lunes, diciembre 23, 2024
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Gol de Mediacancha del Neoliberalismo: Finalmente Chile Firmó el TPP

En el marco de la segunda conferencia «Nuestro Océano», que cuenta con la presencia del secretario de estado norteamericano, John Kerry, el canciller Heraldo Muñoz anunció que Chile cerró este lunes el acuerdo con Estados Unidos y otras once naciones, para el  Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio, TPP. En rigor. Chile no ha firmado nada. Lo ha hecho la Cancillería, de manera secreta, inconsulta, al margen del escrutinio público y a espaldas de la opinión de la ciudadanía. Por tanto, se ha sumado una nueva causa por la que luchar, en la perpectiva de erradicar el neoliberalismo de este país.  

 

Tras casi cinco años de intensas negociaciones, los doce países integrantes del Acuerdo Trans Pacífico de Libre Comercio (TPP) culminaron finalmente las conversaciones y lograron sellar un acuerdo en la ciudad de Atlanta, Estados Unidos.

El TPP consiste en un amplio proceso de integración económica en la región del Asia-Pacífico, cuyas tratativas se iniciaron en 2010 y en las cuales participó Chile, junto a otros once países: Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Estados Unidos, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

El acuerdo considera 30 capítulos, que abarcan las siguientes áreas: Acceso a Mercados, Reglas de Origen, Obstáculos Técnicos al Comercio, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Defensa Comercial, Competencia, Compras Públicas, Servicios, Inversiones, Comercio Electrónico, Telecomunicaciones, Entrada Temporal, Servicios Financieros, Asuntos Legales, Propiedad Intelectual, Medio Ambiente, Laboral y Cooperación. Adicionalmente, se han incorporado los denominados temas horizontales que incluyen Coherencia Regulatoria, Competitividad, Desarrollo y Pequeñas y Medianas Empresas.

El titular de Relaciones Exteriores, y era que no, especificó que los intereses de Chile quedaron debidamente resguardados:

«Hemos resguardado todas las sensibilidades de nuestro país. Por supuesto, medicamentos biológicos, que era uno de los puntos principales y, de hecho, la discusión sobre este tema en particular altamente sensible para nuestro país es lo que prolongó la negociación por dos días, y el resultado ha sido satisfactorio para nosotros».

Muñoz agregó que «se ha resguardado lo que nosotros decíamos, cinco años de protección y no más. Si bien es cierto que otros países tendrán que cambiar su legislación, Chile no cambiará su legislación en esta materia y hemos resguardado todas las áreas sensibles».

Esos medicamentos, después de cinco años, podrán bajar de precio en nuestro país. Este acuerdo debe ser ratificado por el Congreso y, de visita en nuestro país, Kerry no comentó este tema.

El acuerdo del TPP, el más ambicioso acuerdo comercial jamás alcanzado y cuyas negociaciones comenzaron en 2008, concentraría a 12 economías con salida al océano Pacífico y ha sido remarcado como una señal de la importancia de la región Asia-Pacífico, que cubre el 40 por ciento de la economía mundial.

Los países integrantes del TPP son, además de EE.UU. y Chile, Japón, Australia, Brunei, Canadá, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

La reacción de Barack Obama

En tanto, el presidente de EE.UU., Barack Obama, prometió este lunes que el Congreso y los ciudadanos estadounidenses tendrán «meses» para poder revisar TPP antes de que él proceda a firmarlo.

«Es un acuerdo que prioriza a los trabajadores estadounidenses y ayudará a las familias de clase media a salir adelante», subrayó Obama en un comunicado divulgado por la Casa Blanca.

El presidente estadounidense es desde hace años un firme defensor del TPP y el acuerdo final, anunciado este lunes tras resolverse las diferencias entre EE.UU. y Japón, las dos mayores economías del grupo, ha sido resultado de arduas negociaciones ministeriales celebradas desde el pasado miércoles en Atlanta, Georgia.

Los últimos obstáculos versaban sobre el acceso a los mercados de productos lácteos y nueva generación de biomedicina.

«Si podemos conseguir que este acuerdo llegue a mi escritorio, entonces podremos ayudar a nuestras empresas a vender más bienes y servicios hechos en Estados Unidos en todo el mundo», destacó Obama.

El TPP contiene compromisos sobre cuestiones laborales y medioambientales «más fuertes» que los de cualquier otro acuerdo comercial, según Obama, que agregó que, además, «promueve un internet libre y abierto».

«Cuando más del 95 por ciento de nuestros potenciales clientes viven fuera de nuestras fronteras no podemos permitir que países como China escriban las reglas de la economía global», argumentó Obama.

Esa frase de Obama retrata el objetivo último del TPP: un acuerdo para anclar el imperialismo norteamericano como potencia hegemónica mundial. Lo que Obama no dice, es que lo bueno para Estados Unidos, es necesariamente malo para sus países colonizados.

Y si al menos en Estados Unidos habra un remedo de consulta, de tres meses, el Chile, capital mundial del neoliberalismo, ni eso está previsto.

Rechazo

La Plataforma Ciudadana Chile Mejor Sin TPP manifestó su más profundo rechazo por «el actuar irresponsable del gobierno de Michelle Bachelet, representado por la Cancillería y el grupo negociador que se encuentra reunido en la ciudad Atlanta, Estados Unidos, por ceder ante las presiones de las principales potencias que forman parte del Acuerdo Transpacífico (TPP) para adoptarlo durante esta ronda de reuniones, ello sin mayor consideración a los impactos tendrátuando a espaldas de la ciudadanía».

Denunciaron, a su vez, que durante más de cinco años este acuerdo se ha negociado en un secretismo absoluto y sin participación efectiva de la ciudadanía, así como tampoco del Parlamento, donde se rechazó una moción que pedía conocer su contenido.

De hecho los únicos tres capítulos de los cuales se tiene información, de los 30 que posee el Acuerdo, solo han podido conocerse gracias a filtraciones de Wikileaks. Asimismo, que los 12 países que participan de las negociaciones, entre ellos Chile, habrían acordado no revelar parte de los documentos hasta cuatro años después de su suscripción.

Es por ello que anunciaron que se movilizarán para insistir en que el Congreso no apruebe este mega acuerdo comercial, y que se garantice una participación efectiva de la ciudadanía durante el proceso legislativo, incluida la consulta previa a pueblos indígenas, como establece el Convenio 169 de la OIT ratificado por el Estado chileno y vigente en el país.

Señalaron, por último, que utilizarán todos los mecanismos administrativos y legales, como la Ley de Transparencia, para exigir al gobierno dar a conocer los textos completos del Acuerdo, así como los documentos técnicos elaborados por los distintos ministerios para evaluar la conveniencia de la firma del TPP. Más aún cuando Chile ya posee tratados de libre comercio y bilaterales con los restantes 11 países del Acuerdo.

Navarro: «traerá más costos que beneficios»

Otro de sus detractores es el senador del MAS Alejandro Navarro, para quien el TPP «disfraza de tratado de libre comercio una serie de cambios que las empresas multinacionales no han sido capaces de aprobar en el Congreso, como lo son las restricciones a la privacidad en Internet, el aumento de la protección de patentes, un mayor acceso a los litigios y una mayor desregulación financiera”.

Para el legislador “este un tratado que traerá más costos que beneficios para Chile, poniendo en juego, incluso, el cumplimiento de la ley Ricarte Soto, al extender la exclusividad de los fármacos biológicos, al menos por 5 años. El tratado busca extender la exclusividad para los datos clínicos usados en el desarrollo de fármacos biológicos, impidiendo a nuestro país poder bajar los precios de los medicamentos”.

El parlamentario sostuvo que “este es un tratado de sometimiento a las farmacéuticas y al poder corporativo. Ejemplo de esto es que en Estados Unidos –donde las farmacéuticas tienen más poder que en ninguna otra parte del mundo– la población gasta alrededor de 300 billones de dólares al año en medicinas. Sin el monopolio de las patentes, esta suma sería diez veces menor: 30 billones”.

Navarro enfatizó que «de aprobarse este tratado, estaremos siendo condenados a la dependencia y supeditación de los laboratorios farmacéuticos internacionales que buscan mantener sus millonarias ganancias a costa de la necesidad de salud en el mundo, cercenándoles la capacidad a 792 millones de personas (población combinada de los 12 países) de acceder a medicamentos genéricos, los que son sustancialmente más económicos”.

“Un país en vías de desarrollo como el nuestro estaría firmando la sentencia de muerte de miles de chilenos, incapaces de costear los altos precios de medicamentos de enfermedades tan letales como el cáncer. En consecuencia, el TPP es un ataque frontal contra cualquier política pública que intente ampliar los servicios de salud”, dijo.

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