En la siguiente entrevista, la diputada Camila Vallejo cuenta cómo se siente de entrevistadora en Radio Universidad de Chile y dice que en las redes sociales también manda la plata, y que no son tan libres. Reitera que debe haber Asamblea Constituyente para discutir la nueva Constitución, porque es el escenario participativo y amplio más adecuado. También habló de la defensa de los glaciares y de las verdades sobre las redes sociales. También contó su experiencia como entrevistadora e insistió en tener educación pública y nueva Constitución.
Luce tranquila, entrevistada a una hora de entrar a una nueva reunión de la Comisión de Educación que preside, donde se verá la cara con el Ministro del ramo, Nicolás Eyzaguirre, y con disputados oficialistas y de derecha. Indica que, al final del día, “lo fundamental, como objetivo político en el marco de la reforma educacional, es el fortalecimiento y recuperación de la educación pública”.
Explica la importancia de la discusión del proyecto de defensa de los glaciares y vuelve a referirse a la Presidenta Michelle Bachelet: “Se ha visto demandada a tener fortaleza”, indica.
-¿Cómo te has sentido en el programa de radio que está realizando?
-Bien, más a gusto de lo que esperaba. En un comienzo, la ansiedad y el nerviosismo estuvieron presentes en el primer programa, pero después me tomé muy a gusto y en serio la idea de entrevistar a personalidades con el objetivo de entrar más a fondo en ciertos temas y salir de la posición de la entrevistada a ser la entrevistadora. Hemos tratado temas de derechos humanos, educación, las conclusiones de la Comisión Presidencial de probidad y transparencia, y varios otros importantes.
-¿Cómo sientes ese enroque de ser entrevistada a ser periodista?
-Bueno, periodista no soy, ni lo voy a ser.
-¿No te entró crisis existencial respecto a tu profesión de geógrafa?
-No, para nada. Lo que pasa es que creo que la labor de una parlamentaria incluye el informar y profundizar en los temas que legisla y los que son de interés nacional.
-¿Escuchar?
-Escuchar a distintas personas involucradas con esos temas. Queremos entrevistar a dirigentes sociales, no solo a expertos. También personas del ámbito internacional. Me parece bien escuchar, hacer preguntas, conducir una conversación hacia puntos que me parecen centrales y críticos en distintos temas que están en la palestra o que se informan mal.
Porque la manipulación de los medios es evidente en el día a día, el monopolio de la prensa da cuenta que necesitamos más fuentes de información y de análisis, que sean alternativos, y que yo pueda jugar ese rol me parece es reforzar la labor como parlamentaria y dirigente político de izquierda.
-Cuando empezaste a presidir la Comisión de Educación, se habló de un sello tuyo. Fue porque a la primera reunión invitaste a representantes sociales de la educación. Esto de la radio también se ligó a ese sello, de estar cerca de representantes de la sociedad. ¿Es un asunto de sello?
-Tiene que ver con el sello que la gente de izquierda, los comunistas, gente progresista, debe darle al ejercicio de la política. Dado el escenario actual de profunda desconfianza hacia la política, hacia los partidos, hacia lo que se llama “la clase política”, es más necesario que nunca tener un acercamiento no solo en lo discursivo, sino en la práctica cotidiana, con la ciudadanía, con el movimiento social.
Me parece necesario, como presidenta de la comisión, tener instancias permanentes de diálogo, de conversación, de abrir espacios de participación e incidencia. Eso es fundamental para fortalecer nuestra democracia, sobre todo en un proceso previo al cambio de la Constitución, y apuntando a cambiar las reglas del juego de nuestra democracia. Eso lo promoveré en el desarrollo de la discusión de la reforma, con las indicaciones y propuestas que vayan ingresando.
-Aunque hay algunos personeros que dicen que el Parlamento está legitimado para encarar los procesos en curso e incluso asumir el cambio de la Constitución.
-Me pregunto en qué mundo viven los que dicen eso. Afirmar que todo el Parlamento está legitimado es totalmente insostenible en el actual escenario político. La opinión pública ver al Parlamento con mucho descrédito y mucha desconfianza, no lo ven como una instancia legítima. No solamente porque la actividad política durante mucho tiempo fue asistencialista, alejada de los problemas reales y de que la gente piense en cambiar su realidad.
Lainstitucionalidad heredada de la dictadura no permite jugar el juego de la democracia, siempre se vende la pomada de que votar por un candidato cada cuatro años es suficiente como ejercicio cívico y democrático y la verdad es que cuando eliges los representantes al Parlamento, éstos no tienen todas las herramientas para hacer las transformaciones. Los que dicen que el Congreso está legitimado, están marcando su posición conservadora y apostando a que la herencia constitucional pinochetista no sea modificada.
-Pero tú eres integrante del Parlamento. ¿Entonces por qué ese camino?
-Antes de postular al Parlamento sabía que era una institución desacreditada, deslegitimada, y eso se ha agudizado. Postulé porque tenía la conciencia de que había que disputar ese espacio, porque nos permite no solo demandar los cambios, sino tener incidencia y tener votos en el Congreso para modificar las leyes y proponer otras. Incluso en esta lucha para cambiar la Constitución.
Por ejemplo, metimos un proyecto de ley que faculta a la Presidencia de la República para convocar a un plebiscito para que se defina, con participación de todas y todos los chilenos, cual será el mecanismo de cambio de la Constitución.
Se requiere de gente en el Parlamento para generar los espacios y tener los votos para avanzar hacia un país más democrático.
“Debemos tener mecanismo participativo como la Asamblea Constituyente”
-¿Crees que en estos meses habrá que intensificar el trabajo por una Asamblea Constituyente?
-De todas maneras. El discurso de la Presidenta Michelle Bachelet dio cuenta de que el cambio de la Constitución se va a dar en un marco de profunda disputa política. Pensar que será algo fácil, algo espontáneo, es no entender lo que está pasando en nuestro país, de cómo se despliegan las fuerzas políticas de acuerdo a sus intereses, cómo se despliega el poder económico.
Que la Presidenta haya hablado de un “proceso constituyente” y no de proceso constitucional, es importante, le puso una fecha de inicio y nos permite desplegarnos y concientizar respecto a la necesidad de una nueva Constitución.
Creo que debemos tener un mecanismo participativo y amplio como es la Asamblea Constituyente, y estamos en esa disputa previa a lo que podría ser un plebiscito. En la calle debe estar la demanda de la A.C. y en Parlamento pelear esta reforma que permita convocar al plebiscito.
-Hay quienes plantean que el cambio de Constitución debe alojarse en el Congreso.
-Primero tenemos que legislar sobre la propuesta de plebiscito. En algún momento tendremos que ratificar una nueva Constitución, independiente de cómo se genere. Esas son posibilidades abiertas, como que también por un plebiscito se ratifique la nueva Constitución. Antes de eso, hay que ratificar que la propuesta de nueva Constitución no sea elaborada por una sola figura o un Parlamento que está cuestionado.
Tiene que ser redactada y construida por un conjunto de personas representativas de lo social, lo político, lo étnico, y eso es garantizado por una A.C. Es el mejor escenario para que el poder constituyente originario, que es el pueblo, se exprese y defina las reglas del juego en nuestro país.
“Lo fundamental es fortalecimiento y recuperación de la educación pública”.
-Hablemos del tema educación. En esta etapa, ¿dónde sitúas los elementos claves de la reforma educacional?
-Primero, debemos avanzar en los compromisos presidenciales y programáticos. Eso significa tener aprobado una nueva política nacional docente, una nueva educación pública a través de un proceso de desmunicipalización, y una reforma a la educación superior que permita cumplir con la gratuidad tan anhelada no solamente por los actuales estudiantes, sino por los padres de los futuros estudiantes de educación superior.
Lo fundamental, como objetivo político en el marco de la reforma educacional, independiente del proyecto en cuestión, tiene que ver con el fortalecimiento y recuperación de la educación pública que en Chile se ve mermada, abandonada, por parte del Estado, deteriorada por falta de financiamiento.
-El Colegio de Profesores llamó a un Paro Nacional. Las organizaciones estudiantiles universitarias y secundarias llamaron a una marcha. En todo este periodo han estado llamando a movilizaciones. ¿Cuál es tu mirada respecto a eso?
-Los objetivos que te señalaba se van a cumplir si y solo si hay un movimiento social capaz de impulsar esos objetivos desde la calle y estando presente el movimiento en aquellos momentos en que se discute y se legisla.
-¿No estorban las movilizaciones al avance de la discusión de la reforma?
-No, yo creo que es necesario que haya movilización social, pero no cualquier movilización social. Necesitamos un movimiento social unido, organizado, capaz de generar propuestas, de incidir, que sea proactivo. La crítica es inherente al movimiento social pero con la crítica no basta. Necesitamos que el movimiento social llegue con propuestas claras para resolver ambigüedades, resolver vacíos y disputar aquellos elementos que pudieran ser insuficientes.
-Al final del día, con esta reforma, ¿saldrá algo insuficiente, suficiente, quedará una brecha para seguir avanzando en términos de educación?
-La profundidad de los avances que haya, es proporcional a la capacidad que tengamos de generar correlación de fuerzas en el ámbito político y social. Es difícil anticiparse al resultado sino conocemos cómo se va a desarrollar el proceso de incidencia del movimiento social y de correlación de fuerzas. Pero lo que se avizora en reforma educacional es un tremendo buen comienzo del cambio en educación.
Es una oportunidad histórica, hace décadas que no se hablaba de reforma en la educación superior por ejemplo, de carácter sistémico, que aborde el tema del financiamiento mirando hacia la gratuidad, con un nuevo marco institucional, regulación, fiscalización, término de los negocios. Se abre un escenario que permite mirar hacia el futuro desde otro piso.
-¿Van a existir nuevas condiciones?
-En lo que se refiere a carrera nacional docente, independiente de que haya elementos a corregir, es un buen comienzo. Hay una mirada integral hacia el trabajo docente, hay aumento sustantivo de remuneraciones, estamos hablando de un muy buen comienzo. El resultado final lo va a indicar las indicaciones, el rol de los distintos actores, particularmente el Colegio de Profesores, la agenda de movilizaciones. Lo mismo pasa con desmunicipalización y educación superior.
En desmuncipalización no conocemos el proyecto, pero sabemos al menos que la dirección es a pensar una nueva educación pública, pensar el rol de las escuelas públicas, la participación de las comunidades en la generación de proyectos educativos, cambios en la política de financiamiento para darle sustento a los proyectos.
Las particularidades, las indicaciones, las propuestas, están en disputa en el marco de la discusión legislativa y en el marco de las capacidades de incidencia de las distintas organizaciones para modificar y transformar.
“Glaciares que se están destruyendo por la actividad minera”
-¿Por qué el cuestionamiento en relación al proyecto de protección de los glaciares?
-Es un tema muy relevante. El proyecto de glaciares busca o buscaba -nosotros hicimos propuestas junto a organizaciones como Green Pace, Terram-, el proteger el 85% de los glaciares de Sudamérica. Chile concentra esa cantidad. Estamos hablando de una fuente de agua dulce muy grande y estratégica. Hoy no cuenta con ningún tipo de protección, son glaciares que se están destruyendo por la actividad minera, principalmente de trasnacionales mineras.
-¿Por qué la destruyen?
-Porque al momento de explotar recursos naturales como el cobre, las mineras lo que hacen es intervenir la Cordillera de Los Andes, donde se emplazan muchos de estos glaciares, los hay grandes, pequeños y medianos, sobre todo en la zona Norte del país y donde están los glaciares más sensibles y que se están derritiendo más rápido por la actividad de la minería.
Mira, por ejemplo, el transporte de mineral a través de grandes camiones por las laderas de los cerros, levanta polvo que se deposita en los glaciares y hace más rápido el proceso de derretimiento por la absorción de calor que se genera. Eso disminuye la principal fuente de agua dulce en aquellas Regiones que tienen alto nivel de escases hídrica. Estamos condenando a comunidades, poblaciones, en el Norte y en el Sur, a nivel de Sudamérica, incluso a nivel mundial, a ver una disminución de las fuentes de agua, incluso verlas desaparecer.
Eso, a la larga, trae serios efectos para la salud de las personas, para sus vidas, y por su efecto económico. El Estado tendrá que invertir mucho en procesar el agua de mar, para hacerla potable, o trasladar comunidades donde ya no haya agua. Esa fue la matriz del proyecto. Pero la indicación sustitutiva del proyecto apunta, con el argumento de proteger el 80% y no el 100%, a algo que es insuficiente. Porque ese 80% está principalmente ubicado en la zona Sur del país, donde se concentra la gran masa glacial, y que están en los Parques Nacionales fundamentalmente.
Pero el proyecto no se hace cargo de los que no están ubicados en esas zonas y que son más pequeños pero son la mayoría y tiene un volumen considerable y se ubican en los lugares donde hay más falta de agua.
Entonces estamos con un proyecto insuficiente. Se habla de extender la protección si se declaran como reserva estratégica, pero quien determinan eso es el consejo de ministro para la sustentabilidad, donde participa minería, energía, que tienen intereses puestos en el desarrollo económico a través de nuestra fuente matriz que es la explotación de recursos naturales y en eso, el cobre.
-Hay un cuestionamiento al presupuesto en este proyecto.
-Porque es mínimo e insuficiente para financiar las instituciones que tienen que proteger los glaciales, de financiar glaciólogos, investigadores, financiar los estudios para encontrar, conocer, describir, inventariar los glaciares y determinar medidas a tomar. Eso lo paga el mundo privado que tiene intereses en esas zonas. Para que los pague el Estado necesitamos que tenga los recursos y los que se ponen a disposición son insuficientes.
-¿Este es un tema emergente, del futuro?
-Es un tema del presente y del futuro. Cuando hablamos de cambio climático, de protección del medio ambiente, de nuestros recursos naturales, no estamos con una mirada futurista solamente. Estamos hablando de una necesidad del presente.
Los mal llamados desastres naturales que hemos vivido, que son más constantes, la falta de agua en el Norte, es porque no hemos sido capaces de cuidar nuestro medio ambiente, porque no hemos cuidado el agua, que es como el oro del presente.
Es un recurso estratégico. Sin agua no vivimos. Si no garantizamos las fuentes de agua ahora, los impactos, que ya se están teniendo, serán brutales. Hay que pensar en esta generación, no solo en las futuras generaciones. Hay que pensar en las actuales comunidades, en esas poblaciones que ven afectado el acceso al agua, ven afectada su actividad económica, afectada su sobrevivencia económica.
Los glaciares contribuyen al abastecimiento del agua, y si no los protegemos ahora, le hacemos un flaco favor al país e incluso a la Humanidad. En Chile tenemos una responsabilidad que es de carácter humanitario e internacional.
-¿Hay preocupación de organismos internacionales?
-Exactamente, la hay. Está la Convención de Washington, que habla de proteger los glaciares y mandata al Estado de Chile a protegerlos. Pero esa Convención no la hemos hecho valer.
-Tú debes ser la parlamentaria que tiene más seguidores en Twitter. Ocupas mucho las redes e impactas en las redes. Se dice que es “la” forma de comunicar.
-Creo que es una herramienta más. Tampoco soy una activa militante de Twitter y redes sociales. Lo ocupo bastante poco en relación a otros parlamentarios. Lo hago cuando creo que es necesario, para informar, para contra-argumentar. Es importante usarlo como una herramienta comunicacional.
-Por esa vía se hacen campañas, se instalan ataques o defensas.
-Efectivamente pasa eso. Por eso creo que no hay que sobreestimar mucho las redes sociales y no hay que ser ingenuos frente a las redes sociales. No podemos creer que son el espacio más libre de las comunicaciones. Tenemos medios de comunicación hegemonizados, hay un monopolio detrás de los medios, y creemos que las redes sociales son libres de eso, pero no es tan real e incluso se da para el libertinaje.
La dominación en las redes sociales está presente, aquí también opera quien tiene más plata manda; y quienes tienen recursos para instalar perfiles fantasmas, falsos, para hacer campañas sobre una información o una desinformación. Eso está presente en las redes sociales.
Ante esos mensajes hay que saber discernir lo que es verdad, lo que es o puede ser falso, y buscando otras fuentes para corroborar lo que de repente se señala por Twitter. Detrás de esto hay intenciones políticas muchas veces, casi nada es neutral o imparcial. Los medios son también herramientas políticas. Creo que hay que utilizar las redes pero con responsabilidad, con argumentos, y no dejar de acudir a una segunda o tercera fuente.
-¿Cómo has visto a la Presidenta Michelle Bachelet?
-He visto a una Presidenta que se ha encontrado en un escenario complejo, tanto en lo personal como en lo político. El caso Caval da cuenta de eso en lo personal y en lo político. Una Presidenta que se ha visto demandada no solamente a tener la fortaleza para hacer avanzar un programa de transformaciones, sino a no tirar el mantel y desechar lo comprometido.
También tener la fortaleza para hacer avanzar una agenda nueva, que no estaba contemplada en el programa y que surgió a propósito de los casos de corrupción. Tener la capacidad de relacionar eso con un tema central que es el cambio de la Constitución. Hay una Presidenta que logró ver esto como una oportunidad, no solo como un problema. Combatir la corrupción a través de la regulación y la transparencia, pero también fortalecer un eje del programa que a mi juicio es de los fundamentales, que es el cambio de la Constitución.
-¿Y las alusiones a su liderazgo?
-Esto del liderazgo, si es más débil, más vertical o más horizontal, ese juego que se da en la opinión pública o en los medios, en una perspectiva oportunista muchas veces, y otras con cierta razón, creo que más allá de si son autoritarios o carismáticos, son reales cuando se apoyan en el pueblo. Si la Presidenta, por ejemplo, puso el énfasis en un proceso constituyente que parta desde la base social, es justamente el liderazgo que se necesita y que hay que fortalecer.
Fuente: El Siglo