sábado, noviembre 23, 2024
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La Historia de Violencia Intrafamiliar que Sacude a la Universidad Católica

Los salones de la Pontificia Universidad Católica de Chile volvieron a ser remecidos estos días por la historia de violencia intrafamiliar que afecta al ex decano de la Facultad de Matemáticas de esa casa de estudios, Martín Chuaqui, y su antigua pareja, Marcela López, con acusaciones cruzadas de maltratos, mentiras y desacatos a las decisiones de la Justicia.

“La paciente efectivamente sufrió violencia física, psicológica y económica de parte de su marido, durante todo el período que duró el matrimonio”, advirtió en medio de la polémica un informe del Programa Apoyo Psicológico UC.

La abogados del académico sostienen que López padece el síndrome de Munchausen, una afección siquiátrica en la que los padres simulan o provocan enfermedades a sus hijos.

El enfrentamiento parental escaló luego que Marcela López, también funcionaria en la Pontificia Universidad Católica de Chile, sostuviera que Chaqui vulneró la medida judicial de no acercarse a ella a menos de 200 metros.

Una serie de documentos a los que accedió El Desconcierto dan cuenta de la supuesta situación de vulnerabilidad en la que se encuentran tanto López como su hijo, el que incluso asocia a su padre con episodios de violencia, según esos reportes.

El 23 de noviembre del año pasado Martín Chuaqui fue formalizado por delitos de lesiones leves, en contexto de una causa por violencia intrafamiliar que ingresó López en su contra. No obstante, los jueces acordaron un régimen de visitas provisorio con el hijo de ambos, que había estado suspendido desde octubre de 2016, pero se retomó a principios de diciembre.
Los controversiales términos de la patria potestad

Otro hito ocurrió cuando Chuaqui iba a entregar al hijo de ambos a ella, momento en que habría tenido un altercado con la hija de Marcela.

Tras esto, Marcela interpuso un recurso de protección por supuestas agresiones al hijo de ambos, por lo que el 2° Juzgado de Familia suspendió las visitas inmediatamente. Esto duró el 4 de enero, cuando el 4° Tribunal de Garantía ordenó reestablecer las visitas, determinando que van a ser dos personas las que entregarán y devolverán al niño: Cristina Flores, trabajadora de casa particular, y Odette Farrú, madre de Chuaqui.

El Desconcierto conversó con Flores, quien trabaja con Martín Chuaqui desde hace tres años. Asegura que su empleador llegó a arrojar a Marcela López contra el ventanal y solía “gritonear y zamarrear” a su hijo. “Es una persona muy mala, es un hombre que no siente amor ni por su hijo, o sino no estaría haciendo esto”, expresó.

Marcela López pasó más de 45 días sin entregar a su hijo al padre, pese a que las visitas estaban reestablecidas. Por eso, ya tiene a su haber una multa de 3 UTM y arriesga quedar en prisión “por desacato” del régimen.

El jueves pasado, carabineros de la 47ª Comisaría de Los Dominicos, Las Condes, tocaron la puerta de Marcela para llevarse al niño, que estaba en el médico. Dos días después, el sábado 4, volvieron por el pequeño y se lo llevaron. Todo fue observado por el abogado de Chuaqui, Christian Varela, desde las afueras del condominio.

En el entorno de Marcela consideran que llamar a esa comisaría fue una estrategia de Chuaqui y su defensa para poder llevarse al niño. Esto, ya que el hogar está en el plan cuadrante de otra unidad policial, que sí conocen el historial de violencia del ex decano y están al tanto de la orden de restricción.

La ofensiva de Chuaqui: rebajar pensión y desacreditar a la madre

La tuición del pequeño hijo de Martín Chuaqui y Marcela López se ha transformado en un calvario para la mujer, que aún espera el juicio contra su ex esposo. Producto de problemas respiratorios crónicos, él está ingresado al sistema de Garantías Explícitas en Salud (GES) del plan Auge y en ocasiones debe guardar reposo. Este hecho es cuestionado por los abogados del ingeniero, quienes aseguraron a este medio que el estado de salud del niño “son inventos de ella”, sosteniendo la tesis de que padecería el síndrome de Munchausen, una afección siquiátrica en la que los padres simulan o provocan enfermedades a sus hijos.

Esta no es el único diagnóstico siquiátrico que los abogados de Chuaqui le atribuyen a Marcela. Al teléfono, el abogado Christian Varela acusa que tiene diversos trastornos y presenta consumo problemático de sustancias.

Sin embargo, los informes psicológicos de profesionales que la han tratado acreditan otra cosa. Según se lee en el análisis de la psicóloga del Programa Apoyo Psicológico UC orientado a funcionarios que requieran voluntariamente el servicio, “la paciente efectivamente sufrió violencia física, psicológica y económica de parte de su marido, durante todo el período que duró el matrimonio”. Durante las sesiones realizadas, “la funcionaria tuvo una buena disposición para trabajar y así superar el difícil momento que estaba pasando”. El informe de la psicóloga no evidencia ningún trastorno adicional.

Régimen de visita: 7 días de angustia

El niño fue evaluado por una psicóloga de la Universidad Diego Portales. El informe de la profesional señala los temores que le genera al pequeño la figura paterna. Al preguntarle por Chuaqui, el menor se refiere a “papá pegó”, “papá grita fuerte” o “miedo papá”. La psicóloga sugiere “realizar evaluación psicológica y de competencias parentales del sr. Martin Chuaqui para establecer con claridad algún trastorno o indicador que pudiese estar asociado a una conducta agresiva o violenta”.

Camilo Muñoz, amigo de Marcela y ex compañero de trabajo en el Instituto Confucio, ha sido testigo de la situación de su amiga y según él “Martín la tiene destrozada”, en un estado de impotencia, especialmente por el “desamparo de las instituciones que no han sabido salvaguardar los derechos que ella tiene como mujer”. “Desilusiona la justicia chilena, ¿cómo pudo Chuaqui obtener una custodia tan rápido en cosa de días? La querella que tiene pendiente Marcela con suerte ha sido tomada en cuenta. Ella me alcanzó a mostrar fotos y quedó totalmente desamparada por la actitud de la jueza”, explicó Muñoz.

Pese a la opinión de los compañeros de trabajo de la mujer y el diagnóstico de la sicóloga del programa para funcionarios de la UC, la Pontificia considera que esto es un conflicto entre privados y que el compartir empleador no afecta el proceso de justicia y reparación, pese a que la institución se encuentra estableciendo una Comisión de Género entre los distintos estamentos de la comunidad universitaria.

Martín Chuaqui no fue reelecto como decano de la Facultad de Matemáticas, pero continúa siendo académico de planta. Desde la Universidad Católica señalaron a este medio en resumidos términos que “no es política de la universidad adoptar decisiones antes de que la justifica falle sobre materias que le son propias”.

Para la abogada de Marcela López, además, existe violencia económica. “El pequeño es carga de Marcela, quien es secretaria. Chuaqui con el estatus social ABC1 que tiene no se hizo cargo. Él ha pedido rebaja de pensión alimenticia a doscientos mil pesos y ha llegado a pedirle a mi representante que se endeude más”, acusa.

A partir de la orden de Carabineros ejecutada el 4 de febrero el pequeño estará bajo el cuidado de Martín Chuaqui por 7 días. Esto, a pesar de que está formalizado por violencia intrafamiliar y los informes psicológicos que acreditan  la aversión del menor con la figura paterna. Marcela señaló a El Desconcierto que “la justicia se presta para esto, a pesar de que el niño ha presentado vulneración de derechos, golpeado por el padre en visitas regulares, le dieron 1 semana de vacaciones con él. Imagínate si en 2 horas me lo entrega todo morado, qué sucederá en 7 días. Estoy a punto de irme detenida”.

Fuente: El Desconcierto

 

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