por Rocío Montes (*)
El cerebro económico de Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil, vivió en los años ochenta en Chile, donde conoció de cerca las reformas implementadas por la dictadura.
El flamante presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro –declarado admirador de Augusto Pinochet– probablemente elegirá como su ministro de Economía a Paulo Guedes, un antiguo conocido de los economistas chilenos que impulsaron el programa económico ultraliberal en la dictadura (1973-1990).
En sus estudios de postgrado en la Universidad de Chicago, donde el hombre fuerte era Milton Friedman, padre intelectual de los Chicago Boys, estrechó lazos con varios estudiantes chilenos que luego tuvieron papeles relevantes en el régimen militar.
Uno de ellos fue Jorge Selume Zaror, exdirector de Presupuestos de Pinochet, quien a comienzos de la década de los ochenta fue decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, la pública de mayor importancia y antigüedad del país. Fue por su invitación que Guedes aterrizó en la casa de estudios para trabajar como investigador y académico, como lo hicieron por la misma época Robert Mundell y Edmund Phelps –según informó la revista chilena Capital–, que recibieron el Nobel de Economía en 1999 y 2006, respectivamente.
“Entiendo que estuvo por acá en la Universidad de Chile. No sé si fue durante años o trimestre”, señaló al diario chileno La Tercera Rolf Luders, de la primera generación de los Chicago boys, uno de sus principales exponentes, ministro de Hacienda y de Economía, Fomento y Reconstrucción entre 1982 y1983.
En septiembre pasado, el economista Ricardo Paredes, escribió en Twitter: “Economista jefe de Bolsonaro, Paulo Guedes, es PhD de Chicago y trabajó en el Departamento de Economía de la Universidad de Chile hacia principios de los años ochenta. Lo recuerdo como un capo [un crack], aunque igual Bolsonaro es terrorífico”.
El periodista chileno Cristián Bofill, especialista en política brasilera, indica que “cuando Guedes volvió de Chicago a Brasil con su doctorado, en Brasil se sintió marginado”.
“Los economistas que tenían la hegemonía en ese minuto no le dieron ni los puestos académicos ni los cargos en el Gobierno que él sentía que se merecía. Entonces, en los 80 se viene a Chile, donde lo recluta Selume. Quería conocer de primera fuente las reformas que estaban impulsando los Chicago en el país”.
Bofill explica que todo indica que el proyecto de Guedes siempre ha sido hacer en Brasil lo que hizo en Chile el economista Sergio de Castro, asesor de la Junta Militar desde 1973, luego ministro de Economía y de Hacienda y el principal artífice de la implantación del modelo junto a otros economistas de Chicago:
“Agarrar un país mediocre económicamente, meterle reformas de corte neoliberal, hacer que el país tenga un impulso y, al final, lo que es lo más victorioso, que tus propios adversarios asuman el modelo, como lo hizo con la llegada de la democracia la Concertación de centroizquierda”.
Cuando Guedes llegó a Santiago, a comienzos de los ochenta, “era el mejor momento de los Chicago boys”, relata la periodista Carola Fuentes, que junto Rafael Valdeavellano en 2015 estrenó la película homónima, donde los mismos protagonistas de las reformas de Pinochet relatan las transformaciones que empujaron en Chile y su legado vigente hasta la actualidad.
La realizadora de Chicago Boys explica que al comienzo de la dictadura ocuparon cargos secundarios de asesores técnicos. En marzo de 1975, sin embargo, Friedman visitó Chile:
“Fue cuando convence a Pinochet y le dice la famosa frase de que las medidas se deben tomar de forma radical, porque es mejor cortarle la cola al perro de una vez que cortársela de a pedacitos”.
Pinochet, como la mayoría de los militares chilenos de la época, era por principio estatista y miraba con desconfianza a este grupo de tecnócratas. Pero luego de la conversación con Friedman decidió darle espacio a los Chicago para que tomaran el mando de la economía chilena.
“Desde ese momento, comenzaron a ocupar las primeras líneas de ministerios y de diferentes instituciones, como el Banco Central, por lo que les resultaba fácil tomar las decisiones. No había ningún tipo de oposición a sus medidas radicales, que en democracia no podrían haber implementado”, relata Fuentes.
En la película Chicago boys, Ricardo Ffrench-David, economista chileno formado en Chicago, pero crítico de la dictadura y de la gestión de sus compañeros de universidad, señala que “las políticas económicas de 1973 a 1982 fueron un ejemplo pionero en el mundo de extremismo neoliberal”.
Fuentes las detalla: libertad de precios, apertura económica y reducción de los impuestos, privatización de empresas estatales y reducción del Estado, junto con el adoctrinamiento a la población.
En 1982, los Chicago boys fueron expulsados de la primera línea luego de la depreciación mundial del dólar –en 1979 habían determinado la fijación del tipo de cambio–, pero los sucedieron otros economistas que no cambiaron en absoluto el modelo.
Entre ellos José Piñera, hermano del actual mandatario chileno, ministro de Pinochet y creador del sistema chileno de pensiones, basado en la capitalización individual. La implementó a comienzos de la década de los ochenta, justamente en la época en que Guedes vivía y trabajaba en Chile.
Siguiendo la estela de lo que se hizo en el Chile de Pinochet, Bolsonaro sustituiría el sistema de pensiones de reparto por otro de capitalización, un modelo que el presidente Sebastián Piñera busca reformar con un proyecto presentado esta semana y que pretende, entre otros asuntos, mejorar las bajas jubilaciones.
Onyx Lorenzoni, posible jefe de gabinete del presidente electo de Brasil, no oculta su admiración hacia el modelo que implementaron los Chicago boys chilenos: “Chile para nosotros es un ejemplo de país que estableció elementos macroeconómicos muy sólidos, que le permitieron ser un país completamente diferente de toda Latinoamérica”.
Fuente: El País
https://youtu.be/gtemdUKisrk