Siempre que termina un año la rutina indica que hay que intentar sacar cuentas, evaluarse, pesar lo bueno y lo malo. no podemos escapar de estos ritos. Menos aun si nuestra misión es fomentar la reflexión para un actuar político democrático y transparente que sostenga la igualdad, la economía y el medio ambiente.
Dicho esto tenemos la impresión que en 2015 Chile retrocedió o se desenmascararon más cosas que antes y por lo tanto estamos más atrás que en 2014. En efecto, cada uno de los sustantivos que se mencionan en el párrafo anterior tienen a los actores más relevantes en cada caso, en el banquillo de los acusados.
Empecemos por la reflexión en un sentido amplio, es decir, científico, con visión de país. ¿Es posible creer que universidades contaminadas hasta el mástil con el lucro y con el financiamiento privado; que en su interior coexisten verdaderas empresas que se cobijan en el ámbito universitario, a menudo para ganar licitaciones que tienen un único objetivo pecuniario para sus ·investigadores” podrán fomentar la reflexión en Chile?
¿Puede haber un sentido crítico si algunas de ellas “bautizan” bibliotecas o salas con nombres de los más potentados empresarios del país?.
¿Puede haber reflexión si en la Academia de Guerra –por definición un lugar en que se reflexiona sobre temas nacionales de defensa y geopolítica entre otros- fue necesario un acuerdo de la Cámara de Diputados -y no por decisión de los ”altos mandos”- para sacar la foto del más destacado violador de derechos humanos en la historia de Chile?
Sigamos con la democracia, cuyos líderes debiesen ser los políticos. Estos están en la UTI si se juzga por las encuestas de opinión. La actividad política se burocratizó, se profesionalizó, se “elitizó” y finalmente, se corrompió, en proporciones más que significativas. Cómo se puede confiar, si quienes debiesen luchar por ampliar y profundizar la democracia están mucho más preocupados de salvarse de querellas múltiples o bien de evitar que se abran flancos que los salpiquen.
El empate que durante años conformó el cómodo duopolio que tenía ventajas evidentes para sus defensores (aseguraba una muy alta proporción de reelegidos y conformaba una elite que se protegía entre sí “a todo evento”).
Fueron necesario 25 años para que apenas se mejorara marginalmente el sistema electoral excluyente. Los quórums especiales traban las verdaderas reformas pero en numerosas oportunidades la Concertación o la Nueva Mayoría ha tenido la posibilidad de hacer reformas pero en el propio seno de la coalición surgen las trabas y cómo no! si hay intereses económicos evidentes detrás de las candidaturas.
Sigue la transparencia!!! Qué decir?
La política de las instituciones referenciales en la sociedad y que debiesen ser ejemplos de la calidad moral de un país- ha sido negar todo tanto como sea posible.
La Iglesia Católica hasta hoy permite gozar de privilegios y un buen pasar a sus más conspicuos pederastas. El cura Karadima ssigue en la impunidad moral.
El Ejército que tiene 30 años negros de complicidad con los violadores de derechos humanos se demoró años en abrir una investigación que hoy es conocida con el “milicogate” porque hubo un semanario que insistió en mostrarlo. Los políticos primero hacen defensas irrestrictas de cualquier militante (no!!! Cualquier militante de la elite partidaria que es muy distinto) que sea cuestionado por la justicia.
No se trata, por cierto, de aceptar cualquier descalificación sino las defensas corporativas permanecen hasta cuando las condenas son irrefutables y los delitos aceptados como es el caso del jerarca de la UDI, Jovino Novoa.
Se podría pensar que los mercados son transparentes. Justamente es la razón esgrimen los liberales para defenderlo. La transparencia en el actuar de los agentes económicos es la razón, se nos ha dicho, para reducir el accionar del Estado y de las regulaciones.
Empero, ¿cree alguien que es transparente el actuar de las farmacias que se coluden para perjudicar a los consumidores más vulnerables: los enfermos?; ¿es transparente el accionar de los ejecutivos de la Polar que renegociaban deudas con la gente sin siquiera informarles y a tasas de interés leoninas?; ¿es transparente lo de papel higiénico? Y un largo etcétera en que solo se demuestra que la sociedad no se ha dado las capacidades de que las penas a quienes obstruyen las ventajas del mercado sean realmente disuasivas.
Esta semana los ejecutivos de las farmacias salieron polvo y paja y hace poco el Sr Matte Larrain pidió perdón y punto, porque como su empresa denunció el ilícito queda marginado de penas importantes. O sea la no transparencia goza de buena salud en Chile.
Pasemos a la Desigualdad!!! Chile es el país con mayor desigualdad salarial de los 18 Estados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dice el diario La Tercera del 22 de mayo de 2015, en un informe que señala la pobreza infantil, los empleos informales y la desigualdad de género entre los principales problemas del mercado laboral del país.
El ingreso mensual -indicó un informe especial de TVN de octubre de 2015 – de 1.700 personas más ricas en Chile es de 83 millones de pesos, lo que contrasta con un escenario nacional donde tres de cada cuatro trabajadores ganan menos de 400 mil pesos, es decir una diferencia de 1 a 200. Ahí está la extremadamente desigual distribución de los ingresos.
En seguida tampoco tenemos buenas noticias en cuanto al crecimiento económico. El tipo de cambio, en lo grueso, ha reaccionado como se espera ante el shock externo. Esto tiene un impacto restrictivo importante al elevar el precio de los bienes transables (efecto ingreso) y, por sus efectos en las cadenas productivas, de los no-transables. Tal como lo reitera varias veces el IPOM, el aumento de precios ha sido consecuencia del aumento en el tipo de cambio (la depreciación del peso).
Este es un fenómeno que aqueja a todas las economías emergentes y muy especialmente a las economías que basan gran parte de sus ingresos en un bien que en Chile es el cobre.
En su reunión mensual de política monetaria, el Consejo del Banco Central de Chile acordó aumentar la tasa de interés de política monetaria, hasta 3,5%. El escenario externo sigue dando cuenta de un deterioro para las economías emergentes, en buena medida por precios de las materias primas que volvieron a caer y por condiciones financieras globales menos favorables.
El panorama de actividad mundial no muestra mayores cambios respecto del mes previo, aunque la proyección de crecimiento global se ha reducido en el último tiempo. La Reserva Federal aumentó su tasa de interés sin provocar, en lo inmediato, cambios significativos en los mercados financieros globales.
En lo interno, la inflación anual del IPC descendió a 3,9%, pero se estima que retornará a cifras por sobre 4% en el corto plazo. La inflación subyacente —IPCSAE— sigue cercana a 5% anual.
A su vez, las expectativas de inflación a dos años plazo permanecen en 3%. La evolución de estas variables se seguirá monitoreando con especial atención. Los datos parciales del cuarto
trimestre siguen indicando un acotado crecimiento de la actividad y la demanda interna.
Los índices de confianza continúan en niveles pesimistas. La creación de empleo y el crecimiento de los salarios mantienen su dinamismo. Pero entonces el país depende del cobre pero nadie propone alternativas y se impide que el Estado actue para fometar alternativas productivas.
En fin, como expresó el director de El Mostrador, Mirco Macari, evaluando el 2015 este será un año que se recordará como transición, parafraseando a Gramsci dice: lo viejo no termina de morir y lo nuevo aun no está maduro.
¿Seguirá así el 2016?
¿O se establecerán nuevas corrientes que refresquen el acontecer nacional?
(*) Editor general Primera Piedra
Fuente: Primera Piedra