Por 3 votos contra 2, correspondientes a los senadores Carlos Larraín (RN, Región de los Ríos), José García Ruminot (RN Región de la Araucanía), y Juan Antonio Coloma (UDI; Región del Maule), versus Ximena Rincon (DC, Región del Maule) y Juan Pablo Letelier (PS, Región de O’Higgins) la Comisión de Agricultura del Senado aprobó el 29 de julio, a puerta cerrada, el proyecto de Obtentores Vegetales. La iniciativa será discutida por la sala en pleno, donde se sellará su destino.
El proyecto que las organizaciones sociales denominan «Monsanto-von Baer» aludiendo a sus beneficiarios, entrega poderes monopólicos y de policía a las empresas transnacionales productoras de semillas híbridas y transgénicas, y ya fue aprobado por la cámara de diputados en 2011.
A su vez el también aprobado convenio UPOV 91 requiere que se apruebe esta ley en trámite, para ser promulgado según requiere el lobby de los obtentores.
En esta oportunidad los legisladores votaron teniendo como telón de fondo la protesta que en calle Morandé desarrollaron organizaciones de la campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile, en defensa de la semilla campesina e indígena.
La votación fue rápida y aunque se esperaba la intervención de FAO sobre el tema, la entidad internacional sólo hizo llegar un documento al Senado, cuyo contenido no se conoce aún.
Con pancartas, semillas, música y bailes del colorido grupo Tun, los participantes -en su mayoría mujeres – mostraron su rechazo al proyecto. A los observadores de RAPAL/Yo NO Quiero Transgénicos (María Elena Rozas), Chile Sin Transgénicos (Iván Santandreu) y Chile Sustentable (María Isabel Manzur) que habían ingresado al recinto para escuchar la exposición de FAO, no les fue permitido ingresar a la sala donde se votó.
Frente a la puerta de ingreso ubicada en Morandé, los manifestantes instalaron el pendón de la campaña Yo No Quiero Transgénicos, sostenido por Guillermo Riveros, presidente de los agricultores orgánicos de la Región del BIoBio, y corearon consignas sobre sus negativos impactos. «Ya van a ver, ya van a ver, cuando sin semillas no tengan qué comer»; o «Senado, escucha, la semilla está en la lucha»; «No queremos, no nos interesa tener a Monsanto sentado en nuestra mesa».
En una dinámica alegre y combativa, liceanas entregaron semillas de quinoa a transeúntes, mientras una guardadora de semillas y activistas increpaban a Fulvio Rossi obligándolo a programar una reunión para mañana en el Congreso. Alicia Muñoz y Francisca Rodríguez dirigentas históricas de ANAMURI, también estuvieron en el mitin denunciando los nefastos impactos del proyecto para la agricultura familiar campesina. «Basta del maltrato político del Senado», se leía en un cartel hecho por alumnos de un liceo agrícola de Melipilla.
Lucía Sepúlveda, de la Red de Acción en Plaguicidas Chile, a convocó a los presentes a manifestarse nuevamente el 17 de agosto, cuando a nivel nacional se desarrollarán movilizaciones por la Soberanía Alimentaria amenazada por el proyecto de ley de Obtentores Vegetales. La vocera destacó que los senadores deben tomar conciencia del impacto de esta iniciativa en los pequeños agricultores.
«Se les está forzando a abandonar el campo, y son los pequeños campesinos los que abastecen las ferias donde la mayoría de nosotros compramos nuestros alimentos. Alimentos caros y pérdida del patrimonio genético están entre las consecuencias negativas que tendría esta ley que favorece sólo a las transnacionales y despoja a los campesinos e indígenas que por generaciones han seleccionado, mejorado y guardado la semilla», finalizó