Nuevamente la UDI, el partido pinochetista, que defiende a ultranza la dictadura cívico militar, se lanza al ataque. Necesita limpiar su imagen antes de las elecciones presidenciales y la de sus principales cabecillas y dirigentes, procesados en la justicia por corrupción.
En paralelo, se autoproclaman defensores de los derechos humanos, con el objetivo de presionar a la justicia para liberar a los criminales presos en Punta Peuco, procesados y condenados por crímenes de lesa humanidad.
En una estrategia desesperada como mentirosa, se lanzan a la ofensiva como perros hambrientos de venganza, utilizando, nuevamente y sin pudor, el homicidio de Jaime Guzmán (1991); un caso cinco veces reabierto, por presión de la UDI, cinco veces investigado y que aun, a pesar de ello, siguen alegando una supuesta impunidad, menospreciando el papel de la justicia, la que ha obrado y jugado su papel en el mismo.
Esta vez, el diputado UDI, Issa Kort viajo a Washigton a una reunión con el Vicepresidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; su objetivo: lograr una solución amistosa con Argentina para obtener la extradición de Sergio Galvarino Apablaza, ex dirigente de FPMR, acusándole a priori, forzando al tribunal internacional, al gobierno argentino y a la justicia, de la misma manera que lo hicieron conmigo, en el año 2010, para que se le condene, violentando la presunción de inocencia y todo lo referido a un juicio justo, tal cual lo establece la Convención Americana de Derechos Humanos.
Como lo denunciamos en su momento, fui juzgado y condenado, alegando mi supuesta participacion en el asesinato de Guzmán, por una acusación extrajudicial fabricada por el abogado de la UDI [1] en acuerdo con Mauricio Hernández Norambuena, un ex militante del FPMR, condenado por el crimen del senador Jaime Guzmán en Chile y preso en Brasil por la comisión de delitos comunes, ofreciéndosele a cambio de sus declaraciones, la compensación de rebajarle la condena y extraditarlo a Chile.
Una trama sórdida cuyo objetivo fue que me inculpara en la decisión que él y un pequeño grupo de militantes, sin conocimiento de la DN del FPMR, tomaron para asesinar a Jaime Guzmán. En ese momento, 2010, yo era el único ex dirigente del Frente que vivía en Chile con domicilio conocido, desarrollándome laboralmente como académico en la Universidad de Los Lagos.
Debo recordar que esta trama delictual, para involucrarme en tal delito, contó con el apoyo del gobierno de la época, el primer gobierno de derecha después de la dictadura, cuyo ministro del interior era un militante UDI y, con Chilevisión, cuando aún era de propiedad del señor Sebastián Piñera. transmitiendo por primera vez, en la historia, por televisión, una delación compensada, para intentar transformar de manera cobarde, una mentira en una verdad judicial.
Posteriormente se vincularon a esta confabulación una serie de falsos testigos cuyos testimonios, sin prueba alguna, se consideraron como validas para condenarme. Entre ellos, un torturador, el ex comisario de la Policía de Investigaciones, Jorge Barraza, asesor de la UDI, procesado por torturas y el asesinato de militantes de la izquierda (MIR) en la Academia de Guerra Aérea (AGA), el lugar en el que fui encarcelado y torturado, junto a un grupo de oficiales y suboficiales que nos opusimos al golpe cívico militar en 1973.
Otro falso testigo fue un delincuente con nutrido prontuario policial, Humberto López Candia, condenado entre otros, por asesinato y por enviar una carta bomba a la Embajada de Estados Unidos en el año 2001, al cual se le agrega el falso testimonio, fabricado por el torturador Barraza, de una ciudadana francesa Enmmanuelle Verhoeven.[2] a quien este señaló como dirigente del FPMR, transformándola en una testigo clave, a pesar de que este testimonio, como la declaración publica de Hernández Norambuena, nunca fueron hechas ante un tribunal o ante la Policía de Investigaciones.
Asi fui juzgado y condenado, utilizando todo el poder del Estado en mi contra, con la derecha y la UDI como gobierno, cuyo objetivo, más que buscar justicia, era meter en la cárcel a un dirigente del FPMR, inculpándome falsamente en un delito que no cometi.
Sin miramientos se violaron las normas del justo proceso y se me aplicaron normas penales especiales, que habían sido sustancialmente modificadas y derogadas el año 2002, lo que permitió a los tribunales, apreciar la prueba y fallar en conciencia, es decir, sin tomar en cuenta la inexistencia de pruebas en mi contra, impidiéndoseme ademas el recurso de casación.
Aberraciones que fueron validadas por el Consejo de Defensa del Estado y el tribunal Constitucional, por el Ministerio del Interior y por cierto la UDI como querellante.
Todas estas infracciones, entre otras, fundan mi queja ante el Estado de Chile que actualmente conoce la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y por la cual estamos a la espera por una pronta resolución.
En razon de todas estas injusticias y atropellos sufridos en carne propia e injustamente por mi familia, ahogándoseme mis posibilidades laborales y otras consecuencias en mi vida personal y familiar, habiendo dedicado toda mi vida a luchar en contra de la injusticia, no puedo permanecer indiferente ante las gestiones que realiza la UDI, para obtener, en base a su desmedida sed de venganza, la extradición del ciudadano chileno Sergio Galvarino Apablaza.
Quiero alertar a todo hombre, mujer y autoridad respetuosa de los derechos humanos, a que no acceda bajo ningún concepto, extraditar a nadie mientras el Estado de Chile formal y solemnemente se comprometa a no aplicar la Ley de Seguridad del Estado y la ley sobre conductas terroristas vigentes al 1 de abril de 1991, las que se encuentran o derogadas o modificadas en aspectos sustanciales desde mayo del año 2002.
Con la aplicación de esas leyes, Apablaza u otro(a), podrá ser condenado con todo desprecio por la justicia y la verdad. Simplemente llegaría a Chile ya condenado, lo que es la negación de la Justicia.
Ciertamente que me habría encantado tener el testimonio en mi proceso de Galvarino Apablaza para establecer la verdad sobre mi caso y que se hubieran tomado en cuenta las recientes declaraciones de Enmmanuelle Verhoeven, a un medio nacional, quien desconoce toda vinculación con el FPMR y corrobora que todo fue un invento del torturador Barraza [3]. Una ciudadana francesa a quien jamás conocí.
No dudo que ambas declaraciones hoy podrían comprobar el error judicial que se consumó en mi contra. Pero no puedo aceptar que se condene a nadie violándose el Estado de Derecho y el estricto apego a las normas sobre el justo y debido proceso.
Con la misma fuerza y transparencia con la que luche en contra de la dictadura cívico militar, desde que me opuse al golpe de estado de 1973 y en toda mi participación como dirigente del FPMR, reitero que jamás tuve participación alguna en el crimen de Jaime Guzmán.
Hubiera preferido confrontarlo en el terreno de las ideas, haciéndole ver, que mantengo la peor impresión política de su papel como fundador de la UDI, y de su rol en el diseño de la Constitución que nos dejó como herencia. Una organización política que bajo su alero y conducción, prefirió cobijarse bajo el poder de la dictadura, que levantar una voz valiente para poner termino a las atrocidades que conoció nuestro país.
El señor Guzmán prefirió ser vasallo de la dictadura que un católico fiel al ejemplo y enseñanza de Cristo y a su Pastor en Chile, el Cardenal Silva Henríquez.
Alguna vez Chile podrá juzgar a la UDI y no sólo nos encontraremos que es el partido político que corrompió la política con su vinculación con los señores del poder del dinero; nos encontraremos con que la mayoría de sus fundadores fueron por acción u omisión violadores de los derechos humanos, y que hasta el día de hoy, no dudan en faltar a la moral para alcanzar sus fines.
Eso las nuevas generaciones de chilenos y chilenas tienen que saberlo, para educar a nuestros jóvenes en los valores democráticos, cuyo asiento principal es el respeto a los derechos humanos y no la adoración de héroes o dioses con pies de barro.
Fuente: Piensa Chile
Notas:
[1] Luis Hermosilla Osorio, el año 2010, viajó a Brasil a visitar en la cárcel a Mauricio Hernández Norambuena, condenado por el crimen del senador Jaime Guzmán, para pactar la declaración que este hizo por TV.
[2] HYPERLINK “http://www.eldesconcierto.cl/2016/12/28/marie-emmanuelle-verhoeven-niega-ser-la-comandante-ana-mi-caso-es-una-mentira-historica/” http://www.eldesconcierto.cl/2016/12/28/marie-emmanuelle-verhoeven-niega-ser-la-comandante-ana-mi-caso-es-una-mentira-historica/
[3] [3] HYPERLINK “http://www.eldesconcierto.cl/2016/12/28/marie-emmanuelle-verhoeven-niega-ser-la-comandante-ana-mi-caso-es-una-mentira-historica/” http://www.eldesconcierto.cl/2016/12/28/marie-emmanuelle-verhoeven-niega-ser-la-comandante-ana-mi-caso-es-una-mentira-historica/
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