En virtud de las facultades fiscalizadoras que la Constitución le confiere, el diputado Hugo Gutierrez ofició al Ministro de Salud, Jaime Mañalich, en el que solicita una auditoría externa, la iniciación de acciones administrativas y legales, así como el envío de los antecedentes a la Contraloría y el Ministerio Público, con el fin de determinar negligencia e irregularidades funcionarias de los servicios de salud de Tarapacá, en la crisis de salud originada por la epidemia de influenza AH1N1,que ya ha causado 14 muertes en la región. En la foto, miles de personas hacen cola para ser vacunadas, en Iquique.
Señor
JAIME MAÑALICH MUXI
MINISTRO DE SALUD
Presente.-
Señor Ministro:
En virtud de las facultades y atribuciones fiscalizadoras que me confiere la Constitución Política de la República –capitulo v-; la Ley N°18.918 -orgánica constitucional del Congreso Nacional- y el Reglamento de la Cámara de Diputados, he tomado conocimiento por hechos públicos, sobre una serie de irregularidades funcionarias que han agravado los efectos perjudiciales de la epidemia de influenza que asola a la Región de Tarapacá, y estimo mi deber poner en su conocimiento los elementos para el análisis que permitan establecer las causas de esta crisis sanitaria relacionada con la “influenza” y las responsabilidades administrativas que deriven de los hechos denunciados.
Es conveniente partir señalando que la situación de gravedad que se experimenta a la región que represento –Tarapacá-, no se extiende a las regiones vecinas de Arica-Parinacota y Antofagasta. En ninguna de ellas se registra el nivel de mortandad que hay en Tarapacá.
¿Qué se hizo en la región de Tarapacá por parte de las autoridades respectivas, que derivó en esta grave situación epidemiológica?
En primer lugar hay que hacer un análisis de la situación de la epidemia de influenza AH1N1 y otras cepas en la Región de Tarapacá, este año 2013.
Un análisis preliminar:
No es la primera vez que la influenza AH1N1 afecta nuestra región, pues ya estuvo presente durante el año 2009, ocasionando el fallecimiento de cinco personas y un volumen indeterminado de infectados. El virus motivó una serie de medidas que permitieron establecer barreras sanitarias que lograron atenuar y minimizar su efecto. Así, el año 2009 el virus fue contenido y se impidió que sus efectos se propagaran sobre nuestra población.
Actualmente, esta infección ha sido asumida por parte de las autoridades regionales de una forma negligente y con mucha desprolijidad, pues las medidas básicas de prevención que debieron ser asumidas a tiempo, no fueron consideradas. Incluso no se consideraron las medidas adoptadas en el año 2009 y aplicar la experiencia de ese periodo para ser mejorada durante la presente epidemia.
Acciones básicas que debieron adoptarse:
Epidemiológicas:
La SEREMI de Salud y la Dirección del Servicio de Salud (SSI), cuentan con profesionales médicos y enfermeras, que son expertos en la vigilancia epidemiológica donde se detecta cualquier epidemia ya sea viral o bacterial, las que son identificadas y evaluadas según su peligrosidad y efecto en la población. Estos encargados manejan los datos estadísticos de la presencia de las diferentes infecciones y monitorean su letalidad, todo esto en conjunto con los diversos centros centinelas que tiene instalado en la región, de donde se obtienen muestras, las que son enviadas a nivel central para su análisis en el Instituto de Salud Publica (ISP).
Todo este sistema de vigilancia, no se tomó en cuenta en el presente año y se minimizó la información disponible, pues según sus propios datos esta “cepa” se presentó en forma efectiva a partir de la semana 19 del presente año 2013. Es decir, los epidemiólogos mucho antes de esta semana tenían conocimiento de la presencia de esta cepa AH1N1, debiendo haber presentado la alerta y la peligrosidad de ésta, pero aquí me atrevo a suponer que no se hizo caso a la alerta, aunque la campaña de vacunación a los grupos vulnerables pudo ser la respuesta a esta alerta, pero sin la capacidad y profundidad que se necesitaba para enfrentar la peligrosidad de esta cepa.
Por lo que, los encargados de la vigilancia epidemiológica de la Seremi de Salud y la Dirección del Servicio de Salud –ambas de la región de Tarapacá-, no efectuaron las alertas ni cumplieron con los protocolos asociados a cualquier infección de influenza AH1N1.
La vacuna seleccionada para enfrentar esta influenza es la correcta, lo que no se comprende es que se eligiera una de doble dosis, es decir, en dos periodos.
Corresponde indagar cuál fue la respuesta de los equipos epidemiológicos, en términos si éstos dieron la alerta en forma oportuna la alerta y si no fue una causa técnica la que impidió que no pudieran hacerlo. Por último si los equipos alertaron de esta situación y la peligrosidad de la influenza, ¿porqué las autoridades sanitarias regionales minimizaron su efecto, y por consiguiente, las acciones de prevención?.
Actividades de Prevención a la influenza AH1N1:
En el supuesto caso que las autoridades en base a los antecedentes epidemiológicos, deben implementar medidas que permitan mitigar el efecto de la influenza, para ello se debe implementar una estrategia que combine lo comunicacional con las acciones operacionales como el programa de vacunación. Para ello se debe abordar:
a. Campaña Comunicacional:
Esta campaña debe ser implementada por personal con experiencia y principalmente son los Encargados de Promoción, tanto de la Seremi de Salud como de la Dirección del Servicio de Salud, teniendo en cuenta que nuestra población es muy receptiva a las instrucciones y recomendaciones que entregan los organismos públicos y en especial los de salud, es un plus que tenemos como país, lo cual es aprovechado por estos organismos de promoción para las campañas que se realizan, por tanto, el que se señale que la población no responde es falso, porque nuestra población históricamente responde a los llamados sobre aspectos de salud pública y respeta las recomendaciones.
Dicho lo anterior, podemos asumir que no se hizo una campaña de promoción mediante la cual se le indicara a la población los resguardos básicos que debían tener para enfrentar esta epidemia, la que generalmente se inicia en las escuelas y jardines infantiles. Además, tiene el agravante que se definió en forma “errada” a los grupos vulnerables, pero aun así se debió incidir en los jardines y en los grupos de adultos mayores. La definición de los grupos de riesgos según parece, no tuvo relación con el desarrollo epidemiológico de esta infección, pues abarcó a otros grupos, lo cual cambia radicalmente la acción de prevención que debió asumirse.
En base a lo anterior, podemos decir que no tuvimos en la región la ejecución de acciones concretas de información a la población y peor aún, se ejecutó una política de “desinformación”, donde se ignoró el desarrollo de la infección, pues si se hubiera asumido que se tenía una infección tan agresiva como la actual, se debería haber iniciado una campaña de igual carácter, con la entrega de volantes en los establecimientos de educación de todo nivel -escuelas, colegios, jardines infantiles etc.- y consultorios públicos, además en lugares de gran concentración de personas como terminales agropecuarios, ferias libres, plazas ciudadanas comunales, terminales de buses, aeropuertos y lugares de libre acceso público.
En esta campaña comunicacional se debió llamar a la población a tener una conducta preventiva de protección de los contagios y asumir algunos manejos de higiene. Esto no se efectuó, salvo acciones aisladas.
Se tiene que tener en cuenta que esta acción comunicacional también involucra a los medios de comunicación social, tanto escritos, radiofónicos y audiovisuales (televisión abierta), en los que participen los funcionarios técnicos, los cuales resuelven dudas y consultas, reforzándose también uno de los elementos relevantes -que actualmente las autoridades consideran esencial-, la “vacunación masiva”, pero que no es así, pues ésta, es una parte de un conjunto de acciones para contener la infección, pero más importantes son las acciones de prevención del contagio, la que no se efectuó.
Actualmente, es evidente que la autoridad sanitaria regional no efectuó ninguna medida comunicacional a la población de la región de Tarapacá, para informarla de las medidas imprescindibles de prevención y las posteriores de vacunación, lo cual se puede comprobar fácilmente, ya que, no se activó ninguno de los equipos de promoción y difusión en salud, tanto del Servicio de Salud como de la Seremi de Salud.
Además, no se efectuó campaña para cuidarse de la influenza. Tampoco se informan las formas de transmisión.
Actividades Operativas Concretas
Acciones Preventivas: Se tienen que efectuar las acciones que permitan detener el contagio, siendo las principales:
a) Entrega de mascarillas para el uso de la población.
b) Uso de alcohol gel, en diferentes lugares públicos.
Estas dos acciones elementales, debieron ser parte del proceso comunicacional preventivo -que está demostrado- que la población acoge favorablemente. La entrega de mascarillas a la población en lugares públicos es importante, tanto como la instalación de recipientes con alcohol gel en diferentes lugares, así como la entrega de potes.
Acciones de vacunación: Esta acción que permite proteger a la población, debe ser de una cobertura amplia y con las acciones comunicacionales descritas, la población podría haber tenido conocimiento de este programa de vacunación, el cual le permite acceder a otro aspecto de la protección –ya no preventivo-, en esto se tiene que informar, dando a conocer qué tipo de vacuna se debe inyectar y si ésta debe ser en dos dosis, debió informarse a la población en qué fecha y los lugares de vacunación de la segunda dosis y qué efecto adverso contra la población que no concurriera a la aplicación de la segunda vacuna.
Esto no se hizo y la población ignora cómo es la vacuna y las razones de por qué son dos dosis.
Análisis General de la influenza AH1N1
Como se puede observar, la situación de la influenza AH1N1, en nuestra región, sorprendió a las autoridades de salud, quienes en forma evidente no han gestionado esta crisis sanitaria, pues teniendo todos los elementos de juicio para resolver a favor del interés general y los instrumentos predictivos para enfrentar esta epidemia no lo hicieron, y podemos sospechar que esto se puede haber producido por una falta de decisión o por una errada ponderación de los antecedentes, frente a la situación que debían enfrentar.
Por lo tanto, la responsabilidad de las autoridades sanitarias regionales en los lamentables hechos ocurridos con relación a las 14 muertes es incuestionable, sumado a la opacidad y secretismo con que han actuado y el retraso en sus acciones temerarias.
Asimismo, si se les exigiera la presentación de protocolos previos para enfrentar esta epidemia, éstos no estarían disponibles, por lo que, el Análisis Epidemiológico y su proyección, es posible que exista, pero no se consideró, en consecuencia los planes Comunicacionales y las Acciones Operativas como Vacunación, Uso de Mascarillas y Alcohol Gel, quedaron relegados.
En representación de la región de Tarapacá, exijo una que un órgano externo al Ministerio que evalúe si existieron planes y si las acciones ejecutadas por las Autoridades de Salud fueron coherentes con la gravedad de la situación que enfrentaba la población.
Todo lo expresado tuvo fatales consecuencias que ha tenido esta infección, donde la autoridad pública reconoce 14 fallecidos y un nivel de contagiados de 407, esto en forma incuestionable significa que todos los Equipos Encargados -tanto del Ministerio de Salud, Servicio de Salud como de la Seremi de Salud- no cumplieron con sus funciones legales y no alertaron debidamente a la población de esta grave situación epidemiológica.
Como perjudicial corolario, el Presidente de la República, y acto seguido el Ministerio de Salud, ordenaron no suspender la festividad de la Tirana en la localidad del mismo nombre, descartando lugares alternativos que evitaren el contagio y la muerte de más personas.
Por tanto, atendida la gravedad de los hechos denunciados, Solicito al Señor Ministro de Salud, se inicien las acciones legales correspondientes, ordenando:
1. La realización de una auditoría externa para determinar la existencia de los hechos denunciados.
2. Se inicien las acciones administrativas correspondientes, a objeto que se estudie la adopción de las medidas, providencias o procedimientos dirigidos a evitar o precaver en lo sucesivo, la reiteración de situaciones como las evidenciadas en este caso.
3. Remitir, a la Contraloría General de la República, para los efectos que pudiera haber lugar, los antecedentes acumulados en la investigación administrativa, y si procediere para indagar las responsabilidades administrativas de carácter disciplinario, que hayan lugar, oficiándose al efecto.
4. Finalmente, de conformidad a los artículos 173 y 175 del Código procesal penal, remitir los antecedentes a la Fiscalía Regional competente del Ministerio Público para que indague la existencia de eventuales ilícitos ocurridos, que se pudieren revestir caracteres de delito, oficiándose al efecto.
Atentamente,
HUGO GUTIÉRREZ GÁLVEZ
DIPUTADO DE LA REPÚBLICA
REGION DE TARAPACÁ
Iquique, a 05 de julio de 2013.
REF.: 109/2013