Por más que traten, cuestión que por lo demás no hacen, las autoridades de este gobierno no pueden dejar de hacer el ridículo y dar vergüenza ajena.
Resulta que, en el empeño de lograr que un grupo de ciudadanos que acampa desde hace días en las inmediaciones del la Embajada de Colombiia, con el objeto de presionar a las autoridades de su país, para que .los repatríen, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei se llevó un chasco por autoritaria y prepotente.
De entrada, la alcaldesa profirió amenazas de con querellarse contra los dirigentes del grupo si, producto de las bajas temperaturas, alguna de las personas que acampan en la calle se muere.
“Los líderes van a estar querellados, ¿está claro? Ustedes se hacen responsable ahora, les hemos ofrecido todo”, espetó.
Una ciudadana colombiana le intentó explicar que estaba en medio de un tratamiento médico en su país, por lo que necesitaba irse lo antes posible, y que por lo tanto, la solución de un albergue era solo “un pañito de agua”.
Entonces, a la alcaldesa le sobrevino su adn autoritario, y le preguntó:
“Entonces, ¿por qué vino?”.
Ahí ardió Troya: los colombianos reaccionaron airados, por lo cual la alcaldesa tuvo que retirarse del lugar, con la cola entre las piernas.
Véalo a continuación.
El día anterior, junto con afirmar que no sacan nada, porque para Colombia y Venezuela no hay vuelos humanitarios, los acusó de violencia, robos y tráfico de drogas.
Fenómeno de sensibilidad social en medio de la pandemia, de la hija del general Matthei.
