Uno de los frentes más debatidos entre los candidatos presidenciales ha sido la reforma tributaria planteada por Michelle Bachelet, sobre todo la eliminación del Fondo de Unidades Tributables (FUT), oscura figura que la derecha y el empresariado han defendido tenazmente como el motor del crecimiento económico, y que para otros es una herramienta de elusión tributaria que está en la raíz de la desigualdad de nuestra sociedad. Se trata de un sistema desvergonzado que juega sus descuentos.
Hace un par de semanas, la candidata presidencial de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, entregó los detalles de su propuesta de reforma tributaria, con la que espera recaudar 8.200 millones de dólares, equivalentes al 3,01% del Producto Interno Bruto (PIB), nuevos fondos con los que se espera financiar las urgentes políticas sociales que Chile requiere, principalmente en materia de educación y salud públicas.
Uno de los puntos claves de esta reforma es la eliminación del Fondo de Utilidades Tributables (FUT), un tema tan importante como confuso, que si bien es prácticamente desconocido para la mayoría de los chilenos, entre los entendidos ha generado un encendido debate, existiendo visiones contrapuestas respecto a los efectos que esta medida puede tener para la economía.
Sin embargo, la necesidad de una reforma tributaria no está bajo cuestionamiento. El economista Hugo Fazio calificaba, en un ensayo sobre la materia del año 2010, al sistema tributario chileno como “profundamente regresivo”:
“El 10% más rico de la población –señaló en 1998 el Centro de Economía Aplicada de la Universidad de Chile- sólo tributa un 11,8% de sus ingresos, mientras el 10% más pobre paga el 14,4% de los suyos en impuestos. Esta situación, en lo fundamental, no se ha modificado”.
“En Chile, los impuestos indirectos, o sea aquellos que cancela el conjunto de la población, son lejos los predominantes, representando más de un 75% de los ingresos tributarios totales. La regresión extrema en esta materia se produjo en los años de dictadura, a causa de las reformas tributarias de 1974 y 1984, que privilegiaron el pago de impuestos sobre el consumo… En los gobiernos de la Concertación esta situación mejoró, pero en niveles absolutamente insuficientes”, señalaba el economista.
En el anuncio de Michelle Bachelet, sin embargo, queda claro que esta reforma será mucho más ambiciosa que la de los gobiernos anteriores, incluido el ajuste realizado en septiembre pasado por la administración de Sebastián Piñera. De esta forma, la candidata detalló que los objetivos de la reforma son aumentar la carga tributaria para financiar, con ingresos permanentes, los gastos de la reforma educacional que se propone, además de otras políticas del ámbito de la protección social, así como financiar el déficit estructural en las cuentas fiscales que heredaría del actual gobierno.
Además, sostuvo que se busca avanzar en equidad tributaria, haciendo que los que ganan más hagan un mayor aporte, buscar que los ingresos del trabajo y del capital tengan un tratamiento similar, además de introducir nuevos mecanismos de incentivos al ahorro e inversión y avanzar en medidas que disminuyan la evasión y la elusión.
En ese sentido, destaca el aumento de los impuestos a las empresas de un 20 a un 25%, así como la eliminación del Fondo de Unidades Tributables (FUT), medida que ha sido calificada como «lo más radical de su propuesta tributaria».
La candidata señaló al respecto:
“El FUT fue un instrumento instaurado por el ministro Hernán Büchi con una situación en el país muy distinta a la que vivimos hoy. El FUT es un mecanismo que no existe en ninguna parte del mundo y su creación obedeció principalmente a un momento histórico preciso donde había restricciones financieras que las empresas enfrentaban en los años 80. Hoy, 30 años más tarde, las condiciones institucionales y financieras nos permiten eliminar ese mecanismo por otros más modernos que incentiven la inversión y no la elusión”.
De ahí que se plantee reemplazar al FUT por un mecanismo de depreciación inmediata, esto es, que los dueños de las empresas deberán tributar por la totalidad de las utilidades y no sólo sobre las utilidades retiradas, como sucede actualmente.
¿Qué es el FUT?
Definido por el Servicio de Impuestos Internos (SII) el FUT es un libro de registro en el cual se anotan las utilidades o pérdidas de los negocios generados por las empresas que declaran impuesto a la renta de primera categoría (actividades industriales, comerciales, agrícolas, prestaciones de servicios, extractivas, entre otras), por la renta efectiva que demuestren, según contabilidad completa.
Su reglamentación está contenida muy escuetamente en el Art. 14, letra A) Nº3 de la Ley de Impuesto a la Renta.
Como señalaba la candidata, dicha Ley de Impuesto a la Renta fue concebida el año 84 por el entonces ministro de Hacienda, Hernán Büchi. A partir de esa fecha, (mediante la Ley 18.293) nace un nuevo sistema que consiste en que los propietarios de las sociedades de personas y empresarios individuales deben empezar a declarar impuesto global complementario sólo por los retiros que efectúen desde sus empresas (esto es lo que se denomina tributación sobre base percibida).
En consecuencia, se hace necesario llevar un control de estos retiros, razón por la cual el SII en el año 1985 crea el registro de renta líquida imponible y de las utilidades tributables. Posteriormente, la ley 18.985 de 1990 reconoce la existencia del FUT.
Con este nuevo sistema, si bien las empresas de primera categoría deben declarar impuestos por la renta efectiva que se haya devengado (tributación sobre base devengada), demostrada según contabilidad completa, en la medida que los dueños de la empresa no retiren utilidades no deben pagar impuesto global complementario o adicional.
Por otra parte, el Impuesto de Primera Categoría que paga la empresa (con tasa 20% año comercial 2011, que corresponde al año tributario 2012) no se pierde a favor del Fisco, pues este tributo les sirve a los dueños de las empresas para pagar su impuesto Global Complementario o adicional; es decir es un crédito, el cual incluso se puede devolver.
El punto es que junto con cumplir su meta original, se comenzaron a generar una serie de vicios como la creación de sociedades y fondos de inversión cuyo único objetivo era registrar las utilidades como reinversión y evitar que pagaran el impuesto a las personas. Además, las remesas que quedaban en el FUT podían ser reinvertidas en negocios en el exterior, sin necesidad de remesar hacia Chile, con lo que el SII perdía facultad fiscalizadora.
Según cifras del SII, a la fecha hay unos US$247.000 millones acumulados en el FUT. Este monto implica impuestos pendientes de pago (crédito a dueños de empresas) por unos US$50.000 millones. Para Michel Jorrat, asesor en materia tributaria de Michelle Bachelet, las utilidades acumuladas en el FUT estarían en torno a $64.732.070 millones, equivalentes a US$138.257,3 millones.
Resistencia empresarial
Revisando los medios, nos encontramos con que este último tiempo se ha dado una cobertura extremadamente parcial en torno al tema. En El Mercurio, por ejemplo, se ha publicado de forma sucesiva la opinión de los empresarios, cuyo rechazo a la reforma ha sido unánime, siendo el principal argumento que cualquiera modificación al FUT tendrá un impacto negativo en la inversión.
En una carta al mismo diario, el martes 11 de junio de 2013, Julio Dittborn, ex presidente de la UDI y reemplazante temporal del ministro de Hacienda, Felipe Larraín, daba su opinión sobre el FUT, respondiendo a las propuestas de los candidatos de la Concertación, «exceptuando a Velasco», quienes proponen que las empresas y personas tributen sobre base devengada (o percibida):
«Lo interesante del sistema actual -que sólo cobra impuestos a los socios de las empresas cuando se retiran o distribuyen utilidades- es que existe un poderoso incentivo para no retirarlas, es decir, para reinvertirlas, lo que sin duda ha contribuido al crecimiento del país”.
El economista Sebastián Edwards afirmó que “es una ingenuidad pensar que si se suben los impuestos no va a cambiar la inversión. Obvio que va a caer, porque está gobernada por la tasa de retorno al capital neto de impuestos, y si éstos suben va a haber menos inversión. Ahora, lo que no sabemos es de cuánto va a ser esa caída. Yo creo que no sería demasiado importante, pero obviamente que va a caer”.
En el mismo tono, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, señaló que el alza de impuestos tendrá un impacto negativo en la inversión y defendió el FUT:
“El FUT es un mecanismo que ha estimulado de forma importante la inversión en Chile. El término de éste sin duda que afectaría la inversión”.
Sin embargo, algunas voces disidentes han aparecido respaldando la moción de Bachelet. Por ejemplo, el miembro del Comité Central del Partido Comunista e integrante del equipo programático de la Nueva Mayoría, Patricio Palma, al recibir la propuesta de la candidata expresó:
“Hemos recibido con mucho placer los anuncios que hizo la ex presidenta en cuanto al monto total de recursos que son necesarios de obtener para llevar adelante su visión programática. Estamos hablando de una suma cercana a los 9.000 millones de dólares, que se corresponde con la cifra que nosotros hemos previsto que sería la necesaria para abordar este conjunto de tareas que están planteadas para el corto plazo”.
“La ex presidenta ha planteado que subirá el impuesto a la renta de primera categoría para las empresas de 20 a 25%, cuestión que nos parece perfectamente posible. Estamos hablando de una elevación de la recaudación tributaria que signifique alrededor de 3 puntos del Producto Interno Bruto. Eso se corresponde con el examen que hizo el conjunto de los partidos de la oposición respecto a reforma tributaria a fines del año 2011, donde se concluía que una cifra del orden de 3 puntos del PIB era suficiente para abordar las tareas principales”.
“Nosotros estamos de acuerdo con esa propuesta, que descansa sobre un criterio fundamental: que en Chile actualmente no pagan más impuestos los que más ganan proporcionalmente. Nosotros tenemos que invertir esa relación de manera tal que la igualdad sea mejor después de impuestos que antes de impuestos, como ocurre en Chile”.
“Para hacer eso está previsto terminar con algunos mecanismos del sistema tributario que son fuente de esta generación de desigualdad, y el criterio más importante es que las empresas tributen sobre la totalidad de sus utilidades y que quienes obtienen ingresos a partir de las ganancias de las empresas tributen también sobre la totalidad de los ingresos que las empresas les generan. Es decir, que termine el mecanismo del Fondo Único Tributario (FUT), que es fuente de una fuga de recursos de una extraordinaria magnitud para este país”.
“Terminando con el FUT y adoptando medidas para elevar un poco la tributación de las empresas, sumado a la reducción de los mecanismos de evasión y elusión tributaria se puede alcanzar a esta suma cercana a los 9.000 millones de dólares, necesaria para que las transformaciones que están planteadas a corto plazo puedan realizarse. Estamos hablando de cómo se financia la reforma educacional y cómo se financia una reforma al sistema de salud y otras”.
“En materia de reforma tributaria no hay ninguna razón para que los pequeños o medianos empresarios tengan algo que temer, las franquicias y beneficios del actual sistema favorecen exclusivamente a las grandes empresas”, expresó Palma.
También el presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios de Chile (Conadecus), Hernán Calderón, aprovechó su tribuna mediática para apoyar las medidas anunciadas por Bachelet, diciendo que el gobierno actual logro la aprobación de lo que llamó reforma tributaria aunque sólo fue un ajuste tributario menor, “ya que no tocó el controvertido FUT creado por Büchi, fondo que se estima tiene acumulados más de 200.000 millones de dólares, de los cuales hay a lo menos 40.000 millones de dólares en impuestos no pagados. Por esto, es necesario que las empresas paguen impuesto por las utilidades devengadas y no por las retiradas, ya que las utilidades no retiradas no pagan impuesto y se registran en el FUT (Fondo de Utilidades Tributables)».
«El FUT es el principal mecanismo de elusión de impuestos que utilizan las grandes empresas y el 5% más rico de la población, quienes utilizan este mecanismo para postergar indefinidamente el pago de impuestos a las utilidades. Más aún, son muchas las ocasiones en que han utilizado mañosamente las llamadas empresas zombi, que compran porque tienen pérdidas, para así disponer de utilidades no retiradas en el FUT. Así, estas empresas con pérdidas terminan fusionadas con otras de grandes utilidades que utilizan esas pérdidas como créditos tributarios. Por esto, expertos tributarios consideran que la eliminación del FUT es necesaria, aunque deba ser gradual para no provocar desajustes en la economía».
«El caso de las PYMES es distinto. Por regla general no utilizan el FUT, ya que retiran todas las utilidades devengadas anualmente. En cambio el FUT les permite a las grandes empresas ajustar sus retiros y no incrementar su pago de impuesto con respecto al año anterior, que ahora subió del 17% al 20%».
Fuente: Semanario El Siglo N° 1672