El tema de la libertad de los presos políticos de la revuelta se tomó el debate, al punto que Joaquín Lavín, el candidato de la ultraderecha disfrazado de socialdemócrata, rompió el tácito pacto de no agresión con el candidato del partido Comunista, Daniel Jadue, decidido partidario de la excarcelación de los combatientes del estallido.
Hubo un tiempo en que concedían entrevistas conjuntas, no se atacaban y compartían criterios de gestión en sus alcaldías.
Pero eso se acabó el miércoles pasado, en una entrevista en T13 Radio, cuando Lavín se le fue a Jadue, directamente a la yugular:
«Hay candidatos presidenciales, como por ejemplo, Daniel Jadue, que están del lado de los que saquearon, pusieron bombas, quemaron la iglesia y ponen como condición para conversar que esas personas sean liberadas».
Un par de días antes, Jadue había exigido al gobierno de Piñera la libertad «de todos los prisioneros de la revuelta» y denunció investigaciones que «no pueden llegar a ninguna parte».
Eso le dio pábulo, a Lavín, para apelar al eterno tema dela violencia, como si la derecha chilena no fuera apenas menos violenta que la colombiana:
«Hay que tener una postura clarísima, distingamos, el estallido social y lo que pasó después, el cambio constitucional y el apruebo. Una cosa muy distinta es la violencia, el estallido de violencia que acompañó a todo lo otro y eso tenemos que condenarlo absolutamente».
«Uno tiene que estar en el lado de la paz y no el lado de la violencia», concluyó.
Según el diario electrónico empresarial Ex Ante, dirigido por Cristián Bofill, eso obedece a una estrategia electoral
«Cercanos a Lavín explican que desde el miércoles de la semana pasada, con la inscripción de las primarias, se entró a una nueva fase de la campaña, que obliga a los aspirantes a La Moneda a marcar diferencias. La apuesta del abanderado gremialista pasa por mostrar una oferta de diálogo, orden público y de crecimiento económico, en contraste con el estilo más polarizante y de menores certezas que ofrecería el candidato del PC, según el análisis de la UDI. Si bien Lavín tiene como objetivo inicial la primaria de Chile Vamos, donde requiere dar señales hacia el electorado tradicional de derecha, la decisión de su equipo también pasa por no perder de vista que su rival definitivo, en caso que triunfe en las elecciones internas de la coalición, será probablemente Jadue».
Jadue le respondió en su invariable lenguaje directo:
«Lamento las declaraciones del candidato de la extrema derecha porque, creí que él, que estuvo del lado de la dictadura, del lado de los que mataban por pensar distinto, iba a tener un poco más de humildad; lamento que no entienda la tremenda injusticia que significa que un joven que lleva un año y medio preso, sin pruebas para acusarlo, lo extorsionen para que se auto inculpe para tener una pena baja.
Agregó:
«Para Lavín, el editor de El Mercurio cuando encubría los crímenes de la dictadura, debe ser esto muy justo, para mi no. Además, que él no entiende la dimensión de la crisis e insiste en criminalizar las protestas sociales. No estoy de acuerdo con eso, la protesta social es un derecho».
Consultado por los dichos de Lavín, Jadue replicó:
«Condeno los saqueos y la violencia, pero detesto el uso abusivo de medidas cautelares. El candidato de la extrema derecha no logra entender la diferencia entre condenar los saqueos, la violencia, que lo he hecho siempre, pero no prestarme para una utilización abusiva de las medidas cautelares más intensas que tiene el sistema judicial; las cuales no han sido utilizadas para crímenes mucho más graves que los que se les imputan, y que además no se han logrado demostrar. Muchos de estos jóvenes han sido sobreseídos por inexistencia de delito, después de estar más de un año presos gracias a personas como el candidato de la derecha».
– ¿Debería ser una condición para el desarrollo de la convención la liberación de los presos de las protestas, como plantean algunos constituyentes?
«Nunca he hablado de condiciones, pero sería mucho más sano para este país que la discusión constitucional se diera sin prisioneros políticos.
– ¿Pero como condición?
«Nadie ha hablado de condiciones, pero si la derecha entendiera el nivel de crisis que los dejó en el suelo electoral y políticamente, estarían de acuerdo en que la discusión constitucional no debiera darse con prisioneros de la revuelta».
Entre las ruedas de la historia, la derecha quedó encapsulada en la pequeña, lo que no significa que no vaya a defender beneficios, intereses, fueros, prebendas, privilegios, ventajas y sinecuras, con todos los medios disponibles, incluso la patada al tablero.
Sin embargo, según el concepto clásico de correlación de fuerzas, en el decisivo tramo de la convención constitucional, donde se sentarán las bases de un nuevo contrato social, la derecha acude arrinconada, y a la defensiva.
La continuidad natural de una constitución genuinamente democrática, debería ser, sin duda, un gobierno de mayorías, que propone un modelo de desarrollo radicalmente distinto.
Hasta la fecha, no hay otro candidato que lo haya planteado con esa claridad, como lo ha hecho Jadue.
Eso es lo sustantivo, de lo cual naturalmente deriva que esta ruptura de la tregua, equivale al tiroteo inicial de las avanzadas y patrullas de exploración, en una batalla de línea.
En ese plano, la secuencia que sigue a la detección del enemigo, es el intercambio de artillería; sin perjuicio, naturalmente, de cuidarse de la guerra sucia.
Hay momentos en la historia, en que no hay que pedir cuartel, ni dar.
Este es uno de ellos.