Consecuente con su histórica tradición de asilo, el gobierno uruguayo recibió hoy domingo, en su territorio, a seis personas que permanecían presas en la cárcel norteamericana de Guantánamo.”…Hemos ofrecido nuestra hospitalidad para seres humanos que sufrían un atroz secuestro…”señaló el presidente José Mújica el pasado viernes, en una carta dirigida a su colega estadounidense Barak Obama.
Al anunciar la llegada de los refugiados, la cancillería uruguaya expresó en un comunicado que «El gobierno de la República Oriental del Uruguay mantendrá respecto a ellos el más estricto apego a las normas de protección internacional humanitaria, de acuerdo a su solicitud de refugio».
Los presos llegaron al territorio uruguayo en un vuelo sanitario del gobierno de Estados Unidos. Cinco de ellos fueron al Hospital Militar y uno, que está más delicado, fue internado en el Hospital Maciel. El vicecanciller Luis Porto fue quien coordinó todo el operativo.
Los presos que arribaron son: Mohammed Tahamatan, palestino de 35 años; Abu Wael Dhiab, sirio de 43 años, Abd Hadi Faraj, sirio de 39 años; Ali al Shabaan, sirio de 32 años, Ahmed Adnan Ahjam, sirio de 36 años; y un tunecino cuya identidad se desconoce. Todos ellos estuvieron detenidos en Guantánamo desde 2002 sin juicio luego de que fueron hechos prisioneros en Pakistán. Y todos ellos fueron declarados como «liberables» por ser considerados de baja peligrosidad.
Por su parte, el Departamento de Defensa de Estados Unidos emitió un comunicado en el que afirma que «Estados Unidos está agradecido al Gobierno de Uruguay por su voluntad de apoyar los continuos esfuerzos de EE.UU. para cerrar las instalaciones de detención en la Bahía de Guantánamo».
La cárcel que los norteamericanos mantienen como enclave en Cuba, ha constituido un verdadera afrenta para los defensores de los derechos humanos de todo el mundo, no sólo porque está instalada por la fuerza en un territorio que no les pertenece, sino porque allí se han realizado las más atroces vejaciones a los prisioneros, muchos de los cuales ni siquiera han sido sometidos a juicios regulares.
Al explicar las condiciones en que los hoy ex presos estarán en Uruguay, el presidente Mujica advirtió que serán objeto de toda la solidaridad que su pueblo sabe brindar, y que podrán irse del país cuando lo deseen. Ya que el mandatario no acepto la imposición que deseaba establecer el gobierno norteamericano en el sentido que los liberados no podían moverse de Uruguay por lo menos durante dos años.