En Bolivia, la policía y las fuerzas militares mataron al menos a cinco manifestantes a favor de Evo Morales e hirieron a docenas de personas el martes.
Se trata de, al menos, la segunda masacre contra los partidarios de Morales desde que el presidente boliviano fue derrocado, en lo que él llama un golpe militar.
La masacre del martes ocurrió en la ciudad de El Alto, cerca de la capital, La Paz, donde los manifestantes habían estado bloqueando una importante planta de combustible durante días. La policía y las fuerzas militares desplegaron helicópteros y vehículos blindados en el lugar de la protesta.
Los testigos dicen que una unidad militar abrió fuego contra los manifestantes, matando al menos a cinco jóvenes.
El familiar de una de las víctimas dijo:
“Los que estaban atrás se lo llevaron y lo arrastraron hacia adentro. ¿Qué van a hacer con él ahora? ¿Lo van a hacer desaparecer? Ahora dicen que no hay muertos. Hay personas muertas. Sus hermanos están aquí. Hay personas muertas. Lo atravesó una bala y los médicos dicen que probablemente vaya a morir. Y la prensa no dice nada. Dice que no hay enfrentamientos”.
Los asesinatos del martes se produjeron después de la masacre del viernes cerca de Cochabamba, donde las fuerzas de seguridad mataron al menos a nueve partidarios de Morales.
Todo esto sucede mientras Alemania se ha asegurado el acceso a la vasta reserva de litio de Bolivia, una materia prima clave para la producción de baterías para teléfonos celulares y automóviles eléctricos.
Poco antes de su derrocamiento, Evo Morales dijo que planeaba cancelar el acuerdo con Alemania. Pero el gobierno derechista de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez ahora dice que seguirá adelante con el acuerdo minero. La región boliviana de Potosí alberga más del 50% de las reservas de litio del mundo.
Fuente: Democracy Now