¿Puede el derecho de alguien a tener sus muros limpios, desencadenar un asesinato a sangre fría como el que ocurrió ayer? La respuesta normal sería que por ningún motivo. ¿Qué lleva a un hombre a creer que tiene derecho de vida por sobre su derecho a la propiedad?, lamentablemente esta Constitución. ¿Estaremos exagerando?, veamos.
En el último Informe de Desarrollo Humano del PNUD 2015, se presenta como resultado que la sociedad chilena vive un proceso importante de politización, politizar en tanto querer transformar la sociedad que se vive, concepto que no tiene nada que ver con la política institucional que gracias al empate político pinochetista está fuertemente castigada.
“Esa disputa sobre aquello que puede y debe ser socialmente decidido es lo que este Informe llamará “politización”. En este sentido, “politizar” consiste en transformar (o intentar transformar) en político un asunto que antes no lo era. La idea remite a una distinción conceptual fundamental para este Informe: la existente entre lo político y la política (ver Parte 2). Lo político se refiere a todo aquello que en una sociedad se establece como susceptible de ser decidido colectivamente. La política es la expresión institucional de un determinado estatus de la definición de lo político. Lo político trasciende la política, pero también la contiene, y por eso tiene sentido la expresión “politizar la política””.
¿Cuál es el reclamo que está detrás del asesinato de los dos estudiantes?, que la vida no tenga el mismo valor que la propiedad privada. Que el sistema neoliberal impuesto a sangre y fuego en Chile, y que además no se ha podido cambiar todos estos años por distintas razones y por diferentes niveles de responsabilidad o negligencia de parte de la política institucional, ha generado ciudadanos que no son ciudadanos, sino defensores estilo far west de su metro cuadrado. ¿Es esa la sociedad que queremos mantener?, ¿tenemos derecho a querer cambiarla?, pues me atrevo a decir que sí.
Así, puede la política institucional decir que este hecho es sólo un hecho delincuencial?, claro que puede. El tema es que son jóvenes que participaban en una marcha que quiere cambios políticos, uno de ellos es además un joven militante comunista. Y el reclamo esgrimido de quien disparó, es la defensa de su propiedad.
Ayer el diputado Felipe Kast, reaccionó muy mal ante la crítica al derecho a la propiedad que hizo un senador. Y reacciona mal porque cree que saltó lejos el maní, porque cree que no existe el derecho de poner en duda valores hasta hace poco, intocables y sacrosantos.
Me pregunto ¿está saltando lejos el maní?, por supuesto que sí. Y con toda la razón. El día de mañana trataremos el tema de las pensiones de nuestros adultos mayores que hoy, muchos deben trabajar en lo que sea para poder sobrevivir. ¿Esa es la sociedad que queremos?, son demasiados los cambios, y más urgente realizarlos. La dictadura llegó el año 1973. La democracia tutelada en 1990. Recién hace un par de días se ha cambiado el sistema electoral cuya promesa es permitir que otros ciudadanos empoderados por el pueblo cambien lo que la dictadura impuso. Lleva Chile 42 años dentro de una camisa de fuerza, y esa camisa de fuerza ha deslegitimado a todos los señores y señoras que han ingresado a la institucionalidad, para disculparse por la imposibilidad de realizar los cambios.
Ahora, la posibilidad de definir qué país queremos, ¿pasa por cambiar la Constitución?, gracias a la UDI, a Jaime Guzmán y a la derecha, pasa por eso. Claro que sí.
Fuente: El Quinto Poder