Piñera sigue sin entender un bledo de lo que pasa en Chile. En vez de dar un patriótico paso al costado, comportamiento que lo haría pasar a la historia como el pacificador de Chile, insiste en el enfoque represivo contra una revuelta popular que, por definición, no puede ser controlada por ese expediente.
Es así que, con la retorcida retórica que lo caracteriza, anunció Acuerdo por la Paz, la Democracia y Contra la Violencia que incluye un proyecto de ley que permitirá a las Fuerzas Armadas desplegarse en la protección de infraestructura crítica y servicios públicos, sin necesidad de decretar Estados de Emergencia Constitucional; o sea, baypaseándose al Congreso:
«Confiando que en momento tan difíciles como los que hemos vivido vamos a tener el apoyo de las distintas fuerzas políticas, quiero informar: la próxima semana, vamos a enviar al Congreso Nacional un proyecto de ley que va a permitir a nuestras Fuerzas Armadas, sin necesidad de establecer estado de excepción constitucional, sin restringir las libertades y los derechos ciudadanos, poder colaborar en la protección de la infraestructura crítica de nuestro país. Por ejemplo: todo el sistema de abastecimiento eléctrico, todo el sistema de abastecimiento de agua potable y muchas otras infraestructuras críticas, incluyendo lo que es las infraestructuras policiales, de manera de garantizar el buen funcionamiento de estos servicios básicos, que son vitales para la calidad de vida de las personas».
Ni el subconciente de piñera quiere a Piñera. pic.twitter.com/HkGYOczIsm
— Hernán (@hernan_sr) November 24, 2019
Lo que espera con esta medida cortoplacista, que en el mejor de los casos, tomaría meses para su aprobación en el parlamento, es «liberar un significativo número de Carabineros para que resguarden el orden público».
Escogió para ese anuncio, la Escuela de Suboficiales de Carabineros, donde compartió con efectivos de la institución y de la Policía de Investigaciones y les dio un mensaje de apoyo a 749 suboficiales que realizarán labores de orden y seguridad en las calles.
Estuvo acompañado de los Ministros de Interior, Gonzalo Blumel, de Defensa, Alberto Espina y de la Secretaría General de Gobierno, Karla Rubilar, además del Director General de Carabineros, Mario Rozas.
Partió con sus típicas frases cliché:
“La Paz, el Orden Público y la Seguridad de los ciudadanos, son elementos claves para que Chile progrese y para que las familias chilenas mejoren su calidad de vida y logren mejores niveles de felicidad”,
Inmediatamente después, señaló que en los próximos 60 días se incrementará en 4.354 el número de Carabineros y Policías que resguardarán el orden y la seguridad del país:
“Nuestro gobierno reconoce y apoya la difícil y abnegada labor que cumplen nuestros policías todos los días, arriesgando sus propias vidas e integridad física, para proteger nuestras vidas, nuestra integridad física y nuestras libertades y derechos como ciudadanos”.
La siguiente es una muestra de la abnegada labor que Piñera avala de manera irresponsable y otorga carta blanca
https://youtu.be/EBlRm9lj4mo
En su opinión, «se necesita un gran Acuerdo por la Paz y contra la violencia que comprometa a las Policías, Fiscales y Jueces, además del gobierno, el poder legislativo y la ciudadanía».
Para eso, llamó al Congreso a aprobar una serie de proyectos de ley que «modernizan» Carabineros y endurece penas a quienes saqueen y realicen barricadas, así como a encapuchados:
“Reitero la convocatoria a todos los sectores dispuestos a colaborar para que aporten, sean parte, impulsen y se comprometan con este gran acuerdo por la paz y contra la violencia”.
Evidentemente, Piñera no se ha percatado que la violencia policial y la violación de derechos humanos como política de Estado, están entre los factores que han radicalizado las protestas, y las han prolongado en el tiempo, hasta asombrosos 38 días, al lunes 25 de noviembre, fecha en que comienza una nueva huelga general convocada por la Mesa de Unidad Social.
Peor aún, profundiza esa mirada equivocada:
“Junto con lamentar profundamente las muertes que hemos debido enfrentar, los civiles que han sido heridos y lesionados, también quiero lamentar y con la misma fuerza el hecho que hoy día hay 2.171 carabineros heridos o lesionados“.
Con el enfoque represivo, el número de civiles y uniformados heridos no puede sino aumentar.
Luego, endilgó nuevos anuncios centrados en el enfoque represivo:
“Quiero pedir respetuosamente, pero también encarecidamente, al Congreso que nos permita apurar y enriquecer leyes fundamentales para poder garantizar la paz y el orden público. Como la ley que moderniza a Carabineros, como la ley que fortalece nuestro sistema de inteligencia nacional, como la ley que establece un estatuto de protección para nuestras policías, como la ley que nos permite perseguir con mayor eficacia a los encapuchados, los saqueadores, los que construyen barricadas”.
Además, dio a conocer medidas efectistas pero ineficaces, como asesorías a Carabineros de parte de las policías de Inglaterra, España y Francia.
Con aquella apelación de que confía en que «en momento tan difíciles como los que hemos vivido vamos a tener el apoyo de las distintas fuerzas políticas», espera dividir a la oposición.
Y como cabía esperar, el sector de derecha de la democracia cristiana anunció su inmediato respaldo, partiendo por el presidente, Fuad Chahín:
“Creemos que el control del orden público es prioridad, que si es necesario que personal del Ejército, sin limitar ningún tipo de derecho ni de desplazamiento, puedan resguarda infrastructura crítica, creo que hay que evaluar esa posibilidad de todas maneras para liberar a Carabineros”.
Sin embargo, en la DC hay más de una opinión. El senador Francisco Huenchumilla afirma que la medida es inconstitucional:
“El proyecto de ley anunciado por el Presidente Piñera para que las FFAA, sin decretar Estado de Emergencia, puedan resguardar infraestructura critica, a mi juicio es inconstitucional. No puede hacerse por ley. No juguemos a los resquicios o a la letra chica”.
La tesis de la inconstoitucionalidad también fue sostenida por el diputado René Saffirio, independiente ex-DC:
«Entregar facultades policiales a FFAA es inviable.Requiere reforma art.101 Constitución que entrega dicha función SOLO a Carabineros-PDI y debe reformarse con 2/3 diputados y senadores en ejercicio.Sorprende improvisación y desproligidad ante crisis».
El diputado Hugo Gutiérrez rechazó la iniciativa de plano:
«Piñera optó por la guerra contra el Pueblo de Chile, declarando al país en Estado de Excepción permanente con los militares en la calle, pero para ello requiere la complicidad del Congreso Nacional. ¡Me niego! Votaré en contra de ese proyecto».
“El problema sigue siendo político, no militar. En un contexto de impunidad y vulneración sistémica de los derechos humanos pretender entregar poder a las fuerzas armadas es no solo un error político sino una medida criminal”, dijo la presidenta de RD, Catalina Pérez.
La diputada Claudia Mix del Partido Comunes, señaló:
«Con esto el presidente otra vez pone bencina al fuego al buscar sacar a los militares a la calle sin declarar estado de excepción para apoyar a Carabineros- Estos no están preparados para labores de orden público. Es una tremenda irresponsabilidad”.
El diputado Marcelo Díaz (PS), coincidió con ese argumento:
«No hay ningún espacio ni corresponde discutir un proyecto de ley que permita que las Fuerzas Armadas se involucren en materia de seguridad. Las FF.AA. no están capacitadas, no tienen formación, no tienen competencias profesionales para colaborar de acuerdo al orden público. Va a ser una suerte de mayores problemas. Las FF.AA. no están preparadas para mantener el orden público, porque no es de su escencia ni de su naturaleza».
El ex-diputado Sergio Aguiló ironizó:
«Hasta ahora, los principales ataques brutales contra la infraestructura vital, como son las instalaciones de agua potable y luz eléctrica, la han cometido delincuentes de cuello y corbata como son los dueños de ESSAL y ENTEL, que dejaron sin agua a Osorno y sin luz a RM!!»
No se necesitan dotes adivinatorias para anticipar que difícilmente el proyecto de Piñera pasará la vara del Congreso, constituyendo así un nuevo y notorio error.