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Yo Acuso: Emile Zola y Juan Gelman

La distancia entre el escritor y el periodista es casi nula cuando se trata de denunciar hechos que atentan contra la verdad y la justicia. Tal es el caso de la labor militante que llevó a cabo Emile Zola en las páginas de Le Figaro y en L’Aurore para develar el caso Dreyfus a fines del siglo XIX. Y tal el caso de Juan Gelman cuando, luego de una pormenorizada investigación, emprendió, a fines del siglo XX, en Página 12, la búsqueda de su nieta nacida en cautiverio en 1976.

La frontera que separa al periodismo de la literatura, afirma Alejo Carpantier, tiene más coincidencias que líneas divisorias. Aunque uno escriba al calor de los hechos y el otro de
manera retrospectiva; aunque uno exija concisión, orden, y el otro goce de licencias poéticas; aunque uno esté inmerso en la realidad y el otro parezca evadirse, la distancia entre un oficio y otro es casi imperceptible, o nula, cuando se trata de denunciar hechos que atentan contra la verdad y la justicia. El periodista, el escritor, hacen entonces de su pluma una espada, una tribuna contestataria.

La premisa nos lleva a vincular dos acontecimientos que, a fines del siglo diecinueve y a fines del siglo veinte, fueron respectivamente esclarecidos por las campañas de
prensa que llevaron a cabo el novelista Emile Zola y el poeta Juan Gelman.

Se trata del caso Alfred Dreyfus, un militar judío acusado injustamente de espionaje en 1894 por el gobierno francés; y del caso Andrea Gelman, nieta del poeta Gelman, nacida y
desaparecida en cautiverio en 1976. El develamiento de ambos hechos estuvo a cargo de la pluma tenaz, consecuente e insobornable de los autores citados. Las campañas se llevaron a cabo en periódicos de París, La Aurora y El Figaro , entre los años 1897-1900, y a través de Página 12, Buenos Aires, entre 1997-2000.

El proceso, en ambos casos, tuvo un objetivo: desenmascarar el complejo aparato de intereses políticos que había victimizado a dos personas inocentes. Produjo un doble impacto social: afirmó, por un lado, el lugar de la prensa como referente moral y, por otro, puso en evidencia las limitaciones del procedimiento institucional.

Las afirmaciones anteriores pueden ser explicadas en el marco conceptual que propone Alan Badiou.ii El filósofo afirma que se accede a la idea de justicia cuando se visibiliza un hecho injusto. La justicia es oscura y lejana, mientras que la injusticia es clara e inmediata. El bien, la ausencia de víctimas, pertenece al ámbito abstracto de la justicia, mientras que el mal, el espectáculo de la víctima, se concretiza en su propio cuerpo.

La “humanidad”, el cuerpo pensante, es privativo de la justicia; la “animalidad”, el estado de esclavitud, por el contrario, carece de ideas. Se lee, consecuentemente, que para lograr que la víctima se ponga de pie, para que se humanice y recupere la identidad perdida, es preciso desentrañar el frente victimario que la ha señalado como tal. Los principios, entendemos, se ajustan a la manera en que Zola y Gelman lograron revertir la situación de dos víctimas.

Víctimas y victimarios

1- Alfred Dreyfus era un oficial judío del ejército francés acusado de vender secretos a Alemania; fue condenado en 1894 por un Consejo de Guerra, liberado, vuelto a condenar en
1898 y finalmente rehabilitado en 1906. Un aparato ideológico reaccionario lo consideraba culpable; frente a ellos, la inteligencia francesa, nucleada en el periódico La aurora, entre los que se encontraban Clemenceau, Charles Longuet -yerno de Marx-, Anatole France, y el afamado escritor naturalista Emile Zola,iii impulsó a este último, una vez constatada la inocencia de Dreyfus, a escribir un panfleto, Yo acuso; allí se desenmascaraba al verdadero culpable, el comandante Esterhazy, absuelto pese a las pruebas halladas en su contra.
La noche del 12 de enero de 1898 todas las esquinas y todos los árboles de París mostraron tiras de papel anunciando lacónicamente: “Mañana La aurora publicará un artículo, Yo acuso de Emile Zola”.

Era una lanza, una bandera clavada en mitad de la Plaza de la Concordia. La carta estaba dirigida al presidente de la república Félix Faure. Con fuerza, pasión y coraje cívico Zola
enfrentaba a todo un pueblo. Ocho días tardó el gobierno en responder. El 20 de enero de 1898 se decidió que Zola sería juzgado. iv

El alegato presentado por Zola el 13 de enero de 1898 ante el presidente de Francia tiene veintitrés páginas. Comienza del siguiente modo: Señor: ¿Me permitís que, agradecido por la bondadosa acogida que me dispensasteis, me preocupe de vuestra gloria y os diga que vuestra estrella, tan feliz hasta hoy está amenazada por la más vergonzoza e imborrable mancha?

Habéis salido sano y salvo de bajas calumnias, habéis conquistado los corazones. Aparecisteis radiante en la apoteosis de la fiesta patria que para celebrar la alianza con Rusia hizo Francia y os preparáis a presidir el solemne triunfo de nuestra exposición universal que coronará este gran siglo de trabajo, de verdad y de libertad. ¡Pero qué mancha de sieno sobre vuestro nombre – iba a decir sobre vuestro reino- puede imprimir ese abominable proceso Dreyfus!

… un Consejo de guerra se atreve a absolver a Esterhazy, bofetada suprema a toda verdad, a toda justicia… semejante crimen social se cometió al amparo de vuestra presidencia
Puesto que se ha obrado tan sin razón, hablaré. Prometo decir la verdad y la diré si no lo hace el tribunal con toda claridad… Me dirijo a vos gritando la verdad con toda la fuerza de mi rebelión de hombre honrado…v

Luego de describir la secuencia de hechos ocurridos desde 1894, el modo en que se malinterpretó la nota sospechosa aparecida en un canasto de basura en Alemania, las maquinaciones operadas para detener la evidencia de las pruebas que comprometían a Esterhazy, presentadas por el coronel Picquart en 1895, acusa puntualmente: 1- al teniente
coronel Paty de Clam por haber impedido la revisión 2- al general Mecier, al general Billot y al general Boisdeffre por complicidad 3- al general Pellieux y al comandante Rovary por haber redactado una información infame 4- a los peritos calígrafos Belhomme, Varinard y Couard, 5- a las oficinas de Guerra, al periódico L Eclair y al L Echo de Paris, por haber realizado una campaña encubridora, 6- al primer Consejo de Guerra, por haber condenado a un acusado fundándose en un documento secreto, y 7- al segundo Consejo de Guerra, por haber ignorado conscientemente esa ilegalidad. Finaliza con una invocación a la verdad: Deseo que la luz se haga, lo imploro en nombre de la humanidad… que se atrevan a llevarme a los Tribunales y que me juzguen públicamente.

Dreyfus, en efecto, fue juzgado y condenado el 22 de enero de 1898. En su defensa Zola volvió a insistir:
“ ¿Qué importa que un inocente perezca en la Isla del Diablo? El interés de uno solo, puede sobreponerse y turbar de tal modo un gran país?… Yo no defiendo aquí mi libertad… no comprendéis que lo que más daña a la nación es la oscuridad, que lo que más hiere es la mentira? … Se trata de saber si Francia es todavía la Francia de los derechos del hombre, la que dio la idea de libertad a todo el mundo y debía darle también la idea de justicia, …. Que todo se hunda, que mis obras perezcan si Dreyfus no es inocente.”vi

Las acusaciones habían comenzado en 1897 en el diario Le figaro, donde expresó su admiración por Scheurer Kestner al denunciar los hechos. La verdad estaba en marcha. Zola
huyó a Londres, injuriado y perseguido. Regresó luego de un año. Murió en 1902; no llegó a ver la liberación de Dreyfus, absuelto en 1906.

2- Veinte años después de la desaparición de su hijo Marcelo y de su nuera embarazada, María Claudia García Iturreta, ocurrida el 24 de agosto de 1976, luego de una pormenorizada investigación, Gelman comienza la campaña acusatoria. En 1990, en un caño cubierto de piedras y cemento, se había hallado el cadáver de su hijo, asesinado en octubre de 1976; no sabía, en vez, qué había sucedido con el niño o niña que debía nacer en el mes de noviembre.

A partir de 1997, en el diario Página 12, Gelman publica gradualmente el resultado de la pesquisa. Ofrece,- fichas en mano-,vii datos concretos sobre el sitio en el que había
permanecido su nuera junto a otros presos políticos: Automotores Orletti (Base de Operaciones Tácticas 18, también llamado “El jardín” o “la cueva”); sobre el nombre de los militares que allí operaban (Miguel Angel Furci -apropiador de una niña uruguaya, hija de María Emilia Islas-; Pato Fillol -agente de la SIDE-; Aníbal Gordon; Alfredo Ruffo; el vicecomodoro Guillamondegui; Víctor Visuara, y un grupo de militares uruguayos al mando de José Nino Gavazzo.viii). .

Particularmente interpela al General Martín Balza, y, a través suyo, al entonces capitán Eduardo Cabanillas, segundo jefe de Orletti:

¿Es concebible que desconociera las actividades de sus subordinados?… ¿No establece acaso el reglamento que el que comandare una tropa es responsable por la vigilancia de ella? … ‘Y que ningún militar puede disculparse por la omisión o negligencia de sus subalternos? … Si el hoy General Cabanillas hubiera ocultado la naturaleza de sus actividades en la OT 18 ante la Junta Superior de Calificaciones del Ejército, y ante el Senado de la Nación –que aprobaron sus tres ascensos a altas jerarquías- y aún ante usted mismo, ¿no
constituiría ese hecho una infracción al Reglamento para el Servicio Interno del Ejército?…. ‘No le corresponde a usted, en su calidad de dignatario público, poner a disposición de la justicia civil los elementos aclaratorios de los delitos que, con plena razón, calificó de aberrantes …. así como la documentación que no puede ser destruida, tal como precisa, por ejemplo, el Reglamento de Operaciones No Convencionales de 1969, artículo 6029? ix

…… ¿Dónde están esas fichas, con los nombres de las víctimas, las circunstancias de su secuestro y las claves que permiten individualizar a los represores? El General Balza insiste en que no hay listas de desaparecidos, ¿Y esas fichas qué? ¿Alguien puede creer que no estén celosamente conservadas en archivos?

Su sustracción del dominio público – otra forma de desaparición- no demuestra acaso nuevamente los ejercicios del poder del Estado sobre la Historia? ¿Esos archivos son meros depositarios del pasado ….? ¿O más bien privatizan una doliente zona del saber público con fines políticos del presente, en aras –supuestas de una reconciliación nacional que nunca podrá construirse sobre el secreto? x

La batalla culmina cuando Gelman, al modo de Zola, el 10 de octubre de 1999, escribe una carta abierta dirigida al presidente de Uruguay, José María Saguinetti, para que interceda en la búsqueda de su nieto o nieta. La carta es el corolario de frustrados intentos por lograr una entrevista personal. Vuelve allí a narrar los hechos denunciados: detención; cautiverio en Orletti; traslado a Uruguay, permananecia en la División III del SID, Servicio de Informaciones y Defensa dependiente de la Junta de Comandantes en Jefes de Uruguay; parto en el Hospital Militar; regreso al SID; traslado hacia la muerte de María Claudia y destino incierto del niño o niña. Típico operativo Plan Cóndor cuya sede tenía en Uruguay el nombre de OCOA (Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas). El cautiverio había sido compartido con niños uruguayos en Argentina y con niños argentinos en Uruguay (Paula Eva Longares, Simón, los niños Julien). La interpelación concluye de este modo:

El primero de marzo de este año. En el programa de televisión “Hola gente”, reiteró usted que en Uruguay nunca hubo casos de niños secuestrados, como en Argentina. Bueno. Pero en el caso de mi nieta o nieto: ¿Qué piensa hacer Señor Presidente?xi

La respuesta llega el día 5 de noviembre. Página 12 la publica el día 7. Sanguinetti afirma que ha ordenado una discreta investigación, que en Uruguay no hubo apropiaciones de niños, que los testigos posibles, veinticuatro años después están muertos o fuera de la jurisdicción militar.

Patéticamente, adjudica a Gelman la intención de sabotearle la elección, lo acusa de haber dañado a un demócrata.xii

Gelman, indignado, responde el 8 de noviembre. Ofrece pruebas fidedignas sobre los días de cautiverio de su nuera en Uruguay: nombra a los presos alojados en el SID; cita a los militares que allí actuaron (José Arab, Manuel Cordero, Nino Gavazzo, Simón Riquelo, personas de 60 años que están en sobradas condiciones de aportar datos). Denuncia la complicidad del Presidente con el jefe del Ejército, General Amado, quien, luego de declarar que el tema derechos humanos y desaparecidos estaba cerrado en Uruguay, organizó una comida de desagravio con los victimarios. Cierra la carta en tono conminatorio:

Soy un ciudadano de a pie… Usted es mandatario de una nación entera… Ordene que la investigación se profundice, rompa una lanza, usted es quien ejerce el mando superior de las Fuerzas Armadas del Uruguay.xiii.

Como era previsible, el resultado de las elecciones favoreció a Jorge Batlle, durante cuyo mandato el caso llegó a término. El éxito de la gestión, no obstante, según relata el propio
Gelman, se debió a la presión que casi dos mil intelectuales del mundo –entre ellos Juan Manuel Serrat, Chico Buarque, Fito Páez, Gunter Grass, Erik Hobsbawn, René Favaloro,-
ejercieron sobre el Presidente Sanguinetti con respectivas cartas y solicitadas. De este modo la noticia, tal como se esperaba, llegó a oídos de una vecina, quien averiguó el teléfono de Gelman en México, llamó y le dijo que, en fechas coincidentes, al lado de su casa, donde vivía un matrimonio sin hijos, apareció, sorpresivamente, una niña. El párroco del lugar, – confesor del apropiador, comisario Angel Tauriño, muerto poco tiempo después de publicada la primer carta -, sin reparo alguno, concertó el encuentro entre el poeta y su nieta. El hecho, se produjo el 4 de abril del año 2000.xiv

La joven Macarena Gelman vive hoy con su madre adoptiva, mantiene contacto con su nueva familia y milita por los derechos humanos pendientes en Uruguay.xv El general Balza, pese a lo contradictorio de su conducta,xvi fue reconocido por el gobierno democrático de Kichner y nombrado Embajador en Colombia en el año 2003.

La pluma y la espada

Hemos descripto dos procesos judiciales que fueron respectivamente resueltos de manera atípica, por la insistente pluma de dos periodistas escritores. Si bien la gravedad del problema no admitía dilaciones, -había que rescatar a las víctimas-, lejos están estos procedimientos de la improvisación. En ambos casos se actuó de manera estratégica y planificada: el primer paso fue investigar, conocer a través de documentos y testigos el lado oculto de los hechos; el segundo, denunciar a los responsables del fraude; el tercero, ante la ausencia de respuestas, comprometer, exigir la inmediata participación de las autoridades nacionales en el hecho. Doce años transcurrieron desde la primer condena hasta la rehabilitación de Dreyfus. Trece años pasaron entre las primeras notas de Gelman y la condena de los militares involucrados. Las secuencias del proceso de investigación, los hechos y sus respectivas representaciones, se leen en el siguiente esquema:

ZOLA

Alfred Dreyfus, primera condena

16-05-1896 Le Figaro, “Pour les Juifs” defensa pueblo judío
Le Figaro, “Scheurer Kestner” Dreyfus, inocente
05-12-1897 Le Figaro, “Procés verbal” defensa pueblo judío
“Carta a la Juventud”…………… compromiso social
“Carta a la Francia” república deseada
08-01-1898 Dreyfus, segunda condena
L´Aurore, “J´accuse, Carta al Pres. F. Faure” Esterhazy culpable
22-01-1898 condena a Zola
18-07-1898 Defensa de Zola ante el Jurado……………… justicia, verdad
19-09-1899 perdón a Zola…………………………………
L´Aurore, “Carta a M. Dreyfus”………………
L´Aurore, “Carta al Pres. Emilio Loubet”……
muerte de Zola, Anatole France………………tercera república
12-07-1906 rehabilitación de Dreyfus

GELMAN
1976, secuestro de Marcelo Gelman y Ma. Claudia García Iturreta

Página 12, “Demonios” teoría dos demonios
13-07-1997 Página 12, “Culpa y responsabilidad” …………montoneros, autocrítica
10-08-1997 Página 12, “Síntomas” ………………………. montoneros,.autocrítica
05-10-1997 Página 12, “Historias” pasado reciente
02-11-1997 Página 12, “Traiciones” menemismo
16-11-1997 Página 12, “Morales” …………………………sobrevivientes
28-12-1997 Página 12, “Literaturas”……………………… hijos de militares
08-02-1998 Página 12, “Obediencias” …………….. Punto Final y Obediencia Debida
22-02-1998 Página 12, “Variantes” teoría dos demonios
25-10-1998 Pägina 12, “Batallas” Pinochet
22-03-1998 Página 12, “Una carta” ……………………… hijos de militares
05-04-1998 Página 12, “¿Por qué estoy en Madrid?” Juez Garzón
19-04-1998 Página 12, “Lo que importa” Juez Garzón
17-05-1998 Página 12, “Archivos del mal” …………. registro del secuestrado
31-05-1998 Página 12, “Revisiones” ……… ………Punto final y Obediencia Debida
28-06-1998 Página 12, “La mirada” niños secuestrados
03-01-1999 Pägina 12, “La doble muerte de S. Allende” Pinochet, Cóndor
21-03-1999 Página 12, “Piedades” Orletti, Cóndor
18-04-1999 Página 12, “Unas preguntas al General Balza”…Balza
13-06-1999 Página 12, “Repeticiones” Orletti / Cabanillas
27-06-1999 Página 12 “Clases”……………………………..antisubversión
11-07-1999 Página 12, “Escenas de vida familiar”………….Orletti / Cabanillas
25-07-1999 Página 12, “Alegremente”, Orletti / SIDE (Cóndor)
10-10-1999 Página 12, “Carta abierta al Dr. J. M. Sanguinetti” interpelación
24-10-1999 Página 12, “Entusiasmos” niños desaparecidos
05-11-1999 Página 12, “Respuesta de Sanguinetti a Gelman” desconocimiento
07-11-1999 Página 12, “Cartas al Presidente J.M.Sanguinetti”… solidaridad
08-11-1999, La República,”Respuesta de Gelman a J. M. Sanguinetti” conminación
14-11-1999 Página 12, E. Galeano”El poeta que busca y espera” presión
07-02-2000 La República, Montevideo, “Carta abierta de uruguayos
Ana Tissera: Zola y Gelman www.sinpermiso.info, 26 enero 2014 6
Sobrevivientes de Orletti al Pres. Sanguinetti” presión
19-03-2000 Página 12, “El Cóndor no se entrega” presión
04-04-2000 encuentro entre Gelman y su nieta
08-07-2001 Página 12, “Cuerpos” represores
05-08-2001 Página 12, “Ajá” Firmenich
19-08-2001 Página 12, “Estos lodos”………………………… ………Cóndor
19-05-2002 Página 12, “Un pedido a Batlle desde Europa” el cuerpo de su nuera
2007-2010, juicio y condena a los militares involucrados en Orletti

Sería arbitrario, dadas las diferentes condiciones histórico espaciales, incurrir en una clasificación que unifique el ritmo de las acusaciones de Zola y Gelman. No obstante, observamos, pueden leerse ciertos paralelos: en el acopio de elementos que justifican la batalla; en la claridad del develamiento; y en la firmeza del reclamo institucional. Ambos
relatos enmarcan el comienzo y el final del siglo veinte En ambos el factor militar fue el detonante de la victimización. Ambos anticipan problemáticas: la persecución antisemita en el
caso Dreyfus y la necesidad de ajustar cuentas con las fuerzas armadas en el caso Gelman.xvii

Los precursores son escritores periodistas. A lo largo de cien años, el procedimiento más efectivo para acusar las grietas del aparato político parece haber sido el medio que permanece, el gráfico. No el panfleto exaltado, no el grito ni la imagen, sino la palabra idea que documenta y argumenta, la que propone un debate continuo, la que describe procesos, preve consecuencias, destruye y construye, señala errores y exige enmiendas. ¿Es este recurso privativo de la escritura, de escritores consagrados, para ser más precisos? No necesariamente; pero sí se puede afirmar que, para discernir entre verdad y mentira, entre lo justo y lo injusto, se imponen tres condiciones: conocer los hechos, posicionarnos ante ellos y expresar contundentemente la denuncia. Si como afirma Badiou la justicia es oscura y la injusticia clara, si una oculta las víctimas y otra las ostenta, el periodismo militante puede desbaratar el esquema.

Bibliografía mencionada

– Badiou, Alain, Justicia, filosofía y literatura, Silvana Carozzi, editora. Homo Sapiens,
Rosario, 2007.
– Carpantier, Alejo, El periodista, un cronista de su tiempo, periódico Granma, Unión de
periodistas de Cuba, 1975.
– Página 12, 1995-2008.
– Zola, Emile, Yo acuso, Tor, Buenos Aires, 1953.

Notas

i – Alejo Carpantier, El periodista, un cronista de su tiempo, periódico Granma, Unión de periodistas de Cuba, 1975. Cita como ejemplos a Victor Hugo, cuando atacó la tiranía de Napoleón III, cuando denunció el sistema carcelario y abogó por la abolición de la pena de muerte; a Anatole France, poeta “puro”, fundador del grupo socialista Claridad; a los retratos del siglo XIX español que realizó Mariano Larra; a las narraciones que, sobre la revolución mexicana y la revolución rusa realizó Jhon Reed; y al maestro del periodismo por excelencia, José Martí, quien llegó a fundar un periódico para niños, La Edad de Oro

ii – Sus obras más importantes son La fundación del universalismo, 1999; La ética, ensayo sobre la conciencia del mal, 1994. Para este trabajo consideramos sólo Justicia, Filosofía y Literatura, conferencias pronunciadas en la Universidad de Rosario en junio del 2004, Homo Sapiens, Rosario, 2007. iii – Como escritor naturalista Zola buscó entender científicamente la compleja trama del tejido social. Vivió entre los años 1840 y 1902. Escribió, entre otras obras, Naná, La Taberna, El vientre de París.

iv – Introducción a Emilio Zola, Yo acuso ed. Tor, Buenos Aires 1953

v – pp. 11-12, Op. Cit.

vi – Declaración de Zola ante el Jurado. Ibid., pp 35-49.

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