Desde la gran movilización de los temporeros de 2007, en Copiapó, al menos 170 trabajadore/as experimentan exclusión laboral debido a su condición, real o presunta, de participación, organización y/o liderazgo en dicho movimiento.
El despido injustificado de una de ellas, que por descuido del sistema, fue admitida en un enganche, proporciona una prueba objetiva de las consabidas pero huidizas listas negras.
Así lo expuso ante Pablo Zenteno, Secretario Regional Ministerial de Trabajo y Previsión Social, y el Director del Trabajo, Fabián Collao, el Consejero Regional Javier Castillo, a la vez Secretario General de la CUT provincial Copiapó, en compañía de Tusnelda Espinoza, participante del movimiento temporero de 2007, como operaria del fundo Las Terrazas, quién no había logrado conseguir trabajo en el sector agrícola hasta el 24 de mayo pasado, cuando fue aceptada y despedida el mismo día, en el Fundo Las Pintadas, de Frutícola y Exportadora Atacama.
A diferencia de otros 212 juicios laborales vigentes contra esa empresa, en esta oportunidad quedó evidencia suficiente como para entablar un juicio laboral, a través del cual se pueda demostrar la existencia de una categoría de trabajadores, excluidos del trabajo en la actividad agrícola de la región por efecto de una suerte de DICOM laboral.
En suma, las listas negras, tan omnipresentes como elusivas y difíciles de probar.
«Por primera vez en una década, tenemos un dato duro, judicializable. En Atacama, hemos tenido varios casos no sólo en la actividad agrícola, sino también en la minería, los servicios y el transporte», afirmó Castillo, quien agregó:
«El último que nos tocó ver fue el de un trabajador de la empresa De Petris, que por participar en la negociación colectiva, huelga mediante, quedó desvinculado, y lleva ocho meses sin encontrar trabajo. Él ha estado a punto en tres ocasiones, de ingresar a una empresa, porque reúne todos los antecedentes y requisitos, pero cuando va a firmar el contrato, le dicen que no, que aparece en el sistema como un trabajador conflictivo. En el sector agrícola tenemos 170 compañeros excluidos del trabajo, por aparecer en esas famosas listas negras».
Castillo puso a disposición del SEREMI del Trabajo y el Director del Trabajo, los antecedentes del reclamo de Tusnelda Espinoza contra Frutícola Atacama ante la Inspección del Trabajo por despido injustificado y persecución sindical.
En el comparendo, la parte empresarial se limitó a afirmar: «la parte reclamada no reconoce relación laboral ni relación alguna». Incluso, el abogado Adolfo Medel, representante de Frutícola y Exportadora Atacama, negó la presencia de la afectada en el fundo Las Pintadas, ese día 24 de mayo. Castillo se preguntó si a ese abogado le conviene sostener esa afirmación bajo apercibimiento judicial.
En la audiencia con el SEREMI del Trabajo y el Director del Trabajo, Tusnelda Espinoza expuso su caso.
Relató que el 24 de mayo se presentó en un enganche para el amarre en el fundo Las Pintadas, el primero de la temporada, y quedó aceptada. Al ingresar al trabajo, debió volver a su casa a recoger su tarjeta de cuenta RUT, exigida para firmar el contrato. El uso del medio de transporte, así como el testimonio de dos trabajadores que hicieron el mismo viaje por idéntico motivo, suministra indicios útiles para un juicio laboral
De regreso en el fundo, le entregaron la indumentaria de trabajo, de lo cual también quedó constancia documental, aparte de las prendas mismas.
A reglón seguido, almorzó con el resto de la cuadrilla, en el comedor de Nantoco, y regresó al frente de trabajo.
Treinta minutos antes de finalizar la jornada, dos individuos en una camioneta, que se identificaron como seguridad de la empresa, la interceptan y le comunican que el sistema la había rechazado, y que tenía que retirarse de inmediato, sin firmar ningún papel.
De nada sirvió su alegato de tener los papeles limpios y ningún conflicto con la justicia.
Animada de esa convicción, presentó un reclamo a la Inspección del Trabajo y una querella ante el tribunal en lo laboral, actualmente en trámite.
Sobre la base de testimonios y pruebas tangibles, tales como ropa de seguridad en su poder, firma en diversos documentos y un vale de almuerzo, la estrategia de la parte demandante consiste en demostrar la relación laboral, y por tanto, el despido injustificado.
La parte demandada se limitará a desconocer a Tusnelda Espinoza y afirmar que no tiene ni ha tenido vínculo laboral alguno con ella.
En opinión del Director del Trabajo, Fabián Collao, procede investigar el «sistema» donde aparecen los nombres de los trabajadores discriminados, al tiempo que recomendó una querella a presentar por la organización sindical de los trabajadores temporeros, por violación de derechos fundamentales, debido a que se aprecia una discriminación no racional, y por tanto una violación del principio de igualdad ante la ley y a la dignidad de las personas.
Pablo Zenteno, Secretario Regional Ministerial del Trabajo, calificó la denuncia de Tusnelda Espinoza como «valiente», dado el hecho que las empresas perpetran frecuentemente prácticas antisindicales, y afirmó que el Gobierno ha puesto en el centro la protección de los derechos de los trabajadores y el fomento al sindicalismo. Agregó:
«Esto no quiere decir que estemos en contra de las empresas; pero queremos buenos empleadores, que cumplan la normativa laboral y previsional. Este es un caso que excede lo particular y debiera verse en una mesa donde también esté la parte empresarial, porque si hay acusación de listas negras, lo que es inaceptable ante la ley, hay que discutirlo cara a cara con ellos».
El resultado neto de la reunión fue el compromiso del Zenteno, de contribuir a instalar una mesa, que incluya las SEREMIS del Trabajo y Agricultura, la Asociación de Productores y Exportadores de Copiapó, APECO, la CUT provincial y un reactivado sindicato de los temporeros.
Sin perjuicio de la cuerda judicial, Castillo valoró el resultado de la reunión, y consideró que la APECO no podría restarse a esa mesa de trabajo:
«El Estado ha puesto mucha plata en el sector agrícola, precisamente a pretexto del empleo. Entonces, hay que emparejar la cancha, e impedir que los empleadores discriminen por los antecedentes de los trabajadores; en otras palabras, terminar con las listas negras».
Luego, resaltó el valor de la denuncia de Tusnelda Espinoza ante la Inspección del Trabajo, su querella ante el Juzgado de Letras del Trabajo de Copiapó, y la audiencia con el SEREMI del Trabajo y el Director del Trabajo, porque generó el triple efecto de reestablecer la mesa del trabajo agrícola en Copiapó, de impulsar la reorganización del sindicato de los temporeros, y de posibilitar la demostración de la existencia de listas negras de trabajadores considerados como conflictivos, por el hecho de defender sus derechos.
Concluyó con la manifestación de su expectativa de que el Gobierno cumpla el compromiso de enviar a trámite parlamentario el postergado proyecto del Estatuto del Temporero, y que éste avance en la garantía de derechos de esta categoría de trabajadores, desconocidos y atropellados en la legislación actual.
Intervención de Javier Castillo
Relato de Tusnelda Espinoza