Esta semana el Partido Comunista entregó sus propuestasprogramáticas al conjunto de organizaciones políticas que forman la Nueva Mayoría ;se trata de iniciativas básicas que apuntan a dar solidez a una convergencia social y política indispensables para abrir paso a la democratización de la sociedad y del Estado, de modo que permitan poner fin a los abusos y a la desigualdad entronizados en Chile por la dictadura y que todavía no terminan.
Por cierto se plantea las reformas político institucionales, las urgentes reformas laborales, el cambio del papel del Estado en la economía, el desarrollo regional, la protección medioambiental, el aseguramiento de los derechos fundamentales del pueblo, incluídos con fuerza los de los pueblos originarios y la revisión de nuestra política exterior apostando por su proyección latinoamericanista.
En ese contexto la idea de cambiar la actual Constitución pinochetista por una nueva gestada democráticamente ocupa un primerísimo lugar bajo la premisa de quesi bien es cierto que la Constitución por sí sola no resuelve todos los problemas sociales ni garantiza la estabilidad democrática a perpetuidad, es un factor decisivo para lograrlo.
El proyecto de los comunistas describe científicamente el carácter y naturaleza del Estado y del poder, su estructura clasista, la correlación de fuerzas, la necesidad patriótica de terminar con toda referencia a doctrinas impuestas desde el extranjero como la de la “seguridad nacional” que considera al pueblo “enemigo interno” y otorga poderes inusitados a los institutos armados, la democratización de todos los poderes públicos, el fin del sistema electoral binominal, la no reelección indefinida de todo tipo de autoridades, un parlamento unicameral, la obligación de los parlamentarios de rendir cuenta periódica a sus electores y la facultad de estos para removerlos de sus funciones con determinados quórums y por causales establecidas legalmente.
Por cierto el derecho a voto a chilenos en el extranjero.En suma, un Estado que garantice de veras los derechos humanos y sociales,trabajo, educación, sindicalización, salud, vivienda, previsión social, medio ambiente sano, respaldado por el derecho de protección sin exclusiones. Que garantice además el derecho a informarse para lo que debe modificarse el actual sistema de control de los medios de comunicación masivos.
Pero además el PC propone un itinerario perfectamente viable que hace posible realizar el anhelo mayoritario de una nueva constitución que surja desde la ciudadanía, desde el pueblo, el anhelo de una asamblea constituyente.
Se plantea que mediante decreto supremo, o ley sin mayorías especiales, puede convocarse a elegir, mediante un sistema democrático, una asamblea ciudadana que elabore un proyecto de nueva Constitución, el que luego ha de ser sometido durante un tiempo determinado al conocimiento y discusión obligatoria de toda la sociedad a través de las distintas organizaciones, para que en dicho proceso puedan expresarse las observaciones y aportes del pueblo, los que la asamblea debe recoger para elaborar su propuesta definitiva que finalmente debe someterse a plebiscito. Estos pasos garantizan el pleno conocimiento de la población de lo que debe ser su carta magna y garantizan además una raíz auténtica y profundamente democrática de la nueva ley de leyes de nuestro país.
Por cierto que la presencia comunista en la política y sus propuestas programáticasdesesperan a la derecha. El nuevo ministro de cultura,Ampuero, ex Jotoso, ex Mapu, ex IC, hoy no se qué, lanza frasecitas del tipo de “siento que vivimos como en los meses previos al golpe del 73”.
Longueira, que al parecer hace tiempo que no habla con Jaime Guzmán, las emprende contra los ciudadanos extranjeros que viven y trabajan en Chile, fascista consecuente al fin y al cabo. Mientras, desde el diario de los Edwards, Eugenio Tironi, intenta pontificar sobre los comunistas. Pero lo que importa en definitiva es que se trata de iniciativas realistas, que posibilitan el objetivo de cambio, y no se quedan en la mera reiteración de clichés.