Según el ultimo registro del Instituto Nacional de Estadísticas, la tasa de desocupación en el trimestre septiembre-noviembre alcanzó 10,8%, lo que representa un aumento de 3,8 puntos porcentuales en doce meses. El desempleo disminuye, pero solo en apariencia.
El Instituto Nacional de Estadísticas entregó los resultados de la encuesta de empleo en el último trimestre móvil, que arroja esencialmente los siguientes resultados:
Estos resultados parecen ser menos graves que lo que se había anunciado o previsto. No obstante, caben algunas precisiones. Un aumento de 3,8% en el desempleo con una caída estimada del 5,5% del PIB podría ser plausible, pero hay un indicador que debe agregarse a esto.
Entre las personas que perdieron trabajo o que andaban buscándolo en períodos anteriores hubo quienes desistieron de seguir buscándolo, sea porque el confinamiento les impidió hacerlo o porque creyeron que no lo iban a encontrar y están esperando mejores tiempos para hacerlo.
Estas personas que “en tiempos normales” habrían buscado trabajo se expresan en la tasa de participación del texto del INE (porcentaje de personas en edad de trabajar en una economía que están empleados sobre las «personas en edad de trabajar» entre las edades de 16 a 64 años).
Esta tasa habría bajado de 62,8% a 56,2%, es decir, alrededor de 500 mil personas que deben agregarse a las 954 mil que aparecieron como desocupados en diciembre 2020 (que ya eran 300 mil más que en diciembre 2019).
En definitiva, más allá de las necesarias definiciones técnicas, hay un problema social ocasionado por la falta de empleos que afecta en total a 1,5 millones de personas.
El Covid-19 pareciese ser responsable de cerca de la mitad de ello lo cual requiere medidas sociales paliativas que no se están discutiendo en la actualidad.
Otros resultados
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En doce meses, las tasas de participación y ocupación se situaron en 56,2% y 50,2%, decreciendo 6,6 pp. y 8,2 pp., en cada caso. Estas tasas fueron levemente mayores en comparación con los cuatro trimestres previos, confirmando una tendencia al alza en ambos indicadores.
En tanto, la población fuera de la fuerza de trabajo se expandió 19,9%, influida por los inactivos habituales y por personas que en su mayoría no estaban buscando un empleo, pero estaban disponibles para trabajar (fuerza de trabajo potencial).
La tasa de desocupación ajustada estacionalmente fue 11,3%, retrocediendo 0,4 pp. con respecto al trimestre móvil anterior, como consecuencia del crecimiento de la fuerza de trabajo (2,5%) y de los ocupados (3,0%), junto con el retroceso de los desocupados (-1,3%). El aumento trimestral de ocupados fue de 227.388 personas.
En doce meses, el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados, disminuyó 10,9%. En sentido contrario, el promedio de horas trabajadas creció 1,8%, llegando a 36,5 horas.
La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanzó 22,8%, con un incremento de 8,6 pp. en el período. En los hombres se situó en 20,0% y en las mujeres en 26,5%. La brecha de género fue 6,5 pp.
Por su parte, en la Región Metropolitana la tasa de desocupación del trimestre septiembre-noviembre de 2020 alcanzó 11,8%, aumentando 4,4 pp. en doce meses producto de la baja de 5,4% de la fuerza de trabajo, inferior en magnitud a la variación registrada por los ocupados (-9,9%). En tanto, los desocupados se expandieron 50,4%, incididos exclusivamente por los cesantes.