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Hace 83 Años: Chile entre el Fascismo y el Frente Popular

por Iván Ljubetic Vargas (*).

Entre 1929 y 1933 el capitalismo entró en una crisis sin precedentes. En Estados Unidos, país en que se había iniciado en 1929, la producción industrial se derrumbó y los cesantes sumaban 16 millones.

La crisis alcanzó a todo el mundo capitalista. Sólo la Unión Soviética se vio libre de ella.

La crisis agudizó la lucha de clases. Los conflictos sociales se intensificaron. Se produjo el ascenso del movimiento obrero internacional, lo que unido a la atracción que ejercía la Unión Soviética sobre las masas populares, obligó a la burguesía a buscar un nuevo sistema político.

La democracia parlamentaria no servía para contener las aspiraciones de los trabajadores. Se necesitaba otra forma de dominación que destruyera las organizaciones obreras, que impidiese la existencia de éstas y que controlara férreamente a los trabajadores. Esta forma de dominación fue el fascismo.

En 1922 llegó al poder el fascista Benito Mussolini en Italia. El 30 de enero de 1933, Hitler fue nombrado Canciller en Alemania y en seis meses implantó la dictadura nacionalsocialista en ese país. Se impuso la sangrienta represión contra los trabajadores y todos los que se opusieran al Tercer Reich.

Al mismo tiempo, se hicieron evidentes los peligros de una guerra mundial.

Del 25 de julio al 20 de agosto de 1935 se realizó en Moscú el VII Congreso de la Internacional Comunista. Concurrieron 513 delegados de 65 partidos comunistas y organizaciones afines. Estuvieron presentes personalidades como Dolores Ibarruri, Ho Chi Ming, Palmiro Togliatti, Jorge Dimitrov. También Carlos Contreras Labarca, Secretario General del Partido Comunista de Chile.

Ese importante evento mundial llamó a constituir amplios frentes antifascistas en todos los países, los frentes populares, y crear gobiernos de frente único antifascista

En Chile, los comunistas invitaron a los partidos del Block de Izquierda a formar el Frente Popular. No hubo respuesta alguna.

Mejor recibimiento tuvo la proposición comunista entre otras colectividades.

Relata Elías Lafertte, en “Vida de una Comunista”:

«Algunos políticos de diferentes partidos, acogieron la idea con enorme entusiasmo, como Rossetti, Justiniano Sotomayor y, sobre todo, Juan Antonio Ríos, que era Presidente del Partido Radical… Ríos nos ayudó mucho en las gestiones preliminares para formar el Frente Popular. Hubo ocasiones en que el Secretario General del PC tenía que sostener entrevistas con otros políticos a escondidas de la policía. Pues bien, muchas de estas conversaciones se desarrollaban en el automóvil de Juan Antonio Ríos, manejado por él mismo”.

La unidad surge desde la base

El 3 de febrero de 1936 estalló una huelga ferroviaria. Los trabajadores protestaban contra la arbitraria medida del gobierno de Alessandri de negarse a pagar una gratificación que obreros y empleados de esos servicios habían conquistado dos años atrás.

Las tres organizaciones sindicales del sector -la Federación Santiago Watt, la Federación Ferroviaria de Chile y la Federación de Empleados Zona Sur- se unieron y constituyeron un comando único para dirigir la lucha.

Este paro fue uno de los movimientos más importantes de esos años. Durante diez días los trenes de carga y pasajeros de la primera y segunda zona ferroviaria paralizaron, aunque no totalmente. Pero la huelga fue total en la tercera zona, que comprendía desde Talca a Puerto Montt.

Arturo Alessandri, entonces Presidente de la República, reprimió a los huelguistas. Detuvo, encarceló y relegó a dirigentes sindicales y políticos. Entre ellos a personeros del PR.

Elías Lafertte fue deportado a México.

Derrotado el movimiento de los ferroviarios, 680 obreros y empleados fueron lanzados a la cesantía.

La represión no detuvo el proceso unitario. Al contrario, lo aceleró. Nuevos sectores entraron al combate contra el gobierno. Se inició una potente campaña por las libertades públicas. Su primera victoria fue lograr liberar a los presos y el retorno de los relegados.

En la solidaridad con la huelga y las luchas por las libertades se fue forjando la unidad por la base.

Allí estaban juntos comunistas, socialistas, radicales-socialistas, radicales, demócratas, independientes. Los hechos, las acciones comunes, fueron mostrando la necesidad y la posibilidad del Frente Popular.

Los comunistas y el Frente Popular

En febrero de 1936, Carlos Contreras Labarca expuso el pensamiento comunista sobre el Frente Popular:

«…Es un bloque de partidos, es un frente de clases para la lucha por el Programa de Liberación Nacional. Cada Partido y organización que ingresa en él conserva su fisonomía y estructura propia. Ninguno renuncia a sus principios doctrinarios ni a su organización interna. Se comprometen a no atacarse recíprocamente, siempre que se cumplan las decisiones, el programa y las bases del Frente Popular, conservando plenamente la libertad de crítica; se someten a las decisiones democráticamente aprobadas y respetan la disciplina del Frente Popular. El Frente Popular es la unidad de acción, pero no la disolución de los partidos”.

Dentro del PS fue ganando adeptos la idea del Frente Popu¬lar. Pero la aceptación no era unánime en el PS. En el III Congreso de enero de 1936, aparecieron dos posiciones claramente opuestas: una a favor de la unidad; otra en contra.

Nace el Frente Popular

En la tarde del 26 de marzo de 1936, concurrieron a las oficinas del diario «La Opinión» -que estaban ubicadas en la Alameda frente a la calle Estado- dirigentes del Partido Comunista, del Partido Socialista, del Partido Democrático, del Partido Radical-Socialista y del Partido Radical. En la oficina de su Director, Juan Bautista Rosetti, firmaron el pacto que da vida al Frente Popular (FP).

El 8 de abril, los mismos personeros suscribieron el Programa del Frente Popular, «esencialmente democrático, antiimperialista y antioligárquico», que constaba de tres partes; en verdad tres programas. Uno de orden general; otro, que comprendía las tareas inmediatas del gobierno, una vez triunfante el Frente Popular. Finalmente, un programa destinado específicamente a la juventud».

También en ese mes de abril, tuvieron lugar elecciones complementarias para elegir un senador por las provincias de Bio-Bio, Malleco y Cautín, en reemplazo del fallecido parlamentario del Partido Democrático, Artemio Gutiérrez.

El Frente Popular presentó como candidato al latifundista de la zona, miembro del ala derechista del radicalismo y uno de los más enconados opositores a la formación del Frente Popular, Cristóbal Sáenz.

Triunfó la coalición de la izquierda, ganando su primera confrontación electoral.
Este éxito mostró la vigencia e importancia del Fren¬te, constituido apenas un mes atrás.

En octubre de 1936, el Partido Comunista inició la publicación del periódico «Frente Popular», el que -según el perio¬dista y dirigente comunista, Rodrigo Rojas- jugó «importante papel en la tarea de agrupar a los sectores democráticos del país a fin de cerrar el paso al fascismo, e impulsar toda una serie de realizaciones que posibilitaran la creación de la ba¬se material y técnica para el ulterior desarrollo económico-industrial de Chile”.

La CTCH

El 25 de diciembre, se inició el Congreso de Unidad Sindical en el que participaron la FOCH, la que -a pesar de la represión sufrida- continuaba siendo la central sindical más poderosa del país, la Confederación Nacional Sindical, CNS, y la Confederación Nacional de Trabajadores, CNT; estas dos últimas controladas por el PS.

Estas tres centrales se unieron en ese Congreso, dando nacimiento a la Confederación de Trabajadores de Chile, CTCH.

Esta nueva central reunía, al momento de su fundación, más de 100 mil afiliados. Uno de sus primeros acuerdos fue incorporarse al Frente Popular.

La CTCH tuvo un vigoroso desarrollo. En 1938, contaba con 116 mil miembros; en 193,, con 173 mil y en 1941, con 200 mil.

Elecciones parlamentarias de 1937

En marzo de 1937 tuvieron lugar elecciones Parlamentarias.

Los partidos que formaban el Frente Popular alcanzaron un total de 140.153 sufragios, un 33,99 % del total.

La derecha obtuvo 173.360 votos, el 41,05 %.

Dentro del FP, la colectividad más fuerte era el Partido Radical.

El PC eligió en esa oportunidad a Elías Lafertte como senador por Tarapacá y Antofagasta.

Éste se encontraba desterrado en México desde 1936, condena aplicada por el gobierno de Arturo Alessandri debido a su participación en la huelga ferroviaria de comienzos de ese año. Su elección le permitió retornar a la patria en gloria y majestad.

Los comunistas obtuvieron también siete diputados: Carlos Contreras Labarca, José Vega Díaz, Juan Guerra, Andrés Escobar, Marcos Chamúdez, Amador Pairoa y Oscar Baeza.

El 10 de abril de 1938 se inició en Santiago el Décimo Congreso Nacional del Partido Comunista, llamado el «Congreso de la Victoria».

El 14 de abril de 1938, el Congreso del PC suspendió su desarrollo, para permitir la participación de los delegados en la Convención Presidencial del Frente Popular.

(*) Historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

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