Nicolás Maquiavelo nació en el pequeño pueblo de San Casciano in Val di Pesa, a unos quince kilómetros de Florencia, el 3 de mayo de 1469. Hijo de Bernardo Machiavelli, un abogado perteneciente a una empobrecida rama de una antigua familia influyente de Florencia, y de Bartolomea di Stefano Nelli. Ambos de familias cultas y de orígenes nobiliarios, pero con pocos recursos a causa de las deudas del padre.
En 1494 cuando Nicolás Maquiavelo tenía 25 años y servía en el servicio militar Libre de Florencia, fueron expulsados los Médici, familia que poseía el mayor poder económico en Florencia.
Maquiavelo después de servir cuatro años en una oficina pública como secretario, fue nombrado canciller y secretario de la Segunda Cancillería.
Tomó un rol importante en los asuntos de la república, y que le llevó a realizar importantes misiones diplomáticas ante el rey de Francia, el emperador Maximiliano I y César Borgia, entre otros.
Su actividad diplomática desempeñó un papel decisivo en la formación de su pensamiento político, centrado en el funcionamiento del Estado y en la psicología de sus gobernantes.
Su principal objetivo político fue preservar la soberanía de Florencia, siempre amenazada por las grandes potencias europeas, y para conseguirlo creó la milicia nacional en 1505. Intentó sin éxito propiciar el acercamiento de posiciones entre Luis XII de Francia y el papa Julio II, cuyo enfrentamiento terminó con la derrota de los franceses
Pese a que tuvo posiciones altas en el panorama público y político, él las evitaba ya que aceptaba cualquier tipo de trabajo a cambio de poco sueldo.
El retorno de los Medici
En 1512, al regreso de los Médici, Maquiavelo, fue despedido por decreto el 7 de noviembre de ese año. Apresado y torturado al descubrirse una conspiración contra los tiranos Médici, en que estaba conjurado con su amigo Giovanni Battaini y 20 personas más.
El nuevo pontífice León X logró liberarlo. Entonces, Maquiavelo se retiró a su pequeña propiedad en San Casciano in Val di Pesa, a unos quince kilómetros de Florencia. Allí se dedicó a talar un bosque que poseía, junto con unos obreros contratados, sobreviviendo con este pesado trabajo. También se dedicó a la agricultura y a la ganadería. Convivía con los obreros, con ellos comía, jugaba y hablaba, para sentirse vivo.
Sus amigos de la ciudad le dieron la espalda. Pero aunque fueron los peores años de su vida, Maquiavelo tuvo en las noches su espacio para la libertad y el bienestar. Fue en aquellas noches solitarias cuando empezó a dedicarse por entero a la literatura.
Logró escribir ocho libros, la mayoría con una prosa ágil y clara, entre 1513 y 1525. En una carta a Francesco Vettori, fechada en diciembre de 1513, dejó una descripción interesante de su vida en ese período, y un esbozo de sus motivos para escribir “El príncipe”.
En 1520, el cardenal Julio de Médicis le confió varias misiones y, cuando se convirtió en Papa, con el nombre de Clemente VII (1523), Maquiavelo pasó a ocupar el cargo de superintendente de fortificaciones (1526).
En 1527, las tropas de Carlos I de España tomaron y saquearon Roma, lo que trajo consigo la caída de los Médicis en Florencia y la marginación política de Maquiavelo, quien murió poco después de ser apartado de todos sus cargos.
Últimos años
Recibió la amnistía en 1521, a los 52 años, pero poco después fue acusado falsamente de estar involucrado en un golpe de estado contra los Médici. Fue torturado y apresado poco tiempo y, una vez libre, recibió un encargo: liberar a unos trabajadores del gremio de la lana que habían sido secuestrados por un grupo de malhechores.
Maquiavelo logró que los liberaran y el gremio, en agradecimiento, le entregó una buena cantidad de dinero. Con parte de ese dinero compró un billete de lotería, que fue premiado con 20.000 ducados y con los que pudo saldar algunas deudas.
Nicolás Maquiavelo murió el 21 de junio de 1527, a los 58 años de edad, olvidado e ignorado por sus contemporáneos. Su legado tuvo más éxito en siglos posteriores.
Siempre defendió la colectividad frente a la individualidad y nunca olvidó la cruenta y única verdad sobre la política y los gobernantes.
La obra literaria de Maquiavelo
Maquiavelo escribió “El príncipe”, “Discursos de la primera década de Tito Livio”, donde muestra Nicolás Maquiavelo su verdadera visión política, describiendo como mejor forma de gobierno una república y no una monarquía absoluta entre otras cosas más importantes; “Discurso sobre el Arte de la Guerra” y su comedia “La mandrágora”.
La obra de Nicolás Maquiavelo se adentra por igual en los terrenos de la política y la literatura. Sus textos políticos e históricos son deudores de su experiencia diplomática al servicio de Florencia, caso de “Descripción de las cosas de Alemania” (Ritrato delle cose della Alemagna, 1532).
“En Discursos sobre la primera década de Tito Livio” (Discorsi sopra la prima deca di Tito Livio, 1512-1519) esbozó, anticipándose a Vico, la teoría cíclica de la historia: la monarquía tiende a la tiranía, la aristocracia se transforma en oligarquía y la democracia en anarquía, lo que lleva de nuevo a la monarquía.
En “El príncipe”, obra inspirada en la figura de César Borgia, Maquiavelo describe distintos modelos de Estado según cuál sea su origen (la fuerza, la perversión, el azar) y deduce las políticas más adecuadas para su pervivencia. Desde esa perspectiva se analiza el perfil psicológico que debe tener el príncipe y se dilucida cuáles son las virtudes humanas que deben primar en su tarea de gobierno.
Maquiavelo concluye que el príncipe debe aparentar poseer ciertas cualidades, ser capaz de fingir y disimular bien y subordinar todos los valores morales a la razón de Estado, encarnada en su persona.
De enorme importancia es el estudio que Antonio Gramsci sobre “El príncipe” de Maquiavelo.
El aporte de Gramsci
Al respecto el filósofo chileno Osvaldo Fernández escribió en “Antonio Gramsci: Maquiavelo y Lenin. Notas para una teoría política marxista”:
“Resulta sorprendente la audacia de Gramsci al rescatar para el marxismo a un autor tan mal entendido u comprendido como fue y lo es Maquiavelo. Maquiavelo pertenece al grupo de aquellos autores a quienes se les conoce por un prejuicio establecido, mucho más que por su obra. La famosa expresión, “el fin justifica los medios” se vincula al nombre de Maquiavelo otorgándole una popularidad en que su nombre pasa a ser sinónimo de politiquería barata, utilitaria, instrumental. De los móviles sucios de un manejo político, etc.
La penetración teórica de Gramsci está en haber sabido apreciar el contenido, no sólo teórico, sino popular y revolucionario de la obra de este pensador italiano”. (Página 10)
Según Antonio Gramsci el moderno príncipe no puede ser una persona real, un individuo concreto; sólo puede ser un organismo, un elemento de sociedad complejo en el cual comience a concretarse una voluntad colectiva reconocida y afirmada parcialmente en la acción. Este organismo ya ha sido dado por el desarrollo histórico y es el partido político leninista. (Páginas 30 y 31)
Antonio Gramsci, nació en Ales, Cerdeña el 22 de enero de 1891. Filósofo, teórico marxista, político y periodista italiano. Escribió sobre teoría política, sociología, antropología y lingüística. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano.
Encarcelado bajo el régimen fascista de Mussolini, murió en Roma el 27 de abril de 1937.
(*) Historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER