La llama de los Juegos Olímpicos de Rio (5-21 agosto) fue encendida este jueves en la antigua ciudad de Olimpia (Grecia) conforme al ritual tradicional, en un acto cuyos valores atemporales enlazan con la delicada crisis política por la que atraviesa Brasil, y que sirvió de punto de partida de los primeros Juegos en Sudamérica.
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Varias actrices ataviadas con túnicas invocaron sobre el templo de Hera (de 2.600 años de antigüedad) al Dios Apolo, antigua divinidad del sol.
En las inmediaciones del antiguo recinto que albergaba las competiciones en los primeros Juegos Olímpicos, una treintena de jóvenes ejecutaron una coreografía al son de la música de una flauta.
La ‘gran sacerdotisa’, encarnada en Katerina Lehou, una conocida actriz griega, captó los rayos solares a través de un espejo, que los desvió hasta encender la llama (09h52 GMT).
“Hoy escribimos la historia; estos Juegos Olímpicos serán un mensaje de esperanza en estos tiempos difíciles y la llama aportará ese mensaje en todos los rincones de Brasil y en el mundo entero”, afirmó Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) unos minutos antes de producirse el encendido de la llama.
Bach aludió al pueblo brasileño, quien “en apenas unas semanas, acogerá con entusiasmo al mundo y nos deslumbrará con su alegría de vivir y su pasión por el deporte”.
“Este será el gran momento de Brasil y estos serán los Juegos de Brasil”, subrayó.
En efecto, estos Juegos Olímpicos se desarrollarán en un Brasil en plena tormenta política, mientras la presidenta Dilma Rousseff mantiene una lucha contrarreloj para evitar su destitución por supuesta malversación cometida en 2014, lo que le ha impedido estar presente en la ceremonia junto a su homólogo griego.
Así, el país sudamericano estuvo representado este jueves por el presidente del Comité Organizador de los Juegos de Rio, Carlos Nuzman, y por el Ministro de Deportes, Ricardo Leyser.
La llama “transmite el mensaje” de que “nuestro querido Brasil puede y va a estar unido, un país que busca un futuro mejor”, estimó Nuzman, remarcando que el país “había navegado por las aguas más difíciles que el movimiento olímpico haya conocido”, para preparar estos Juegos.
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Ahora el fuego olímpico emprenderá un periplo que la llevará de Grecia atravesando el Atlántico hasta Brasil, donde 12.000 relevistas la pasearán por 300 localidades antes de la llegada al estadio de Maracaná de Rio, donde tendrá lugar la ceremonia inaugural el 5 de agosto.