Más de 1.100 trabajadores pertenecientes a la División El Salvador de Codelco votan entre hoy y mañana, la última propuesta de la empresa estatal en el marco del proceso de negociación colectiva, con un alto nivel de posibilidades de que se apruebe la huelga. A principios de 2017, negociarán más de cinco mil trabajadores de Codelco Norte, ex Chuquicamata. A eso, en parte, obedece la extemporánea afirmación del Vicepresidente Ejecutivo, Nelson Pizarro, de que «no hay un puto peso», sin perjuicio de embolsarse un sueldo de $22.746.773 al mes.
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En estos momentos tiene lugar en Salvador una tensa negociación colectiva: se quebró la relación entre la compañía y los trabajadores rechazaron la oferta de la empresa. Los sindicatos de la división amenazan con huelga; la compañía responde que si paran, cerrarán la faena.
En medio del complejo escenario descrito la semana pasada por el presidente ejecutivo de la cuprífera, Nelson Pizarro, ésta ofrece un reajuste cero a los sueldos, pero un bono de 2,5 millones de pesos, propuesta que para el dirigente Patricio Elgueta «es mala».
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Elgueta, presidente del Sindicato N° 2 de la División El Salvador, aseguró en radio Cooperativa que «la situación que hoy día está viviendo Codelco no es producto de los trabajadores ni de los altos sueldos o de los bonos millonarios, como se dice, sino que de la mala gestión y la falta de inversiones para la capitalización de Codelco producto de la Ley Reservada del Cobre».
«Nosotros pedimos que se haga un reconocimiento al esfuerzo que están haciendo los trabajadores, porque dicen que el sueldo de Codelco es para los trabajadores y eso es falso. Yo creo que el sueldo de Codelco es para los militares bajo la Ley Reservada del Cobre», aseveró Elgueta.
El dirigente negó una condición privilegiada para los empleados de la División El Salvador de Codelco, como «puede ser en otros lados» y afirmó que «la realidad es que un trabajador de planta que trabaja 12 horas y se está sacando la mugrienta en el cerro, con enfermedades, gana 600 mil pesos».
En este sentido, Elgueta especuló con «dos efectos» producto de los dichos de Nelson Pizarro: uno dirigido a «las negociaciones colectivas que va a haber en El Salvador y Chuquicamata, y otro el pie que se está dando al debate de invertir y sacar capitales de afuera, o hablar de la privatización de la compañía».
El representante acusó además que, en el marco del actual proceso de negociación, «la empresa ha tenido malas prácticas, porque están las jefaturas llamando a los trabajadores contándoles que Salvador se va a cerrar».
«Siempre hemos vivido con el fantasma del cierre, pero les tiro la pregunta a los ejecutivos: ¿Por qué no se ha invertido en Codelco en general, sobre todo en la División El Salvador, donde hace décadas que no se hacen inversiones millonarias y tenemos equipos obsoletos y baja ley (del mineral)? A mí me comparan con empresas mineras con un nivel de tecnología enorme», pero con la capacidad disponible «nosotros somos muy productivos y lo hemos demostrado», aseveró.
Elgueta concluyó que «la huelga nunca es buena, pero es un derecho legítimo de los trabajadores».
El ánimo de los trabajadores es ir a la huelga, porque estiman que ya han hecho su sacrificio bajando costos. Entre 2013 y 2016, los costos de la fundición bajaron 20%, mientras que los de la refinería lo hicieron en más de 40%.
Este año hay negociaciones colectivas que consideran 3.524 trabajadores. En 2017 las negociaciones comprenderán 6.546 trabajadores, de lao cuales unos cinco mil corresponden a Chuquicamata.
Y si la negociación en Salvador es compleja, el escenario lo es más en Codelco Norte. La otrora mina a cielo abierto más grande del mundo, Chuquicamata, afronta a comienzos de 2017 la negociación con seis sindicatos que engloban una base de casi cinco mil trabajadores de los poco más de seis mil que tiene la división.
Además, existe un alto riesgo de que la negociación colectiva se empalme con el despido de cerca de mil trabajadores en el tránsito de mina a cielo abierto a explotación subterránea.
Los medios de comunicación y los «expertos» lobbystas de las transnacionales apuntan invariablemente a deslegitimar las demandas de los trabajadores. Sin embargo, nunca mencionan los elevados sueldos de los ejecutivos, como no sea para justificarlos.
Así, el Vicepresidente Ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro gana, $272.961.279 al año, lo que significa $22.746.773 al mes, mientras que a nivel de gerentes de divisiones, los sueldos superan siempre los $10 millones y en algunos casos los $ 20 millones, como también los de los vicepresidentes. Además, los salarios de los directores oscilan entre los $4,6 millones y los $6,9 millones líquido.
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Es más, el Presidente del Directorio de Codelco, Oscar Landarretche, señaló con insoportable petulancia que los altos sueldos de la planta ejecutiva obedecen a que la empresa no contrata “Beccaceces, sino Bielsas”:
“Una de las razones por las cuales Santiago hoy amaneció nublado es por cómo se desempeñó la ‘U’ ayer. A veces uno puede apostar por un técnico joven, sin experiencia y puede salir mal. Y a veces puede salir bien. La verdad es que la apuesta que hice yo, e hizo el directorio, cuando contratamos a los cargos fue la otra apuesta. No contratamos Beccaceces, contratamos Bielsas. Y los Bielsas tienen el precio que tienen, esa es la realidad”.
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Con descriterio semejante, se explica perfectamente por qué en Codelco no hay un puto peso.
Y en ese cuadro, los medios de comunicación hegemónicos y los «expertos» rara vez mencionan la Ley Reservada del Cobre, y nunca el pésimo negocio para Chile de haber regalado por segunda vez el cobre de Chile al capital transnacional, mientras que a Codelco se lo exprime de manera inmisericorde, negándole por años la inversión necesaria para mantener su actividad.