Se lanzó “Los tiempos de la Politización”, Informe de Desarrollo Humano de Chile 2015. Su título de presentación es interesante a primera lectura. Las preguntas sobre las cuales se desarrolla el Informe son aún más interesantes. A saber, ¿qué país queremos?, ¿qué debemos cambiar y qué deseamos mantener?, ¿quiénes deben participar en la toma de decisiones? El estudio del PNUD indicó que 67% de chilenas y chilenos creen que “hay que actuar rápido porque los cambios no pueden esperar”; el año 2004 esta cifra llegaba solo al 37%, es decir, 30 puntos más en casi una década.
Son interrogantes que interpelan, que juegan en el borde de la prudencia, diría un conservador. Para un analista crítico, constituyen una necesidad para saber para dónde va la sociedad chilena. Estas preguntas hacen reflejo de una sociedad que está cambiando, que cree que hay más conflictos sociales y políticos que antes. Que estos conflictos tienen su término o salida en la transformación pública. 45% de los chilenos y chilenas lo cree así hoy en día; en el 2009 solo un 19% pensaba lo mismo.
Chile está cambiando en su percepción de la necesidad de transformaciones al sistema económico dominante. Según los resultados de la investigación, que nos presenta el equipo del PNUD, “el 1% de la élite económica cree necesarios los cambios profundos en el modelo económico, esta cifra se eleva a 25% de la élite política, 33% en la élite simbólica y 78% en la élite social”.
De hecho, las personas creen que “hay que actuar rápido porque los cambios no pueden esperar” se eleva a un 67% de los chilenos y chilenas en el año 2013. Para el año 2004 esta cifra llegaba solo al 37%, es decir, 30 puntos más en casi una década.
Solo esta pequeña proporción de datos e información que nos entrega el Informe (que se configura de nueve capítulos en los cuales se profundiza el análisis) nos permite una reflexión crítica de la actual realidad chilena.
La sociedad percibe la necesidad de cambios y quiere ser protagonistas de los mismos. Interpelan los diseños y practicas institucionales del sistema político y económico que no permiten canalizar los cambios que la sociedad requiere. Pero en general, estas percepciones son individuales y muy débiles en el diseño colectivo. Esto traería consigo una dispersión del sujeto político-social que es el cual pudiese viabilizar los cambios si se actuara en forma cooperativa y coordinada en la demanda política por los cambios y transformaciones reales. Esto es lo que esboza conceptualmente el Informe y quizás implícitamente traza los desafíos políticos para la izquierda chilena.
¿Por qué el Informe instala un desafío para la Izquierda chilena? En términos de análisis de oposición, estos no sería desafíos de la derecha política y económica ya que su ideario principal es el actuar individualista del ciudadano en lo político y en lo económico maximalista de beneficios de la renta.
Para la Izquierda es un desafío tomar el análisis del Informe de Desarrollo Humano y ofrecer una estrategia de re-politización de la sociedad chilena, que busque la transformación de la sociedad no desde los slogans o marketing político, como por ejemplo, “crecer con igualdad”. Si no, por el contrario, comprometerse con diseño de cambios que efectivamente redistribuyan el poder político, económico y cultural de la sociedad chilena, que claramente sean construidos desde la base social, desde la participación del sujeto popular y de clase.
Quizás las ideas desarrolladas en el Informe interpelan a la búsqueda de unidad de la Izquierda y que ésta deba volver a su origen de clase, conciencia y discurso.
La Izquierda chilena le debe proponer al pueblo chileno gobernar en conjunto y no como una élite auto referente, que muchas veces se ha debatido y se debate entre la ética política de lo posible y admisible. Es necesario que la Izquierda transite a una ética política de mayor convicción por un cambio social activo y que solo con el pueblo organizado y unido podrá construir una mejor sociedad chilena. Quizás es una de las primeras interpelaciones del análisis de los contenidos del Informe.
En síntesis, valga la razón que hoy en Chile se necesita un cambio transformador de nuestro sistema político-económico y sus instituciones. Este cambio debe ser dirigido y cohesionado por las fuerzas de izquierda del país, en contra de una derecha conservadora que solo ofrece más de lo mismo y que los chilenos y chilenas rechazan expresivamente como lo describe el Informe Desarrollo Humano 2015.
(*) Magister en Gestión y Políticas Públicas de la Universidad de Chile, Administrador Público, Licenciado en Ciencias Políticas, Universidad de Los Lagos.
