por Paolo Alarcón González (*).
Mucho se ha hablado estas semanas del problema de la vivienda. Fue la inmobiliaria popular del Alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, la que marcó la pauta y puso (o volvió a poner) sobre la mesa los temas del derecho a la vivienda y el rol del Estado.
Sin embargo, lo bullado de la situación de Las Condes y las viviendas sociales en la Rotonda Atenas, lo que ha generado mayor debate en torno a la vivienda, su derecho, el desarrollo urbano y la integración social.
Sin restarle importancia al evidente interés de los medios de comunicación de amplificar una noticia o un tipo de gestión comunal sobre la otra, es también importante profundizar en el derecho a la vivienda.
Vivienda como derecho Constitucional
La vivienda como derecho no está asegurada por la Constitución Política de nuestro país, como si sucede en otras partes del mundo. Esto cobra mayor importancia al revisar los datos del pasado “Proceso Constituyente”, experiencia que pretendía cambiar la Carta Magna heredada desde la dictadura.
El proceso constituyente tuvo cuatro modalidades; encuentros locales autoconvocados, cabildos provinciales, cabildos regionales y consultas individuales. Allí la ciudadanía dialogó y expuso sus diversos puntos de vistas y opiniones sobre valores, deberes, instituciones y derechos que la constitución debería establecer para todas las personas.
En este último grupo aparece la Vivienda Digna.
Resulta interesante mas no sorpresivo, que en las cuatro modalidades mencionadas, la vivienda digna esté siempre dentro de los 5 derechos más mencionados. Para ello, el comité de sistematización del proceso elaboro un ranking de derechos.[1]
Modalidad proceso constituyente 2016 / Posición de “Vivienda Digna”
Consulta individual 5°
Cabildo local autoconvocado 5°
Cabildo Provincial 3°
Cabildo Regional 4°
Cabe mencionar que para el caso provincial y regional el porcentaje de menciones de este eventual derecho fue de 86,4% y 92,1% respectivamente, lo que evidencia lo transversal que resulta esta demanda.
Ahora bien, ¿qué significaría que la Constitución asegure la vivienda como derecho?
En general, debería ordenar su estructura institucional para asegurar el acceso de todos y todas, sin ningún tipo de discriminación. Esto no significa que el mercado pueda proveerlo igualmente, pero es el Estado quien debería asegurar, a partir de una serie de principios, que nadie quedara fuera de este derecho.
Una Constitución Política que asegure la vivienda como derecho obliga al Estado a tomar mediadas. Para que esto suceda, y no solo dar un numero limitado de subsidios para intentar hacerle frente al más de medio millón de viviendas de déficit que existen en el país.[2]
Dignidad, Costo, Acceso y Deseo de la Vivienda en Chile
A estas alturas, ya resulta bastante complejo el problema de la vivienda solo abordando la cantidad que se necesitan para cubrir el déficit actual, mucho más complejo se vuelve al hablar de “Vivienda Digna”, como se expresó en el proceso constituyente.
Si bien, no hay una definición única de vivienda digna, mucho menos una definición estrictamente legal, esta se puede entender como una vivienda que cuente con condiciones mínimas para la realización de sus habitantes y el ejercicio de otros derechos. Siendo estricto con la definición de dignidad, sería una vivienda que pueda aceptarse y usarse sin menoscabar la reputación[3].
Considerando lo anterior, la condición de dignidad entra en conflicto con el tamaño de las viviendas, con su materialidad, calidad de construcción y con su ubicación en la periferia de las ciudades alejadas de la fuentes laborales y servicios.
Más complicado se vuelve cuando se analiza la posibilidad de acceso que existe para la vivienda en el país, el primer elemento para analizar esto es el valor de la vivienda, ya sea de departamentos o casas.
Valor del metro Cuadrado promedio de Viviendas Nuevas, Adimark, 2006-2018. [4]
ADIMARK realiza un estudio trimestral de la vivienda en donde, entre otras cosas, se constata el aumento sostenido del precio de la vivienda (ver gráfico), pasando desde alrededor de 30 UF el mt² ($854.336) en 2006 a mas de 54 UF ($1.537.805) por mt² en 2018, para el caso de casas nuevas. En cuanto al valor departamentos nuevos, este paso de 35 UF ($996.725) a 68 UF ($1.936.495) por mt² en el mismo período.[5]
Este aumento sostenido del valor de la vivienda tiene una relación directa con el aumento del arriendo como opción de vivienda por sobre la tenencia. Desde el 2007 al 2017 la demanda por arriendo subió de un 31,3% a un 65,2%, en cambio, la demanda para comprar una vivienda bajo de un 65,2% a un 34,48% en el mismo periodo.[6]
Ahora bien, ¿cómo se relaciona este comportamiento del mercado inmobiliario con los deseos de las y los chilenos?
El Estudio “Chile Decide” de la Universidad Alberto Hurtado[7] profundiza sobre deseos y anhelos de las y los chilenos, allí “Tener una vivienda Propia y Cómoda” se sitúa como el principal sueño de las y los chilenos. El mismo estudio posiciona la “Falta de Recursos Económicos”, “Los Bajos Sueldos”, “La Falta de Empleo” y al “Sistema Político” como las 4 principales dificultades para alcanzar sus sueños.
Desafíos para el debate de la vivienda
El tema de la vivienda es sumamente complejo, ya que aborda una amalgama de otras esferas políticas, sociales y económicas, lo que obliga que su discusión y propuestas deban estar a la altura de la complejidad del problema.
Lo primero es identificar las contradicciones actuales del modelo, en donde el deseo y necesidad por la vivienda y las condiciones económicas de las familias e individuos no tienen relación con el mercado inmobiliario.
El acceso a la vivienda es cada vez menor, los precios se han duplicado en los últimos años, cosas que no ha sucedido con los sueldos. El arriendo como alternativa no logra solucionar el problema y solo ha generado otro gran mercado, con sus propias dinámicas y limitantes.
La dignidad y calidad ha quedado como una consecuencia de la capacidad de pago y no como una condición básica de la vivienda.
Finalmente, el Estado intenta paliar, sin éxito, esta situación con subsidios habitacionales que terminan expulsando a la periferia de las ciudades a los sectores más postergados.
Con todos estos elementos sobre la mesa aún queda mucho por debatir sobre calidad, acceso y ciudad, pero aun así, queda claro es que el acceso privativo que hoy tiene la vivienda se contradice claramente con la voluntad social del país, que expresó, en el proceso constituyente, el deseo de la vivienda digna como derecho asegurado por el Estado.
El cambio de la carta magna de la dictadura debiese ser el punto de partida a cualquier reforma profunda en temas de vivienda, para reordenar la institucionalidad, permitiendo, por ejemplo, empresas públicas encargadas de la construcción de viviendas de calidad y a precios justos, la preocupación por el tejido urbano y no solo por la casa misma, mecanismos reales de integración social urbana, entre otros.
En fin, es un debate y problema de tamaña envergadura, que lleva bastantes años silenciado. Si bien han existido distintas expresiones de resistencia, desde comités de vivienda, propuestas desde la academia, tomas de terreno e iniciativas legislativas, el problema es cada vez más agudo, más masivo y más complicado.
Por tanto, la solución debe ser aguda, masiva y compleja, sumando todas las voluntades que han sido golpeadas por el modelo de la vivienda en Chile y que creen en otra forma de hacer ciudad, desde los sectores más postergados que ven en los comités de vivienda y subsidio habitacional el único camino para la casa propia, hasta quienes, por las reglas del sistema, deben enfrentarse a créditos hipotecarios, normas abusivas del mercado y arriendos eternos, pasando por voluntades políticas, sociales y académicas que estén dispuestas a ponerse de este lado del conflicto, pues el desafío es inmenso para conquistar el derecho a la “vivienda digna”.
(*) Licenciado en Geografía, Encargado del Programa Municipio y Territorio, Área de Desarrollo Social ICAL
Fuente: ICAL
Bibliografía
[1] Resultados cuantitativos del Comité de Sistematización del proceso constituyente, enero 2017.
[2]Según “Déficit de Viviendas Sociales y de Entorno Urbano” de la Cámara Chilena de la Construcción. Fuente: http://www.cchc.cl/comunicaciones/noticias/mas-de-500000-familias-requieren-una-solucion-habitacional-en-el-pais
Para el Observatorio Urbano, el déficit es de casi 400.000 viviendas Fuente: http://www.observatoriourbano.cl/estadisticas-habitacionales/
[3] Según la RAE “Dicho de una cosa: Que puede aceptarse o usarse sin desdoro” (desdoro: Menoscabo en la reputación o el prestigio.)
[4] Valor en UF por metro cuadrado de la venta de viviendas nuevas. Adimark, Informe Trimestral Mercado Inmobiliario Gran Santiago, 1° semestre 2018. Fuente: http://www.adimark.cl/es/estudios/documentos/gfk%20adimark_ioi_%201t%202018.pdf
[5] Todos los valores de UF son aproximados al día 08/08/2018. Las referencias son al estudio citado, ventas de casa y departamentos nuevos en el Gran Santiago.
[6] Fuente: https://www.latercera.com/negocios/noticia/estudio-revela-cambio-mercado-inmobiliario-santiago-10-anos/70714/
[7] Estudio Chile Decide, capitulo 2, deseos y Anhelos Fuente: http://chiledice.uahurtado.cl/pdf/capitulo_2.pdf