por Mario Briones R.
Las principales agencias de análisis financiero mundial advirtieron algo que habíamos comentado anteriormente cuando dijeron, “La violencia en Chile tiene un mensaje preocupante para el mundo”.
Luego agregaron:
“El hecho de que las protestas estén agitando a una de las naciones más prósperas de América Latina sugiere que una situación similar podría suceder fácilmente en otros lugares.”
La nota proviene de Bloomberg y es una clara advertencia de altos analistas financieros, que testean lo que ocurre alrededor del mundo, donde se conocen diferentes manifestaciones de descontento e incluso de gran violencia en lugares como Hong Kong, España, Haití, Ecuador, Líbano, etc.
Sin embargo, la preocupación principal no son los países donde ya hay protestas sino donde podrían brotar expresiones de descontentos, como en los ciudadanos del Reino Unido arrastrados a un Brexit donde no quieren ir, o en Perú donde se repite el abuso de las empresas, incluso con capitales chilenos, o en Brasil, donde Bolsonaro enriquece más a los ricos y somete a su pueblo a balazos.
El modelo neoliberal chileno fue aplicado a sangre y fuego, permitiendo entre otros hechos, que grandes y numerosas empresas públicas se traspasaran a la derecha económica, las que recibieron prácticamente a costo cero y con opciones a múltiples créditos en el país.
Como contraparte, la población, a partir del año 1973, inició un largo caminar hacia la cesantía desde las empresas liquidadas, (la cesantía llegó a casi al 30%), quedando abandonadas a su propia suerte. La crudeza de la pobreza humana llegó a tal punto, que se vieron obligados a instalar los programas de desempleo que llamaron (PEM), Programa de Empleo Mínimo, creado en 1974, y posteriormente el Programa de Ocupación para Jefes de Hogar (POJH), programa de empleos municipales que partió en octubre de 1982, en un período agravado por la recesión de 1981-1982 bajo la presidencia de Ronald Reagan, afectando duramente a Chile.
En esos programas de empleos, la gente debía sacar piedras del suelo, para luego volver a enterrarlas.
En las décadas que siguieron a la dictadura, incluidos los periodos bajo administración de los gobiernos de la Concertación, se fue construyendo un fino entramado para que el Estado cediera espacio a los grandes consorcios empresariales, que fueron asediando progresivamente a la población en todos los ámbitos, institucional, jurídico, económico, financiero, político, cultural, educacional, además de privatizar las empresas de servicios, el agua, cerrar las revistas críticas a la dictadura y a los gobiernos de la Concertación.
Una fuerte represión permitió incrementar los privilegios de los cada vez más poderosos y ricos empresarios que pudieron sacar capital fresco que les proveyeron los aportes previsionales de los trabajadores, depositados en las AFP´s, a través del mercado de capitales.
Las Isapres surgieron como otro gran negocio en la salud, como también las autopistas, el negocio de sacar el cobre al menor precio posible, a través empresas fantasmas creadas para tal efecto en el extranjero. Lo corrobora un estudio de la ONU que reveló la existencia de millonarias subfacturaciones en las exportaciones de cobre, que alcanzan a US$ 16.000 millones entre 1990 y 2014.
Debemos agregar la licitación del litio, la repartición de la pesca del mar en pocas familias, etc., etc., una historia muy conocida.
La acumulación de rabia en la población tiene más de 43 años, y nace desde la dictadura por el descomunal cinismo para explicar la teoría del “chorreo”. Esa “teoría” implicaba capitalizar primero a los empresarios para que después cayeran los beneficios a la población. Los empresarios se fortalecieron y crecieron tanto sus espaldas, que una vez saturado el mercado nacional, sacaron el capital al extranjero, para convertirse en capitalistas de Latinoamérica.
Yo rechazo el vandalismo, pero si quieren hablar de vandalismo, hablemos de vandalismo.
La nacionalización de la minería requirió una reforma a la Constitución Política de 1925, la cual contó con el apoyo unánime de todos los sectores políticos, siendo aprobada por la unanimidad del pleno del Congreso Nacional el 11 de Julio de 1971.
Dicha reforma constitucional fue promulgada por el presidente Salvador Allende el 15 de Julio de 1971. Hoy, 48 años después, sólo un tercio del cobre está en manos de Chile, el resto se lo regalaron en concesiones a las transnacionales extranjeras.
¿Cómo le llamaría Ud., a este entreguismo de la derecha? ¿Pequeño vandalismo?
¿Qué dijo Radomiro Tomic, en una entrevista el año 1984?
“La principal causa, entre varias, para que el precio mundial del cobre haya bajado durante los 11 años que van desde 1974 a 1984 ha sido la Política Chilena del Cobre, es decir, la política del país que tenía las mayores y las mejores reservas de Cobre del mundo – un tercio de todo el cobre que existe en el orbe esta en Chile- y que tiene los costos de producción más bajo del mundo. Chile notificó al mundo que seguiría, ¿Cuál política? Literalmente el gobierno de Chile anunció al mundo, no sólo acá, que el gobierno estaba convencido que el progreso científico condenaba al cobre a ser un metal sin valor.”
Se anunció “urbi et orbi” que Chile vendería el cobre barato, casi de liquidación, para lo cual extrajeron cobre a más no poder. Eso se llama vandalismo duro, sembrado por la derecha Chilena, la que siempre termina regalando la patria de todos.
Permítanme decir algo más. Según un informe del SII, entre 1995 y el 2003, una sola minera del cobre pagó impuestos a la renta y todas las otras no pagaron un solo peso de impuesto al Fisco. El año 2015, cinco de las diez mayores mineras volvieron a declarar pérdidas y no pagaron impuesto a la renta en Chile.
En el año 2016, el conjunto de empresas mineras del cobre pagaron solamente algo más de 30 millones de dólares de impuesto, según declaró el propio ministro de Hacienda, sin embargo estas mineras sacaron del país cerca de 4 millones de toneladas de cobre por un valor superior a los 22 mil millones de dólares.
¿Cómo se puede llamar a eso?
Ahora quiero hablar de vandalismo científico.
En el periodo 1990-2003, las mineras extranjeras se llevaron de Chile alrededor de 30 millones de toneladas de cobre, que al precio promedio del año 2013 (US$ 3,32 la libra), arrojan la asombrosa suma de US$ 220.000 millones. (Doscientos veinte mil millones de dólares). Hoy se siguen llevando la riqueza a raudales y nadie habla de subir el royaltie.
Solo un 10% de esa enorme cifra, serían US$ 22.000 millones, equivalentes a 10 reformas tributarias como las que están tramitando hoy.
Después de casi 43 años del golpe militar, Chile cambió y logró un PIB per cápita a Marzo/2019 de US$ 25.891, el más alto jamás logrado por ningún país latinoamericano. En pesos, a cada chileno le corresponderían $18.768.386 anuales, o sea, a una familia de 5 personas le corresponderían más de $ 93 millones al año.
Lograr ese nivel fue producto de pagar por décadas salarios miserable y recién estamos hablando de llegar a un sueldo mínimo neto de $ 289.000, es decir, $ 3.468.000 de pesos al año para una persona.
Casi nadie habla de poner impuestos a las transnacionales del cobre, del litio y otros minerales, porque ello implicaría cambiar la Constitución Política de Chile, y volver a nacionalizar el cobre.
Cambiar la Constitución, ¿nos costará cientos de muertos?, y una vez lograda, ¿tendremos que prepararnos para un nuevo golpe de estado, como el de 1973?
Si no somos capaces de ponernos de acuerdo, Chile estará condenado a vivir en agonía y su población en la miseria, mientras otros países nos sobrepasarán largamente.
Si alguien cree que el vandalismo no podría surgir en los Estados Unidos, como una explosión social, permítanme mencionar una pequeña duda y es la siguiente.
Las brechas salariales de un CEO, (el máximo ejecutivo de una empresa en EE UU), respecto de un trabajador, son los siguientes:
En Gap Inc.: es 3.566 a 1, en McDonald’s: 2.124 a 1, en Disney: 1.424 a 1, en Walmart: 1.076 a 1. De acuerdo con Forbes, México, en la empresa Discovery Communications, el CEO David Zaslav ganó el año pasado la alucinante cifra de 156.1 millones de dólares (mdd).
Mientras tanto, el salario promedio de los 6,800 empleados de la empresa de medios fue de 80,000 dólares al año, según cifras compiladas por Andrew Chamberlain, economista en jefe de la página web de empleos Glassdoor.
Ese es el nivel de la brecha que se vive en los Estados Unidos.
Cuando la cordura en el mundo se sobreponga a esta locura neoliberal, se recordara esta parte de la historia como las décadas más negras y decadentes de la civilización humana, impuestas por solo el 1% de los individuos más corruptos y grotescos que alguna vez asolaron a la población mundial.
Fuente: Piensa Chile