dijo la Presidenta Michelle Bachelet, mientras era vitoreada por los asistentes.

Claudia Di Girolamo y Alejandro Goic dieron inicio al acto de conmemoración de los 27 años del triunfo del “No” en el Teatro Caupolicán, con miles de personas y otras tantas  en calle San Diego, donde observaron el acto por pantallas gigantes.

En la oportunidad, los jóvenes de los partidos políticos que integran la Nueva Mayoría bajo el nombre de “#JóvenesXLas Reformas” se hicieron presentes con la premisa, “Presidenta, cuente con los jóvenes” buscando reafirmar su apoyo al gobierno y del mismo modo dejar en claro que todos coinciden en que “estas son las reformas que Chile necesita”.

La Presidenta Bachelet, única oradora, señaló que la mayoría de los cambios que impulsa son de fondo y deben hacerse bien:

“Quiero que les cuenten a sus vecinos que hoy miles de niños podrán estudiar sin que sus papás tengan que pagar y que hay una Presidenta cuyo único objetivo es mejorar la vida de nuestros compatriotas”

“Hoy más que nunca, obras son amores. Tenemos que esforzarnos más para llegar al día a día de los chilenos con los frutos de nuestras reformas”. Sobre educación agregó que “Estamos impulsando una agenda de reformas en el Congreso para elevar la Educación a niveles sin precedentes”

“Iremos más lejos que nunca en la actuación en Salud y enfrentaremos el delito con todas las armas y también es prioridad devolver dinamismo a la Economía”

“Somos los autores de esta historia en marcha, no estamos en la vereda del frente de los cambios. Los estamos conduciendo y por eso tenemos que saber que la unidad de los demócratas progresistas no debe detenerse”

“Tenemos tareas pendientes que no son pocas, nuestros compatriotas necesitan que hagamos aún más y lo hagamos cada vez mejor”, dice Bachelet.
Adelantó que “Iniciaremos en breve el camino de un proceso constituyente que parta desde la propia base social”, dice Bachelet.

Bachelet admite que “hemos cometido errores y los hemos reconocido, pero “no aceptaremos que nos digan que no estamos haciendo un cambio positivo en los chilenos y chilenas o que no estamos dispuestos a dialogar. No lo aceptamos porque tenemos las puertas abiertas siempre y cada vez que sea necesario”.

“Sé que los demócratas de mañana verán con orgullo los cambios (…) somos mayoría hoy y seremos una inmensa mayoría mañana. ¡A trabajar por eso!”

Discurso de la Presidenta en Acto de Conmemoración de los 27 Años del Triunfo del NO en el Plebiscito de 1988 
 
Santiago, 4 de Octubre de 2015 
 
Amigas y amigos:
 
Qué diferente se siente Chile hoy, 27 años después de ese triunfo histórico del 5 de Octubre.  Un día imborrable, que marcó nuestra historia, selló nuestra unidad y confirmó la fortaleza de nuestras convicciones.
 
Cuánto hemos hecho, cuánto hemos avanzado.  Hoy Chile es otro Chile y, sí, es uno mucho mejor, porque fuimos capaces de sanar una patria herida y devolverla a todos sus hijos.  Porque supimos hacer prevalecer el bien común, por sobre el interés de unos pocos.
 
Chile es distinto, porque demostramos que la patria se construye entre todos, con las únicas armas de la democracia. 
 
Y esa no fue una victoria sólo nuestra, fue de todo el país, porque creamos juntos un hogar republicano, donde caben todos, donde los derechos humanos son la base de nuestro cuidado mutuo.
 
¿Y quiénes somos los que estamos aquí?
 
Aquí estamos los que nos atrevimos a hacerlo, los que tuvimos el coraje de decir “No”, “no” a la muerte, “no” a la tortura, “no” al exilio, “no” a la injusticia.  Los que nos jugamos la vida por la democracia, por la solidaridad, por la tolerancia.
 
Tenemos mucho ánimo y mucha fuerza. Veo aquí muchos rostros conocidos y veo también a los herederos de estas luchas, a lo que hoy empujan el carro con todos nosotros.  Veo las banderas de los partidos de la Nueva Mayoría, veo a sus juventudes.  A ver, que agiten las banderas las juventudes de la Nueva Mayoría. Veo a los alcaldes, a los parlamentarios y a nuestra gente de tantas comunas amigas.
 
¿Dónde está Pudahuel?  ¿Dónde está Macul?  Allá, San Ramón.  ¿Dónde está La Granja? ¿Los amigos de La Florida, Independencia, Recoleta, El Bosque?  También los de la Región de O’Higgins, ¿no es verdad?  ¿Dónde están?  Allá están. Y Valparaíso, ¿dónde están?  Levanten las banderas.  Valdivia, me dijeron recién.  En el Museo que acabamos de inaugurar, de la Violeta Parra, me dijeron que estaban los amigos de Valdivia aquí también.  Cuánto Chile, cuánto Chile se ha congregado aquí.  Un aplauso para ellos, un aplauso para nosotros.
 
Sí, aquí estamos los demócratas progresistas de Chile, los que hemos puesto en movimiento a nuestro país, ayer y hoy. Y lo vamos a volver a hacer mil veces, cada vez que más justicia se requiera y más desarrollo inclusivo se demande, porque tenemos la capacidad de hacer los cambios que los chilenos y las chilenas nos demandan.  Porque cuando actuamos como un solo cuerpo, somos capaces de cumplir las tareas que el país nos impone.
 
Amigas y amigos:
 
Podemos estar orgullosos, recuperamos –Chimbarongo también, sí; Coquimbo también, gran saludo a los amigos de Coquimbo; Pichilemu. Ya, no vamos a nombrar a todos los amigos que están de todas las comunas del país-.  Yo decía que podemos estar orgullosos, porque recuperamos el Chile democrático que nos legaron los padres de la patria, construimos un país más justo y lo pusimos a caminar en la senda del desarrollo.
 
Pero hoy día tenemos nuevas tareas y nuevos desafíos, porque los avances de ayer enfrentan hoy obstáculos para la marcha que los chilenos y chilenas anhelan y merecen.
 
El crecimiento del país se frena si sus frutos se distribuyen con desigualdad; la democracia se debilita si no hay una representación política justa y mayor transparencia;  nuestra sociedad es más frágil si las mujeres son discriminadas; las capacidades de las personas no mejoran, si no hay una educación inclusiva y de calidad; los desafíos del futuro no podrán ser enfrentados con éxito, si no hay una nueva relación entre el Estado y el mercado, si no florece el valor de lo público.
 
Por eso iniciamos un camino de reformas de fondo, porque es necesario para remover estos obstáculos y para correr los cercos que limitan nuestro desarrollo. 
 
Ese es el diagnóstico que me llevó a ser candidata a Presidenta y es el horizonte de las propuestas de cambio que hemos echado a andar.
 
Esa es la identidad de la Nueva Mayoría, dentro de nuestra larga historia común de demócratas progresistas.
 
Esa es la marcha que hemos emprendido, y está dando sus frutos.
 
Que no nos confundan las dificultades propias de los esfuerzos de largo aliento; que no nos invada el pesimismo de los que quieren que todo siga igual.
 
Acordémonos, tampoco fue fácil recuperar la democracia y hubo unos cuántos que querían que fracasáramos.  Pero tal como entonces, hemos avanzado.
 
Miren lo que hemos hecho en 25 años, miren de lo que hemos sido capaces de hacer en este año y medio como Gobierno. En estos primeros 18 meses hemos realizado cambios de magnitud histórica, cambios largamente esperados por todos y que hoy son una realidad.
 
Y voy a señalar algunos que son especialmente significativos.
 
Devolvimos a los ciudadanos el poder de su voto; instauramos un sistema electoral proporcional e inclusivo.  Después de 25 años y de muchos intentos, logramos poner fin a un sistema electoral perverso y antidemocrático, como lo era el binominal. ¿Acaso alguien puede discutir que Chile cuenta con una democracia más sólida, sin el binominal, con la posibilidad de que los chilenos en el extranjero puedan votar?  Con un Servicio Electoral fortalecido. 
 
Tenemos una reforma educacional en marcha, y hemos aprobado la Ley de Inclusión, que significa, ni más ni menos, que la educación de calidad es un derecho y no un bien de consumo que adquieren sólo los que pueden pagar.  Y este paso no es abstracto, tiene un rostro muy concreto, de los más de 200 mil niños y niñas que asistirán a escuelas y liceos que son gratuitos y que no discriminan. Y en los próximos años iremos avanzando hasta alcanzar que todos los establecimientos sean financiados con recursos públicos.
 
¿No es acaso desarrollo real dejar atrás un sistema injusto y discriminador, y hacer que los recursos públicos, que son de todos, se destinen íntegramente a mejorar la educación, verdadero pilar de una sociedad cohesionada?
 
¿Es o no un acto de justicia que hoy miles de familias, en toda su diversidad, cuenten con el amparo legal que antes se les negaba y que lo tengan porque aprobamos el Acuerdo de Unión Civil?
 
Y hemos ampliado la protección de la salud de las personas más vulnerables.  Donde pusimos atención médica, hoy agregamos medicamentos y creamos el Fondo de Farmacia e impulsamos y aprobamos la Ley Ricarte Soto.  Más aún, eliminamos el cobro del 5% de salud de nuestros adultos mayores. Y yo quiero agradecer a nuestros parlamentarios, por la aprobación en tiempo récord de esta ley. 
 
Y yo pregunto, ¿acaso dar tranquilidad y seguridad a nuestros adultos mayores, con toda una vida de esfuerzo, no es un acto de reconocimiento y cariño, que hace de la nuestra una sociedad más amable?
 
¿Es o no un tremendo logro aprobar una reforma tributaria que permite que quienes tienen más, aporten más, para ampliar de manera responsable los derechos y las oportunidades de los chilenos?
 
Quiero hoy día con ustedes recordar las palabras del Cardenal Raúl Silva Henríquez.  Él decía: “Hay que rescatar la supremacía del hombre –me imagino que también quería decir “la mujer”-, la inviolabilidad de la persona humana; la intangibilidad de sus derechos: su derecho a la tierra y a la vivienda, su derecho a la educación y a la salud, su derecho al trabajo y al descanso, su derecho a sindicarse y agremiarse, su derecho a expresarse e informarse, su derecho a participar responsablemente de las decisiones  ciudadanas,  su derecho a elegir en conciencia su camino y su fe”.
 
Ese es el camino que estamos recorriendo.
 
Es cierto, es cierto que hemos cometido errores, y lo hemos reconocido. Lamentamos no haber podido hacer las cosas mejor cuando era necesario. ¿Y que hay espacio para mejorar?, por supuesto.  Hemos escuchado legítimas dudas y la crítica constructiva de los que sólo quieren el bien de Chile.  Pero no aceptaremos que nos digan que no estamos haciendo una diferencia positiva en la vida de los chilenos y las chilenas, o que no estamos abiertos a dialogar para corregir las deficiencias.  No lo aceptamos, porque lo que hemos hecho, ya es de una gran trascendencia para miles y miles. No lo aceptamos, porque tenemos las puertas abiertas para el diálogo, siempre, cada vez que sea necesario, para hacer las cosas mejor.
 
Tenemos razones concretas para estar orgullosos, tenemos la autoridad para mirar de frente.  Cualquiera puede comprobarlo, son los hechos los que nos dicen que los que estamos reunidos aquí, somos capaces de conducir a la patria hacia una sociedad más justa y más cohesionada.
 
Lo que antes era impensable, hoy se empieza a concretar.  Es el fruto de un trabajo duro y disciplinado.
 
Por eso quiero agradecer a todos quienes han dado lo mejor de sí, ya desde los tiempos de campaña y luego desde sus puestos de trabajo, desde los partidos, desde la organización sindical, desde la organización barrial. 
 
Quiero agradecer a todos quienes defienden nuestro proyecto y responden con lealtad; a los que no bajan los brazos en los momentos difíciles, porque es cuando más necesitamos el apoyo.  Son ustedes, son ustedes los incombustibles, son ustedes quienes mantienen viva la luz de la unidad, hacen posible nuestra marcha y continúan empujando hacia nuestro ideario común.
 
Amigas y amigos:
 
Hemos avanzado, qué duda cabe, pero no tenemos que darnos por satisfechos ni bajar la guardia. Todavía queda mucho trabajo por hacer.  Porque tenemos tareas pendientes, y no son pocas. 
 
Ya, no traten de pautearme, pues, chiquillos, si yo los escucho.  Ustedes saben que hay cientos de personas que están fuera del Caupolicán.  Así que mandémosles un saludo a ellos, grande, también, muy grande.
 
Yo decía que en estos 18 meses hemos hecho cosas que por mucho tiempo anhelábamos, pero el estar orgullosos de eso no quiere decir que no tengamos muy claro que hay que seguir avanzando y que hay mucho trabajo por delante.  Porque tenemos tareas pendientes y no son pocas. Nuestros compatriotas necesitan que hagamos aún más y que lo hagamos cada vez mejor.  Claro, necesitamos más viviendas, y en eso estamos trabajando, sin duda.  No son tareas fáciles. Iniciar y consolidar cambios de fondo, nunca han sido fáciles, tal como nos recordaba Alejandro Goic recién.
 
Tenemos un proyecto fundado en valores y basado en aspiraciones ciudadanas; tenemos la fortaleza y el tesón para hacerlo realidad, sobrellevando muchas veces obstáculos que parecieran insalvables.  Si a esa fuerza le sumamos más unidad en nuestra diversidad y más trabajo leal en las duras y en las maduras, vamos a seguir estando a la altura de lo que Chile necesita y espera de nosotros.
 
Somos los actores de esta historia en marcha. No estamos en la vereda del frente de los cambios.  Somos los que estamos conduciendo.  Tenemos la responsabilidad de perseverar, porque ésta es una historia que será larga, porque es profunda.
 
Por eso tenemos que saber que esto no se acaba aquí, que la unidad  de los demócratas progresistas no es flor de un día. Por el contrario, este impulso no debe detenerse, sino que consolidarse y proyectarse.
 
Es tanto lo que nos une, que el país no entendería que no profundizáramos lo que hemos sido capaces de  hacer juntos, en la riqueza de nuestra diversidad, en la amplitud de nuestra mirada.
 
¿Qué viene ahora?  Trabajar con aún más energía y disciplina, en torno a prioridades impostergables.
 
Tenemos una hoja de ruta precisa y clara, que define las grandes áreas en que vamos a concentrarnos.
 
¿Cuáles son esas áreas en una muy apretada síntesis?
 
Por de pronto, y en primer lugar, culminar la reforma educacional, la gran tarea de nuestro Gobierno.
 
Junto con ello, iremos más lejos que nunca en la atención de salud, con más hospitales y médicos donde tanto se necesita.
 
Enfrentaremos el delito con todas las armas que nos da la inteligencia y el Estado de derecho.
 
Y también es prioridad devolver dinamismo a la economía, generar empleo y hacer todo lo que sea necesario para que nuestros compatriotas estén tranquilos, porque hay un Gobierno que sabe y enfrenta las dificultades.
 
Lo mismo con nuestra agenda laboral, porque con organización sindical fuerte y con negociación colectiva moderna, mejoramos nuestra productividad, y los frutos del progreso llegan a todos los hijos de la tierra.
 
Y sabemos que Chile también cambió en lo que espera de sus líderes políticos y exige una democracia transparente y de calidad, para lo cual estamos impulsando una Agenda de Reformas en el Congreso, para elevar los estándares de transparencia a niveles sin precedente.
 
Y como un gran marco para este enorme esfuerzo, iniciaremos en breve el camino de un proceso constituyente, que parta desde la propia base social, para garantizar que nuestra Carta Fundamental tenga una legitimidad democrática incuestionable, por su origen, tras un proceso abierto, participativo e institucional. 
 
Son tareas exigentes, y lo son aún más, porque el escenario en que debemos llevarlas adelante tiene dificultades. Debemos de enfrentar un escenario económico internacional complejo, que limita nuestro margen de acción. Estamos plenamente conscientes de ello y  ya estamos actuando en consecuencia.
 
Hemos presentado esta semana un presupuesto a la Nación, prudente y responsable, que nos permite seguir progresando y asegurando los derechos y el gasto social. 
 
Pero no basta con tener recursos, tenemos que usarlos bien, gastarlos bien.
 
También debemos lograr que el debate político tenga altura y mirada larga, para que los ciudadanos vean que sí tiene sentido ser parte de él, porque es con los ojos de los ciudadanos que los proyectos se enriquecen.
 
Somos mayoría, por eso debemos avanzar democráticamente, pero debemos hacer más vital nuestra relación con los ciudadanos. Ellos son nuestros mandantes, a ellos nos debemos, para ellos trabajamos.  Debemos mostrar capacidad para derribar el muro de la desinformación y evitar los conflictos artificiales.   Debemos abrir espacios de participación.  Debemos actuar con la máxima transparencia.
 
En la mayoría de los casos, las tareas pendientes son cambios de fondo y deben ser bien hechos.  Tenemos la obligación de actuar con la mayor responsabilidad, con el cuidado que requieren, con serenidad y sin apresuramientos, porque el cambio que permanece, es aquel que se hace bien.
 
Somos los actores de una historia llena de sentido.  Tenemos que actuar y comunicar para que ese entusiasmo se expanda, porque los procesos que perduran, son aquellos que la ciudadanía siente y hace suyos.
 
Y para comunicar no bastan las palabras. Hoy debemos hablar con los hechos, con la verdad de los hechos, porque hoy más que nunca, obras son amores.
 
Tenemos que esforzarnos más para llegar al día a día de los chilenos y chilenas, con los frutos de nuestras reformas. 
 
Tenemos que estar presente entre los campesinos y campesinas, acompañar a los trabajadores, ser aliados de los esfuerzos de la clase media, velar frente a los temores de los vulnerables, ser apoyo de los emprendedores y pilares de la defensa de la identidad de nuestros pueblos indígenas, y estar al lado de las mujeres en la lucha por la igualdad.
 
Nuestro Gobierno es para las personas de carne y hueso y debemos estar con ellos.  Y ahí es donde se va a medir nuestra autenticidad.
 
Amigas y amigos:
 
Construir un Chile de todos es mucho más que la tarea de una Presidenta. Le pertenece a todos los demócratas -incluso a ese niñito ahí que está muy entusiasta hablando, mirando la pantalla. Dice que es igualito que en la tele, estaba escuchando yo con claridad-.  Yo decía que la construcción de ese Chile de todos nos pertenece a todos los demócratas.
 
No nos confundamos: no se trata de un proyecto individual de un liderazgo político; es una tarea nacional, en que cada uno tiene sus responsabilidades: yo como Presidenta y ustedes como fuerzas vivas de la Nueva Mayoría.
 
Hace 27 años tuvimos el valor y la capacidad de enfrentar circunstancias muchísimo más difíciles, y lo hicimos. 
 
Al igual que en el pasado, estoy segura que hoy sabremos estar a la altura de las exigencias, con unidad, con generosidad, con sentido de país.  Y es más que el proyecto de este período de Gobierno.  Erradicar los privilegios y asentar la igualdad, crear un desarrollo sobre bases modernas y llenar de ciudadanía a la vida política, es una tarea larga, es una tarea tal vez de toda una generación.  Y eso requiere construir una coalición política sólida, con valores, ideas, sentido histórico y mucha amistad cívica. Una coalición que dure unida y vital en el tiempo.
 
Quiero llamar hoy especialmente a las juventudes, como quienes nos acompañan y quienes están también aquí, a fortalecer la unidad generosa y diversa, la voluntad de acción común de la Nueva Mayoría, para conducir y consolidar esta fase de cambios.
 
Sé que los demócratas de mañana, muchos de nosotros, de nuestros hijos, levantaremos la frente con orgullo una vez más, porque habremos construido un mejor país, porque veremos, como soñó Neruda, y lo voy a citar, “la luz de Chile enarbolada sobre la casa construida”. 
 
Fuimos mayoría hace 25 años, somos mayoría hoy y seremos mayoría mañana. ¡A trabajar por eso! 
 
Les pido, les pido que cuando vuelvan a sus casas, cuando retornen a sus barrios, le cuenten a sus vecinos que ya miles de niños y jóvenes podrán estudiar sin que sus padres deban pagar; les cuenten que su voto es hoy más poderoso que antes; les cuenten que hoy todas las formas de familia son protegidas por la ley; vayan y cuéntenles que aquí hay un Gobierno, que hay una coalición política y que hay una Presidenta cuyo único objetivo es mejorar la vida de nuestros compatriotas; que a pesar de las dificultades, siempre sabremos mantener el timón firme, para llegar a puerto con la tranquilidad de la tarea cumplida, para hacer del nuestro, un país donde vale la pena vivir; vayan y cuéntenles que aquí estamos nosotros, todos nosotros, mano con mano y que estamos construyendo un Chile bueno para nuestros hijos y las hijas de sus hijos.
 
Muchas gracias y ¡Viva Chile!

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