En las últimas semanas, el nombre y la imagen del ex Presidente, Ricardo Lagos ha aparecido en los medios de comunicación, como si se tratara de una suerte de Mesías que pudiera, en 2017, salvar a la Nueva Mayoría de las actuales diferencias que desunen a la alianza de Gobierno y ser, eventualmente, el candidato que compita con Sebastián Piñera o cualquier otro nombre que se levante desde la derecha para las próximas elecciones presidenciales.
Aunque al actual Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, le restan aún dos años en ejercicio, lo cierto es que, para algunos, la carrera por llegar a La Moneda ha comenzado hace rato, incluso, con bastante más antelación que el desafío que en octubre implican los comicios municipales.
La ciudadanía ha sido testigo de la seguidilla de elogios a Ricardo Lagos, provenientes, por ejemplo, de la Democracia Cristiana. En este sentido, basta sólo recordar que el presidente de la DC, Jorge Pizarro y el senador, Andrés Zaldívar han manifestado su disposición a apoyar, eventualmente, a Lagos, si al interior de la falange no lograran despegar como posibles candidatos, Ignacio Walker, Ximena Rincón o Claudio Orrego.
El propio, Jorge Pizarro dijo abiertamente en la prensa que “el nombre del ex presidente Ricardo Lagos es muy atractivo para la Democracia Cristiana. Es un estadista”, mientras que Andrés Zaldívar, simplemente, aseguró que el ex Mandatario reúne todas las condiciones para ser alternativa, afirmando que “tiene una historia en el país, un estadista que hizo un muy buen gobierno, una persona muy respetada y que tiene todas las calificaciones para seguir prestando servicios al país”.
Sin embargo, hay que señalar que la figura de Ricardo Lagos, más allá de lo que piensen los senadores Pizarro y Zaldívar y la buena opinión que puedan tener sobre él, no es observada con confianza por todos.
Lagos tiene críticos a lo que fue su gestión y a su forma de relacionarse, particularmente, con el sector empresarial. Uno de sus detractores es el ex Ministro del Tribunal Constitucional (TC), Francisco Fernández, quien fue nombrado por el propio ex Mandatario, en su minuto, como Fiscal Nacional Económico.
En entrevista con El Muro, Francisco Fernández -quien hoy es integrante del Consejo de Observadores del llamado Proceso Constituyente, nominado por la Presidenta, Michelle Bachelet,- asegura que mantiene una visión crítica sobre Ricardo Lagos y que ésta no ha variado con el paso de los años:
“Ricardo Lagos fue permisivo en torno a las presiones que ejercieron los grandes consorcios transnacionales, particularmente, los de matriz española y que me tocó vivir y sufrir como Fiscal Nacional Económico. Hubo gente en su Gobierno que jugó un papel disfuncional a los roles de fiscalización del mercado, por eso terminé renunciando”.
Agrega:
“Era un juego de contradicciones insalvables, entre quienes queríamos que imperara la competencia, sin posiciones de predominio por parte de algunas empresas poderosas y, otros, que estaban en el juego de esas empresas muy pudientes”.
En el caso de los capitales españoles, destacan especialmente, las constantes presiones en favor de Telefónica España, con cuyo presidente, Cesar Alierta, el ex mandatario mantenía fluidas relaciones y también Endesa España.
En el primer caso, llegando incluso a decir, a miembros de los tribunales de defensa de la libre competencia, de que sería «bueno para Chile fallar a favor de Telefónica», tal como lo registra Daniel Matamala en su libro «Poderoso Caballero», en una abierta violación a todo estandar ético y legal que correspondería a un Presidente de la República.
Consultado Francisco Fernández sobre las posibles razones que el ex Presidente Lagos habría tenido para mantenerse siempre cercano al mundo empresarial, responde:
“Bien sabemos que los empresarios no son generosos por altruismo, sino, porque esperan recompensa. Los empresarios deben haber contribuido, en términos económicos, a la campaña, aunque es una conjetura y no tengo cómo demostrarlo”.
En cuanto a la eventual posibilidad de que Lagos Escobar sea candidato a La Moneda, como lo quisieran los senadores, Jorge Pizarro y Andrés Zaldívar, Fernández en forma categórica, afirma:
“No, en absoluto, tiene compromisos muy serios con el poder económico y se necesita inspirar confianza en la independencia de los representantes políticos y esa independencia no está asegurada respecto de quiénes han favorecido en el pasado los intereses económicos que encarnan las empresas. Ricardo Lagos ha servido a los intereses de los empresarios, queda fuera de toda duda”.
Si bien, falta para las elecciones presidenciales, en medio de un escenario confuso, donde no hay candidaturas claras, hasta el momento, el ex Fiscal Nacional Económico, advierte:
“Tiene que ser gente de generaciones más jóvenes, que no estén contaminados. Por ejemplo, Giorgio Jackson me parece un excelente nombre, lo que pasa es que no va a tener la edad para ser candidato a Presidente de la República. A mi juicio, personas de esa extracción, de esa orientación y de esa libertad de criterio y compromiso con los intereses superiores de la sociedad y no con intereses de grupos determinados de poder, es lo que se requiere”.
¿Que dijo Fernández al presentar su renuncia?
En marzo de 2000, cuando Lagos asumió como Presidente de la República designó a Francisco Fernández, militante socialista y amigo del ex Jefe de Estado, en el cargo de Fiscal Nacional Económico, pero renunció al cargo en 2001-, como consecuencia de las presiones de las que fue objeto.
En tal sentido, cabe recordar las declaraciones que tras su renuncia formuló, Fernández:
“Cuando asumí, se me prometió un apoyo político que no terminó dándose en los hechos. Dada la naturaleza de ente descentralizado de la Fiscalía, era muy importante contar con un respaldo del Ejecutivo para disponer de libertad de juicio. Era un apoyo en términos de no interferir y eso no se dio como yo hubiera deseado y como se me dijo por el Presidente Lagos, cuando me pidió asumir esta tarea en su gobierno”.
Agregó:
“Las presiones eran múltiples, yo fui testigo de algunas francamente inaceptables y yo preferí, entonces, dar un paso al lado. Las presiones se ejercían también sobre los miembros del Tribunal [Comisión Resolutiva]. En el caso de los directores de servicio, yo fui testigo de instrucciones perentorias dadas para que votaran en un sentido determinado. Cuando se decía que las instituciones funcionaban, uno se preguntaba, bueno ésta también debería funcionar”.
De acuerdo al historiador, Patricio Bernedo, en “La historia de la libre competencia en Chile (1959/2010)”, “mirado en perspectiva, es posible afirmar que uno de los problemas principales que existía en ese momento radicaba en las distintas apreciaciones que había acerca del bien jurídico que la institucionalidad debía cautelar. Mientras algunos apuntaban a que debía ser la existencia de una mejor competencia, otros estimaban que debía ser el bien del consumidor. Entre estos últimos, estaba el fiscal Francisco Fernández, quien al respecto reconoce que la mayoría piensa que el bien a defender debe ser la competencia en el mercado, no obstante que él se inscribe en la línea de los que preconizan como objetivo prioritario de la regulación de la libre competencia, la protección del consumidor”.
Fuente: El Muro