Nos referimos a Volodia Teitelboim Voloski, nuestro recordado camarada Volodia, como sencillamente lo conocimos. El título de esta nota hace alusión a una de su fecunda obra como escritor, Un muchacho del siglo XX de 1997. Este 17 de marzo se cumplen 100 años de su nacimiento allá en Chillan, histórica ciudad del sur de Chile.
De profesión abogado, con oficio de periodista, supo conjugar con notoriedad la literatura y la política. Desde redactor deportivo, reportero, crítico de arte, columnista a miembro del Partido Comunista de Chile en el que ostentó la condición de miembro de su Comité Central, de su Comisión Política y su Secretario General en 1990, hasta 1994.
Fue diputado por Valparaíso entre 1961 y 1965 y luego senador de la república por Santiago entre 1965 y 1973. Año en que se interrumpe la vida política democrática de la nación con el Golpe de Estado del 11 de septiembre. En esa fecha Volodia se encontraba fuera de Chile y por tales motivos establece su residencia en Europa principalmente en Moscú.
Inusitadamente Volodia y otros dirigentes de la izquierda de chilena fueron despojados de su ciudadanía, se le quitó su condición de chileno hasta su retorno legal en 1988. Fue miembro de la Dirección del Partido Comunista de Chile en el exterior y fue un factor importante en la reconstrucción y fortalecimiento del Partido y su relación con el Equipo de Dirección Interior, y en el desarrollo de la solidaridad internacional con la lucha antifascista, sus comentarios en Radio Moscú llevaron la voz de solidaridad y de aliento a los chilenos dentro del país.
En muchas de sus intervenciones, conferencias y otros discursos valoró altamente el papel de la juventud en la revolución chilena y el mismo se definía un joven; decía, cuando cumplió los 80 años, tener 20 años, 4 veces veinte años, enfatizando así su afirmación de ser todavía un muchacho del siglo XX, que incluso trasciende justamente al siglo XXI.
Sus últimas comparecencias así lo definen, siempre aportando, con ideas jóvenes, justas y hermosas, al desarrollo de nuestra organización, de nuestra línea política.
Impresionante fue su intervención y saludo a Fidel en sus ochenta años en el 2006 en al Palacio de las Convenciones de La Habana y decía en esa oportunidad:
“Fidel, hacedor de una magna labor sacrificada, que no partió de cero, pero de siglos de esfuerzo de soñadores y de renovadores prácticos del hombre de acción también. Fidel se afirma en la historia de Cuba, es un actualizador de todos los combates de su pueblo, un seguidor y realizador de la utopía, de la esperanza heredada que se convierte en maciza realidad, de la tarea pendiente que dejó Martí.” “te damos las gracias, por lo bien que le has hecho a la humanidad, deseándote de todo corazón lo mejor para ti y para Cuba la Bella”
Con su locuaz verbo, su palabra suave, susurrada si acaso, era de bellos y profundos contenidos, tenía la facilidad de expresar de una u otra forma tal o más cual juicio o idea con su prodigioso arsenal semántico, con una excepcional memoria. Era un encantador de multitudes, cualidad complementada con su imprescindible prosa expresada en libros como “Hijo del Salitre”, “La Semilla en la Arena. Pisagua” “El amanecer del Capitalismo” y ”La guerra Interna”, sus fundamentales obras biográficas de “Neruda”, “Gabriela Mistral, pública y secreta”, “Huidobro, la marcha infinita” y “Los dos Borges, vida sueños y enigmas” y muchas otras más, entre ensayos y libros. Fue merecedor del Premio Nacional de Literatura en el 2002,
En lo político le tocó protagonizar importantes momentos de nuestro Partido en el proceso chileno contemporáneo. Fue decisiva su gestión, en los inicios de los ochenta y en plena dictadura, en la implementación de la Política de Rebelión Popular de Masas, una política que comprendía distintas forma de lucha, donde no se excluía ninguna de ellas y que debía ser reivindicada por el pueblo, es decir el carácter popular era esencial.
Tuvo la gran misión de encabezar nuestra organización el año 1990, como su Secretario General, en momentos en que se iniciaba la mal llamada transición democrática. La salida de Pinochet se había dado de una forma que no fue la que quería y por lo que luchó el pueblo chileno, el movimiento popular y el Partido, fue una salida negociada que tenía como condición la exclusión del Partido Comunista de Chile, situación matizada por el derrumbe la URSS y del Campo Socialista eventos que presuponían que los objetivos de nuestra organización eran un fracaso, un proyecto sin destino.
Allí Volodia dio grandes batallas por mantener nuestro Partido y la vigencia de sus objetivos ante una suerte de anticomunismo y cambios de nombres de muchas organizaciones de izquierda.
Muy esclarecedores son sus conceptos de que “No nos permitamos el ensimismamiento, asumiendo que el Partido es un fin en sí mismo. Somos un instrumento a favor de la lucha del pueblo, debemos abrir puertas y ventanas y salir a encontrarnos con la gente” “Los movimientos o partidos que se autodefinen como revolucionarios, tiene su prueba de fuego, sobre la base de un conocimiento cabal, lo más integral posible de su propia realidad y para disponerse a aportar a las transformaciones necesarias, “deben pensar con cabeza propia”.
Su última comparecencia pública fue en la “Fiesta de los Abrazos” del 6 enero del 2006, donde realizó una brillante intervención analizando diversos temas de la actualidad nacional, “Yo creo que el Partido Comunista, de alguna manera tiene que salvar a Chile, con su dignidad, su decencia y servicio al pueblo y lo digo tomando en consideración el panorama que estamos viviendo de profunda desolación.
Un panorama extraño, un tanto impredecible, habiendo tanta necesidad desesperada en nuestros pueblos, tanto pobre, tan difícil el problema de educar a los niños y de atender a los enfermos”
“Yo estuve 15 años en el exilio y me encuentro con una parte de la ciudad completamente desconocida, es el triunfo del dinero negro, es la gloria del que está siguiendo la riqueza, incluso con ferocidad, porque se sienten dueños del país”. “Porque también se han tragado al Estado, se han tragado a la televisión que mayoritariamente es suya, se han engullido los medios de comunicación”
“ Están fabricando todos los días, manipulando y fabricando conciencia, están induciendo a la gente a pensar contra sí misma y a convertirse en seres de la farándula” “El daño más feroz, sin embargo , el peor, es el daño en la conciencia, destruyeron el tejido social, se dedican a destruir todo lo que era acción, juntas de vecinos, porque no querían que el pueblo participara” y recordó “ Necesitamos a Allende, los pueblos necesitan a sus líderes, cada pueblo los tiene y van surgiendo en sus propias batallas”
“Qué hermoso seria que Allende resucitara y surgiera un gran movimiento popular que impusiera un gobierno afín a estos tiempos, a los que están ahora como en Argentina, en Uruguay, Brasil, Venezuela, ecuador, es decir donde hay esperanzas”
Volodia tuvo por su trayectoria; una vida entregada a la causa de la gente, de los humildes, un reconocimiento amplio, no solo de los sectores de izquierda y progresistas sino también de opositores políticamente hablando. Esto ocurre en Volodia al igual que Gladys Marín, hecho que fue demostrado fehacientemente en su velatorio y funeral.
El jueves 31 de enero del 2008 y en horas tempranas de la noche fallece nuestro querido camarada Volodia. Fidel al saber de la noticia de su desaparición física, escribe:
“No diré que ha muerto. Pasó a vivir en las ideas. Nutrió las filas de los que luchan y seguirán luchando por aquellos sueños”