La tarde del viernes, una universitaria llegó acompañada de sus tíos a una estación de servicios de Petrobras en Arica. Al estacionar el vehículo, el tío fue hacer la fila al cajero automático, quedando ella con su tía al interior del móvil. La joven no tenía como saber que instantes después se convertiría en el blanco de un sacerdote en su día de furia.
Una insólita y violenta situación vivió una joven universitaria (23) la tarde del viernes, cuando llegó con sus tíos a la estación de servicios Petrobras, ubicada en Avenida Velásquez y fue agredida con los puños por el Sacerdote de la Iglesia Sagrado Corazón, Mario Maldonado (46).
Aún nerviosa por la sorprendente situación vivida, la víctima de la agresión, decidió romper su silencio y contar lo sucedido, por la serie de rumores frente a este hecho.
La joven relata que el viernes cerca de las 18 horas, ella junto a unos tíos llegaron a la estación de servicios Petrobras de la Avenida Velázquez. En el lugar, luego de estacionar el vehículo, su tío se bajó al cajero automático. Ella y su tía se quedaron en el auto. Al rato se empiezan a escuchar bocinazos que venían de un vehículo que estaba detrás de ellos, presumiendo que era alguien que se quería estacionar. Los bocinazos llamaron la atención de la gente que a esa hora se encontraba en el lugar.
La víctima cuenta que Maldonado les pidió a gritos que sacaran su auto, porque el quería estacionarse en el lugar. La joven con su tía no entendiendo mucho la situación le explican que no podían sacar el auto, porque no sabían manejar, que pronto vendría el conductor que estaba en el cajero. Todo esto con buenas palabras y en ningún momento insultando, ni nada por el estilo, deja en claro la joven
“El tipo se alteró demasiado. Como vi la reacción, preferí bajarme del auto e ir a buscar a mi tío. Le expliqué (al tío) que un caballero me estaba insultando por lo del auto, me dice que le cuide el lugar en la fila del cajero. Sale y le explica al caballero que esperara un momento que venía enseguida, haciéndole ver que tenía otro espacio donde se podía estacionar. Mi tío volvió al cajero y yo me subí al auto. Cuando subí, este tipo prendió su auto y lo movió como queriendo atropellarme. Me subí rápido y tomé mi celular. El tipo seguía tocando la bocina y se juntó más gente y todos empezaron a mirar”.
Combos
En un momento de distracción, cuando ambas mujeres estaban en la parte de atrás de su auto, Mario Maldonado se acercó por la ventana izquierda
“No nos dimos cuenta cuando apareció el tipo a mi izquierda y me quita el celular, como tirándomelo. Como pude, se lo quité gracias a la ayuda de mi tía. Ahí el tipo me empezó a pegar combos, me quería pegar en la cara, me tapé la cara y mi tía se metió para que el tipo no me siguiera pegando. El reclamaba, porque no quisieron sacar el auto. Este hombre me siguió pegando, pero como me cubrí la cara, los golpes me llegaron en los brazos y en la piernas. Quedé con moretones … como mi tía le afirmaba las manos, para que no me siguiera pegando, los golpes también le llegaron a mi tía” señaló.
La joven señala que todo (la agresión) ocurrió cuando su tío estaba en el cajero y que la propia gente que estaba en el lugar, trató de impedir la agresión “la gente trato de impedir que este tipo me siguiera pegando y como se vio acorralado por la gente -que no se como apareció-, se metió al auto lo antes posible y subió los vidrios. Yo me bajo del auto llorando por los golpes que recibí y mi tío me pregunta que era lo que había pasado, le conté y todos (la gente) le dijeron que me había pegado. La gente le golpeaba el auto para que saliera y el tipo no queriendo aceptar lo que había hecho, encendió el motor del auto y quería chocar el auto de mi tío, la gente evitó que esto sucediera” indicó.
Carabineros
Carabineros llegó al lugar e hicieron bajar a Maldonado de su auto, llevándolo inmediatamente a la Primera Comisaría, en tanto la joven agredida, fue escoltada hacia el hospital local, donde se le constató lesiones, las que fueron de carácter leve, manifestando moretones en brazos y piernas.
La joven se impacta al recordar, pues ella nunca supo que su agresor era un sacerdote, se enteró después “es insólito que algunos medios de comunicación digan que la iglesia se ha disculpado, yo no he hablado con nadie, es más este tipo, en la noche cuando lo dejaron libre, tuvo la oportunidad de disculparse conmigo, pero aún así no reconoció nada. De hecho dijo que yo le había pegado… es un hombre que me dobla la edad y el peso, porque esta persona es enorme comparada conmigo… ojalá pudiéramos ver las cámaras de seguridad de la estación de servicios, ahí se podrá ver que yo jamás salí del auto, es más, él aprovechó que yo estaba adentro para pegarme”.
Querella
A pesar de todo lo vivido y tal vez querer olvidar este episodio y dar vuelta la página, esta joven anuncia que agotará todas las instancias para que se haga justicia, pues el hecho quedó en nada y su agresor no fue sancionado ni formalizado:
“Independiente que esta persona sea una autoridad o de la iglesia, tiene que ser tratado como cualquier delincuente, porque un maltrato a una mujer se debe denunciar. Decidí no quedarme callada, aunque yo no lo hice público, ni llamé al diario, ni informé lo que me había pasado. Agradezco a la gente que estuvo en ese momento y que pudo parar a este hombre, que me siguiera pegando. Claramente voy a querellarme y a seguir haciendo pública esta situación para que este hombre no siga dentro de la iglesia, porque considero que esta persona es una amenaza para niños y para personas más débiles, porque para predicar sobre le amor de Dios hay que actuar con el ejemplo” sentenció.
Redes Sociales
A pesar que en un principio no se entendía mucho lo sucedido, por falta de información, a través de las redes sociales, se apreció rechazo a la actitud de sacerdote y apoyo a la joven, incluso hubo testigos del hecho:
-Dino Toledo Reyes:
“Me tocó ver esa agresión. La persona enfurecida, un hombre de mediana edad, corpulento, que manejaba una 4 x 4 tocaba insistentemente la bocina, al parecer para que le dieran el lugar para echar aire a los neumáticos, y como no le hacían caso, se bajó del vehículo y a través de la ventanilla del otro auto, golpeó a una mujer, que, al bajarse llorando, se pudo observar que era una niña joven.Todo esto provocó dura reacción de los presentes que llamaron a Carabineros”.
-Isabel Margarita Cofré Espinoza :
“Conozco a la joven que fue agredida, una muchacha universitaria, tranquila, de buenos modales. Fue agredida de forma violenta sin haber dicho una palabra. Al parecer el agresor estaba descontrolado y no encontró mejor manera de desquitarse. A todas luces él tenía un problema y ella tuvo el infortunio de encontrarse en su camino”.
-Claudia Andrea Liendo Umaña:
“Este caballero actuo cobardemente. Agrediendo a una jovencita sin razon alguna. Solo por el echo de obstaculizarle el paso de su auto. Si no es por intervencion de los bomberos de petrobras y las personas que ayudaron este señor habria seguido agrediendo a la joven. Que se aplique toda la ley y el sobre todo el castigo de la gente al que se supone es un servidor de Dios”.
Apoyo del Sernam
La directora regional del Servicio Nacional de la Mujer, Jacqueline Castillo Roblero, condenó la violencia que vivió la joven por parte del sacerdote, ya que como Sernam “trabajamos en visibilizar las distintas formas de violencia contra las mujeres, las que además repudiamos, independiente de quien las ejerza”.
La autoridad además confirmó que ya tomaron contacto con la joven agredida y que la abogada encargada de femicidios y delitos de violencia extrema del Sernam acompañará este lunes a la mujer a la Fiscalía para realizar las gestiones correspondientes.
Asimismo, la directora dijo no entender ni compartir el tratamiento que se le entregó a las informaciones publicadas en los medios de comunicación locales, en los que se habló de una “supuesta agresión contra una mujer”, siendo que el agresor fue detenido por Carabineros, existió una denuncia en su contra, la mujer constató lesiones por la agresión, hubo testigos del hecho e incluso la misma Iglesia informó de la suspensión del ministerio sacerdotal del religioso, señalando haber tomado conocimiento de los lamentables hechos vividos por la mujer comprometiéndose de igual forma a tomar contacto con la víctima para expresar su solidaridad, ofrecer apoyo, y pedirle perdón por el daño causado.
La directora resaltó que el lenguaje construye realidades, “y en eso todos y todas tenemos responsabilidad”, por lo que hizo un llamado a denunciar todo tipo de violencia contra las mujeres.
Mientras la víctima anuncia acciones legales, el sacerdote fue suspendido de sus funciones por decisión del Obispo de Arica quien repudió el hecho. En tanto, en la causa, Maldonado no fue formalizado, quedando apercibido al articulo 26 y en libertad.
Sancionaron a sacerdote
El obispado de Arica se ha referido a la denuncia de una mujer que fue presuntamente agredida por un sacerdote, la tarde de ayer en un servicentro Petrobrás, ubicado en Velásquez.
Sobre el tema han comunicado lo siguiente: «El obispado de Arica tomado conocimiento de la participación del sacerdote diocesano Mario Maldonado Pizarro en una agresión física a una mujer, episodio ocurrido este viernes 1 de abril en un espacio público de la ciudad.
El obispo diocesano, Mons. Moisés Atisha, quien se encuentra fuera de la diócesis para participar en la 111ª Asamblea Plenaria del Episcopado, ha reaccionado con estupor frente a este inexplicable suceso, frente al cual ha expresado su categórico rechazo.
Aún sin poder conocer detalles de la situación, Mons. Atisha ha dispuesto que el mencionado sacerdote temporalmente no ejerza públicamente su ministerio.
A través del Vicario General de la diócesis se ha procurado tomar contacto con la persona agredida para expresarle la solidaridad y cercanía de la Iglesia, pedirle perdón por el daño causado, informar las disposiciones que se están tomando y ofrecer su disponibilidad y apoyo.
Mons. Atisha ha expresado que nunca la violencia es camino. Y que “en este caso particular la situación es particularmente grave, tratándose de una mujer la persona violentada y siendo el agresor un sacerdote, persona llamada a ser signo del amor de Dios y de su paz”.