El miércoles 4 de marzo, en horas de la tarde, en una de sus oficinas privadas, el ejecutivo del Grupo Penta, Carlos Alberto Délano, se reunió con asesores comunicacionales y gente cercana. Tenía decidido, al día siguiente, hacer una declaración a la prensa, en medio de las audiencias de formalizaciones por delitos financieros y tributarios, para salir al paso a la grave situación que atraviesa él y otros directivos del consorcio empresarial. La idea central era instalar una definición que lo hiciese aparecer como un empresario eficiente y defender a Penta. Nada de reconocer delitos. Un par de horas antes, el otro alto ejecutivo formalizado, Carlos Eugenio Lavín, había hecho lo propio al hablar brevemente con los periodistas para lanzar llamativas frases.
La táctica mediática seguida por ambos, aprobada por sus asesores y ejecutivos del grupo financiero, definió no aceptar frente a la prensa y por lo tanto ante la ciudadanía, ninguna responsabilidad en ninguno de los ilícitos que se les imputan; victimizarse, relevar la labor de Penta y la de ellos mismos, mostrarse molestos y lograr instalar frases golpeadoras.
Terminada la primera jornada de formalizaciones, Lavín salió con palabras exculpatorias, victimizadoras y de auto elogios. Dijo que las acusaciones y antecedentes de los fiscales “nos presenta como una mafia, como si nosotros fuéramos Al Capone o algo parecido”. Enfatizó: “No soy ningún mafioso”. Y se autoproclamó: “He sido un empresario bastante notable”.
La tarea comunicacional estaba hecha. Y consiguió que su frase fuera la portada de La Tercera.
El turno de Délano llegó el jueves 5 de marzo. Antes de entrar a la sala donde era formalizado, el jefe del Grupo Penta, antiguo “samurái” de Sebastián Piñera y benefactor financiero de la Unión Demócrata Independiente (UDI), se fue contra el fiscal Carlos Gajardo quien había afirmado que el consorcio financiero era “una máquina para defraudar al Fisco”. El “Choclo” Délano contestó que Penta “era una máquina cuyo corazón ha latido para crear empleos, educación, salud, bancos, seguros, proyectos inmobiliarios para miles de personas. Empresas Penta es una máquina para dar trabajos y aportar al progreso de Chile”.
También de la victimización al auto elogio. A decir de Délano y Lavín, son un ejemplo como empresarios, no son mafiosos, contribuyeron al bienestar de los chilenos y nadie los puede comparar con Al Capone.
En la táctica mediática ambos, junto a sus asesores, decidieron no expresar ante la opinión pública ni una sola palabra respecto a que están acusados de delito tributario, soborno, e incluir en su contabilidad boletas de honorarios falsas. Tampoco sobre el millonario financiamiento de campañas de personeros de la UDI, materializado en base a pago de honorarios a diversidad de personas que nunca prestaron los servicios declarados.
Las reuniones con funcionarios y asesores fueron privadas. Por eso se mantiene la incertidumbre –aunque un periodista twitteo que el asunto sigue en pie- respecto a si el ex Ministro de Patricio Aylwin, Enrique Correa, con equipos de su empresa Imaginacción, continúa asesorando comunicacionalmente a Carlos Alberto Délano y a Carlos Eugenio Lavín.
Esto, porque a fines del año pasado, cuando se desató el caso Penta, varios medios de prensa informaron que Correa había sido contratado para asesorar a los directivos del grupo. Uno de los personajes que se mencionó como parte del apoyo a los ejecutivos, es el ex jefe de comunicaciones de La Moneda en el primer gobierno de Michelle Bachelet, Juan Carvajal. No deja de ser sensible que el hijo de Enrique Correa, Carlos Correa, actualmente sea el subdirector de la Secretaría de Comunicaciones (Secom) de La Moneda.
También se mencionó que la consultora en comunicaciones Extend, de Marilú y Pilar Velasco, hijas del ex Ministro Belisario Velasco, también habría hecho asesoría a la gente del Grupo Penta, sin que ahora se sepa a ciencia cierta si eso continúa. En una nota de El Mostrador, Pilar Velasco dijo en 2014 que “no podemos confirmar ni desmentir” si asesoraban a Délano y a Lavín.
Lo que es seguro, es que los acusados y formalizados directivos del grupo financiero ligado a la derecha del país, están contando con asesoría comunicacional y desde ahí se estableció la táctica mediática que están siguiendo.
Por cierto, hasta el cierre de esta edición, eso no contemplaba responder preguntas de la prensa ni realizar encuentros con los medios de comunicación.
En todo caso, a la táctica mediática se sumaron algunos factores que juegan en contra. Por ejemplo, la abogada del Consejo de Defensa del Estado, María Inés Horwitz, parafraseó a Carlos Alberto Délano y sostuvo que “el señor Délano dice que Penta ha dado trabajo, bueno, las organizaciones de narcotráfico también generan trabajo”. Bárbara Figueroa, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), twitteo sobre la “máquina de hacer empleos” que “los trabajadores no somos escudo para defender actividades fraudulentas”.
Seguramente molestó mucho a Délano y Lavín el titular y nota del diario británico The Guardian, “Godfathers of Chilean right charged with tax fraud, bribery and money laundering”, que definió a los directivos del Grupo Penta, como “los Padrinos de la derecha chilena” y “herederos políticos de Augusto Pinochet, acusados de llevar una máquina para defraudar al Estado con el uso de más de mil documentos falsos”. A propósito de Al Capone, se sumó lo de Padrinos.
Todo hace suponer, por lo demás, que la batalla mediática seguirá siendo parte de todo el proceso de ilícitos e irregularidad en el caso Penta.
Fuente: Reporte