Además del peor gobierno de la historia, también es el más vaca y mentiroso de la misma. Cuando vetó el proyecto de ley que impedía el corte de servicio por no pago durante la pandemia, dijo que lo hacía para «poner en marcha iniciativas sostenibles para proteger a las personas».
En la oportunidad, el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, precisó:
«Estas observaciones buscan perfeccionar el contenido de esta ley, facilitar su promulgación y posterior ejecución en beneficio de las personas. Buscan en definitiva reafirmar lo que hemos dicho desde el inicio de la pandemia: no habrá corte de servicios básicos, y quienes lo necesiten podrán postergar sus cuentas sin costos».
Agregó:
«El Gobierno puso en marcha el acuerdo con las empresas, un plan que garantiza que a ninguna familia se les corte el suministro de servicios básicos de electricidad y agua potable durante la pandemia, y que permite postergar los pagos en 12 cuotas sin intereses».
Lo que no dijo el gobierno es que los oligopolios privados de la energía se iban a aprovechar de la pandemia para subir las cuentas de luz.
Para verdades, el tiempo: el superintendente de Electricidad y Combustibles, Luis Ávila, reconoció que ha habido problemas problemas con la facturación de cuentas de la luz en el país luego de que las compañías retomaran la lectura presencial de los medidores en el marco de la pandemia:
«Hemos visto un incremento muy importante en los reclamos por facturación, lo que nos dicen la personas a lo largo del país es que están recibiendo cuentas más altas». conversación con radio Cooperativa.
Luego, se deshizo en explicaciones:
«Esto se debe a que, cuando se inició la pandemia y el estado de catástrofe, muchas compañías de luz, y también de servicios esenciales, debieron ajustar sus procesos, como la lectura de los medidores, las cuales por normativa igualmente debían hacer llegar una boleta mensual a los usuarios para que no se acumulen, sentido en el cual se aplicó la llamada facturación provisoria, que consigna un promedio de los seis meses anteriores del cliente».
Más que supervisar a los oligopolios privados de energía, el superintendente cree que está en el cargo para justificarlos.
No obstante, reconoció que la medida «ha dado origen a grandes problemas», principalmente reclamos de personas que han visto diferencias sustanciales en sus boletas nuevas, luego de que su compañía volvió a leer el medidor, en comparación a las anteriores.
Eso se debe -prosiguió- a que, por ejemplo, a clientes se les hizo promedios con lo que consumían en el verano, más luz natural y menos consumo, en sus facturas provisorias en medio del invierno:
«Hace algunas semanas, Enel anunció que retomaba consistentemente el proceso de lectura, 120 mil medidores por día y tres días después de emiten las boletas, y ahí están apareciendo clientes en cuyos promedios del verano tenían algo menos de consumo que hoy, por lo que el monto actual aumenta».
Agregó:
«Cuando se registra todo lo que consumía efectivamente, se coloca en la boleta, pero debe restarse en la línea de devolución de facturación provisoria todo aquello que se cobró de manera provisional».
Si usted no entendió, no se preocupe. El único fin de este tipo de explicaciones es embolinar la perdiz. Sin embargo no le quedó más que reconocer:
«Esto está generando en algunos clientes diferencias que no alcanzan a explicar las cifras abultadas que se mencionan; habrá que verlo muy en detalle».
Tarifa de invierno
También ha habido reclamos relativos al límite de invierno:
«Para que un cliente pague tarifas de sobreconsumo tiene que aparecer en al boleta una línea que dice ‘electricidad consumida pro sobre el límite de invierno’, que también debe estar señalado. Y si no dice energía adicional no lo tiene».
Sin embargo, sostuvo:
«La Superintendencia emitió una nueva instrucción este año para que, a propósito de la facturación provisoria, no se acumule todo el consumo de invierno en el momento cuando se lee, sino que se distribuya ese consumo en todos los meses anteriores de manera de evitar que aplique la regla de sobreconsumo».
En cualquier caso, Ávila recomienda «siempre reclamar primero a la compañía», de forma tal que el monto respectivo quede «en disputa» en la Superintendencia, período en el cual no se puede cobrar.
Asimismo, aconseja que los clientes «pidan por escrito» la respuesta de la empresa para que, si esta no es satisfactoria, pueda recurrir a la Superintendencia.
Finalmente, pues a los consumidores no les van a cortar la luz:
«Hay una instrucción de la Superintendencia y un acuerdo operativo desde marzo entre el Gobierno y las compañías».
Lo único que queda claro del galimatías del superintendente, es que mientras persista este gobierno nefando, los únicos que nunca pierden, ni en pandemia, son los amigos multimillonarios del presidente.